"El reporte es de normalidad, la operación petrolera avanza sin ningún contra tiempo", dijo en una entrevista telefónica el Ministro de Minas y Energía, Mauricio Cárdenas, sobre los disturbios protagonizados por encapuchados.
Bogotá. Colombia aumentó este miércoles la seguridad en los campos Rubiales y Quifa, operados por la canadiense Pacific Rubiales, para garantizar la producción de petróleo, que continúa normal pese a violentas protestas de encapuchados, dijo el ministro de Minas y Energía.
Pacific Rubiales amenazó en la víspera con cerrar la operación de ambos campos, que bombean un poco más de la cuarta parte de la producción diaria de Colombia, luego de ataques a su infraestructura por parte de desconocidos, en medio de una huelga de trabajadores y una disputa entre sindicatos y la empresa.
"El reporte es de normalidad, la operación petrolera avanza sin ningún contra tiempo", dijo en una entrevista telefónica con Reuters el Ministro de Minas y Energía, Mauricio Cárdenas.
"Se ha reforzado la fuerza pública, por vía de la Policía Nacional, se ha enviado a un general a tomar el liderazgo de las actividades de la policía con instrucciones muy precisas de detener a las personas, a quienes cometan actos delictivos", precisó el funcionario.
La Dirección General de la Policía informó que después de los disturbios, en los que encapuchados incendiaron alojamientos, envió 400 efectivos a la zona para redoblar la vigilancia y evitar nuevos ataques.
Unos 4.000 de los cerca de 8.000 trabajadores que permanecen en los campos -que producen unos 240.000 barriles de petróleo al día -iniciaron el lunes una protesta ante la negativa de Pacific Rubiales de negociar un acuerdo con la Unión Sindical Obrera (USO), el sindicato del sector petrolero.
La empresa sostiene que firmó un pacto laboral con un sindicato afiliado a la Confederación General del Trabajo (CGT) en el que se acordaron aumentos de salarios y otros beneficios, pero la USO no lo reconoció.
El ministro de Minas y Energía dijo que el Gobierno no intervendrá en la disputa entre los sindicatos por afiliar al mayor número de trabajadores de los campos.
Sindicatos rechazan violencia. Tanto la USO como la CGT rechazaron los actos de violencia contra las instalaciones de la petrolera.
Colombia, el cuarto mayor productor latinoamericano de crudo después de Venezuela, México y Brasil, vive un auge en la industria por las mejores condiciones de seguridad.
Esa situación ha permitido un aumento en la inversión extranjera directa destinada a ese sector, a más de US$16.000 millones desde el 2002.
Sin embargo, una creciente ola de protestas sociales contra las empresas amenaza con frenar las inversiones y desalentar la producción y la exploración, en momentos en que el país necesita elevar sus reservas de 2.000 millones de barriles, de acuerdo con la Asociación Colombiana del Petróleo.
Adicionalmente, la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) reactivó en los últimos meses sus ataques contra oleoductos, instalaciones y empleados petroleros.
Cárdenas dijo que el Gobierno de Colombia, a través de sus Fuerzas Armadas, está en condiciones de garantizar las condiciones para que las petroleras operen en el país.
"El Gobierno Nacional está en perfectas condiciones, en plena capacidad de asegurar el orden y las condiciones para que puedan operar", declaró el funcionario.
"Les decimos a las compañías petroleras que las condiciones son propicias para que operen en el país y no hay ninguna condiciones para que hagan pronunciamientos que pongan en entredicho la continuidad de la operación o la continuidad de su presencia en Colombia, esas afirmaciones resultan exageradas", agregó el ministro.
Unas protestas violentas obligaron en julio y septiembre a Pacific Rubiales a suspender la producción en Campo Rubiales.
Durante la última protesta la petrolera se vio obligada a declarar la fuerza mayor.
Colombia busca aumentar su producción de crudo a un millón de bpd al cierre de este año. En septiembre la producción superó los 891.000 bpd.