El presidente del gremio, Patricio Crespo, lamentó el profundo impacto que estos siniestros están causando a los habitantes de las diversas localidades afectadas y explicó que “es muy difícil cuantificar totalmente el perjuicio económico y solo se puede estimar la pérdida patrimonial".
Un irreversible daño social, ecológico y turístico y US$400 millones en pérdidas patrimoniales para el sector silvoagropecuario han causado los incendios que han afectado recientemente a la zona central del país, advirtió la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA).
El presidente del gremio, Patricio Crespo, lamentó el profundo impacto que estos siniestros están causando a los habitantes de las diversas localidades afectadas y explicó que “es muy difícil cuantificar totalmente el perjuicio económico y solo se puede estimar la pérdida patrimonial, pero estamos ante una tragedia social, que ha implicado graves consecuencias para las comunidades, que con estos incendios han perdido sus medios de subsistencia y ven amenazadas su capacidad de trabajo autónomo. Los efectos de la emergencia sobre el sector agropecuario son cuantiosos, a pesar que es demasiado preliminar para evaluar el impacto del lucro cesante, la pérdida de trabajos, el número de animales o incluso instalaciones, casas y maquinaria que pudiesen haberse quemado”, dijo.
Desde el gremio, detallaron que tras los incendios 400 hectáreas de olivos y 100 hectáreas de viñas resultaron quemadas, con un costo de US$5 millones, cifra similar al perjuicio causado en bodegas y packings. Además, el fuego arrasó con el forraje, estimándose un costo de entre US$50 y US$ 80 millones el daño según la calidad de los pastizales y su potencial productivo. En tanto, muchos cercos resultaron afectados por las llamas, provocando una merma de US$10 a 15 millones. Todo ello se suma a la estimación que hasta ahora ha hecho Corma del daño a los bosques de US$ 350 millones, alcanzado un total de US$400 millones de pérdidas al sector silvoagropecuario.
Patricio Crespo anticipó que debido a lo anterior, “en los próximos años podremos ver un impacto en el empleo y el ingreso rural agrícola y no agrícola, que sin duda tendrá alcances en la futura calidad de vida de las comunidades y podría implicar una acentuación de los procesos de migración campo- ciudad, por lo cual es imperioso el recuperar la capacidad productiva de los agricultores, apicultores, entre otros, con el objeto de minimizar estos impactos sociales”.
En esa misma línea, el timonel de la SNA se refirió al grave impacto que ha dejado esta catástrofe en materia medioambiental. “Los efectos sobre la flora y fauna, especialmente el impacto eco-sistémico sobre el bosque nativo, la desaparición de hábitats e inclusive la posible disminución de biodiversidad, constituyen una pérdida invaluable para el país. El cambio climático puede mostrarse como una dificultad aún mayor para la recuperación de nuestro patrimonio ecológico, por ello, será necesario destinar inteligencia, esfuerzos y recursos para hacer frente a estos problemas”, puntualizó.
Crespo añadió que “esta gran catástrofe nacional ha tenido un altísimo costo material y humano, tanto para los afectados directos como por los cuantiosos recursos destinados a su control, que de haberse destinado oportunamente al fortalecimiento institucional, nos habrían permitido establecer capacidades de anticipación, mitigación y control de este tipo de emergencias sin los enormes traumas que hoy lamentamos. Esperamos que ahora se asuma la urgencia de hacerlo al más alto nivel”.