Con eficiencia energética y reducción de las emisiones de GEI, las ciudades no solo ayudan al medioambiente, sino que también respaldan el desarrollo económico local, aumentan la productividad y utilizan mejor los recursos.

Las ciudades en Asia sudoriental (SEA) crecen dos veces más rápido que el resto del mundo: se estima que el 70% de la población de esta región vivirá en centros urbanos el año 2030. 

A nivel mundial las urbes representan aproximadamente dos tercios de la demanda energética y de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) del planeta.

Si bien las ciudades siempre han sido los motores del crecimiento económico, ahora también pueden constituir la clave del desarrollo sustentable en Asia sudoriental. 

Debido a su tamaño y dinámico crecimiento, las urbes de la región tienen en la actualidad una chance única de convertirse en mecanismos globales que impulsen el crecimiento ecológico, a través del uso eficiente de la energía en todos los requerimientos de infraestructura.

La mejora de la eficiencia energética ayuda tanto al medioambiente como al crecimiento económico, subraya un informe del Banco Mundial titulado “Energizing Green Cities in Southeast Asia – Applying Sustainable Urban Energy and Emissions Planning” (Energizar las ciudades ecológicas en Asia sudoriental mediante una planificación sustentable de la energía urbana y las emisiones).

El documento efectúa un profundo estudio de las ciudades de Da Nang (Viet Nam), Surabaya (Indonesia) y Cebú (Filipinas), descubriendo una clara correlación entre las inversiones en soluciones de eficiencia energética relativas a la infraestructura y el crecimiento económico.

Con la mejora de la eficiencia energética y la reducción de las emisiones de GEI, las ciudades no sólo ayudan al medioambiente del mundo, sino que también respaldan el desarrollo económico local, a través del aumento de la productividad, la reducción de la contaminación y un uso más eficiente de los recursos.

En Da Nang, por ejemplo, el plan de desarrollo urbano se centra en la sustentabilidad y el empleo eficiente de los recursos. La ciudad también lleva adelante una estrategia de gestión de aguas residuales y un programa de eficiencia y conservación de la energía, buscando también la manera de utilizar tecnologías de energía renovable en el transporte público.

Surabaya, por su parte, implementa planes para un sistema de transporte colectivo, explorando formas de aprovechar la energía de los vertederos. 

En Cebú, el gobierno municipal está reduciendo el uso de combustibles en el sector del transporte en un 15%, simplemente usando un aditivo de etanol en su flota de vehículos motorizados. La ciudad también mejora el desempeño energético de los edificios urbanos mediante el uso de sistemas de iluminación más eficientes y horarios más adecuados para el aire acondicionado. 

En tanto, para potenciar la eficiencia energética de los hogares, Cebú se ha asociado con una empresa de pintura que proporciona materiales a los propietarios de viviendas para que construyan “techos frescos”.

Si bien estas ciudades de Asia sudoriental avanzan hacia una mayor eficiencia en el uso de la energía, un desarrollo más eficiente en este sentido no es nada fácil. Las urbes enfrentan una serie de obstáculos como la falta de coordinación y planificación de los organismos y sectores, de conocimientos técnicos y de financiamiento, entre otros.

La Planificación Sustentable de la Energía Urbana y las Emisiones (SUEEP, por sus siglas en inglés) ayuda a las ciudades a iniciar un camino de crecimiento ecológico, facilitando el desarrollo de políticas energéticas urbanas integrales y estrategias de inversión para mejorar la eficiencia energética.

El marco de la SUEEP contribuye a identificar las cuestiones principales que enfrenta una ciudad en materia de energía y emisiones, establece una hoja de ruta para que el gobierno municipal obtenga los mejores resultados en materia de eficiencia energética e integra la eficiencia energética en procesos de planificación urbana más amplios, coordinado a todos los sectores para evitar duplicaciones o conflictos.

Todo ello permite trabajar con las partes interesadas y establecer los procesos de control e información esenciales para una buena gestión de la energía y que constituyen requisitos previos para atraer financiamiento, potenciando así el crecimiento económico.