Con 45 proyectos inmobiliarios en marcha, el litoral limeño explota. Un terreno puede costar US$250.000 y una casa hasta US$1,2 millón.
Que comprar una casa de fin de semana en una urbanización en la costa limeña pueda llegar a ser tan caro como hacerlo en Miami, es –para algunos– señal de que Perú vive una burbuja de arena inmobiliaria. Para otros, no es más que la puesta al día de una demanda que, por años, ha estado por debajo de sus equivalentes de la región. A diferencia de Chile, Argentina, Brasil, México o Uruguay, Perú nunca ha tenido oferta de balnearios de excelencia.
Pues ahora lo está intentando. En playas como Kaia, a 50 km. de Lima, se venden residencias de 220 m² por US$900.000. Y no sólo allí. A lo largo del litoral limeño hay actualmente 45 proyectos consolidados, dirigidos especialmente a los sectores de ingresos altos, razón por la cual el precio del m² de terreno oscila entre los US$700 y los US$2.000, valores que equivalen a los del distrito de Miraflores en Lima.
El boom se explica porque la venta de casas de playa crece en la costa sur de la capital peruana a un ritmo de 15% anual. Según la promotora e inmobiliaria Grupo Altis, tal demanda es la que ha empujado los precios de terrenos y unidades, llevándolos a duplicarse en los últimos cuatro años. Dentro de la costa está tomando especial relevancia lo que se conoce como el “sur chico”. Se trata de los balnearios de Señorita, San Bartolo, Caballero y Punta Hermosa, junto a las playas más cercanas a la ciudad. “Son joyas en bruto que se están revalorizando, y que están despertando el interés de las compañías inmobiliarias”, dice Jean Pierre Fontanot, gerente general de Inversiones Positano.
En estos balnearios, según el ejecutivo, terrenos que antes podían costar US$20.000 ahora se venden por US$250.000. Pero no todo lo que brilla es oro. Para Fontanot, el desarrollo en estas zonas está en sus primeras etapas, porque no hay carácter de ciudad en ellas y todavía falta un desarrollo del retail y los servicios asociados. Aun así el entusiasmo no se detiene. El Grupo Altis lleva invertidos US$20 millones en el desarrollo de un proyecto en la playa de Positano, a 70 km de la capital. Se trata de 197 lotes, cuyos precios con casa terminada pueden llegar a escalar hasta los US$1.200.000. Si las bases del fenómeno no son de arena, será un buen negocio.