Pequeños mineros aseguran que mantendrán un paro indefinido desde este miércoles hasta que el gobierno de Juan Manuel Santos escuche sus propuestas.
Los comerciantes de Quibdó no abrieron sus locales, en las calles no hay vehículos de transporte público y los niños dejaron los cuadernos empacados porque tampoco están funcionando los colegios: todos están apoyando el paro convocado por los pequeños y medianos mineros del departamento del Chocó, que inició este miércoles y que puede extenderse de manera indefinida sino se llega a un acuerdo con el gobierno nacional.
Ariel Quinto, presidente de la Federación de Mineros del Chocó, que agrupa a 350 chocoanos dedicados a este oficio, explica así la movilización: “hoy empieza una jornada de paro indefinido, debido a que el gobierno ha favorecido a las grandes multinacionales y a nosotros no nos ha dado oportunidad de formalizarnos”. Sin embargo, es posible que el paro no dure mucho puesto que el ministro de Minas, Mauricio Cárdenas, ya va rumbo a Quibdó para establecer una mesa de trabajo con la gobernación y los voceros de los mineros.
Durante el encuentro, los afectados planean poner sobre la mesa varias inquietudes. Según Quinto, cada vez se reducen más los espacios de trabajo para los pequeños mineros en Chocó, situación preocupante en un departamento en el que más del 80% de la población vive de la extracción del oro y del platino.
Su versión es corroborada por el gobernador del departamento, Luis Gilberto Murillo, quién conoce las cifras exactas del oficio en la zona: “hay cerca de 400 entables que generan hasta 10 mil empleos directos y casi 15 mil indirectos, la minería juega un papel principal en la economía del Chocó, nosotros somos mineros y por eso creemos que es necesario un proceso de formalización”. De acuerdo con Murillo, la zozobra de los mineros se debe a que en los últimos años han venido aumentando las peticiones para la concesión de títulos mineros en la zona por parte de grades multinacionales, al tiempo que la comunidad, que lleva décadas en el oficio, no goza de reconocimiento alguno. ”Hemos visto que hay un sesgo en favor de la gran minería y en detrimento de la pequeña y mediana”, insiste.
“Al desplazamiento por la llegada de multinacionales, se suman los señalamientos de los que hemos sido víctimas. No todos los mineros somos ilegales o andamos asociados con bandas criminales como se quiere hacer ver”, dice el líder minero Federico Taborda, mientras coordina una de las muchas marchas en Quibdó. Según cifras de la Federación Minera del Chocó, más de 1 millón de hectáreas del departamento estarían en los planes de alrededor de 30 grandes empresas que quieren operar en la región.
Por eso, además de escuchar la propuesta del Ministerio de Minas, los mineros esperan poder expresar sus peticiones a ese despacho. De acuerdo con Quinto se resumen en varios puntos: por un lado pedirán la creación de una mesa minera permanente para el Chocó, como escenario para discutir, entre otros asuntos, la necesidad de caducidad de algunos contratos que consideran ilegítimos. Además, reglamentar la entrega de títulos a comunidades negras e indígenas y la consulta previa con éstas a la hora de permitir el ingreso de multinacionales.
Por el momento, por las calles de Quibdó esperan la llegada del ministro para empezar la reunión. Taborda es enfático en cuanto a las expectativas del encuentro: “este es el último recurso después de tanto insistir con propuestas para que se formalice la actividad minera del Chocó, hemos visto como las transnacionales están pidiendo más del 80% del territorio chocoano y esperamos que el gobierno deje de entregar de manera desaforada títulos a las multinacionales y tenga en cuenta a la comunidad”.