La potencia eléctrica actual no da para cubrir el 100% de la demanda del país en horas pico, lo que implicaría recortes del servicio en alguna zonas, advierte la Contraloría.

El octavo puesto que ocupa el sistema eléctrico colombiano en el ranquin que lanzó ayer en el país el Foro Económico Mundial dista mucho de la alerta que paralelamente dio la Contraloría General de la República.

El ministro de Minas y Energía, Tomás González, aseguró que “nos llena de alegría que Colombia haya ocupado el puesto número ocho entre 126 países en el escalafón del Foro Económico Mundial de Sistemas de Energía. Lo que hace ese índice es reconocer 20 años de trabajo para tener un sector eléctrico que trabaje para Colombia”.

Si bien es cierto que esa clasificación reconoce el fortalecimiento del sistema y su competitividad, también lo es que si se hiciera un nuevo análisis en esta coyuntura, el mensaje de la fundación con sede en Ginebra sería distinto. Por lo menos que, superada la sequía, es necesaria una reflexión, como también se dijo en el “apagón de los 90, sobre un país que planifique teniendo en cuenta los fenómenos climáticos y que la dinámica de algunas entidades responsables de la regulación y la política pública deben ser flexibles y adaptarse a las nuevas realidades con mayor facilidad.

El presidente de la Asociación de Industriales de Colombia (Andi), Bruce Mac Master, reconoció que se han presentado una serie de hechos que no se esperaban, pero también advirtió que es necesario “revisar todo el sector energético, donde la regulación puede ser mejor. Colombia solía ser muy técnica, hay que sentarnos a buscar un sistema energético que sea competitivo para que todos tengamos energía”.

El Gobierno ha reiterado en varias oportunidades que un racionamiento es poco probable, sin embargo, como con la advertencia sobre la escasez de gas, la Contraloría le quitó la razón. Según la entidad, “quince días de los próximos dos meses quedarían desprotegidos porque el sistema no contaría con ninguna reserva de potencia, lo cual se traduce en que, ante cualquier falla, sería necesario aplicar cortes de luz a los usuarios finales, en diferentes zonas del país”. Colombia está a 130 MW de un déficit de potencia que produce cortes.

Sí hay otras fuentes de energía. El sector industrial, además de haber pedido que se avisara con anticipación cualquier tipo de medida que se fuera a tomar con respecto al sistema eléctrico, también ha solicitado claridad sobre medidas que posibiliten el aporte de la cogeneración y la autogeneración al Sistema Interconectado Nacional (SIN).

La autogeneración se compone de todas las pequeñas centrales generadoras con las que cuentan las empresas para satisfacer su demanda de energía en momentos en los que el sistema no pueda hacerlo, sea por escasez del recurso o por alguna falla técnica que impida la llegada de la misma. Entre tanto, la cogeneración es el proceso mediante el cual se aprovecha el vapor y el calor producto de los procesos industriales para la producción de energía eléctrica.

De acuerdo con el más reciente informe de la Unidad de Planeación Minero-Energética sobre la capacidad instalada del sector petrolero, comercio y público, ambas generaciones podrían aportar 548,9 MW (ver recuadro). Aunque esta cifra representaría menos del 2% de la demanda nacional, como se ha dicho hasta el cansancio, en este momento cualquier cosa suma y reduce la posibilidad del racionamiento.

“Hay que definir la forma en que los autogeneradores y quienes tengan plantas de emergencia, sin incurrir en sobrecostos adicionales, puedan generar. Si un industrial tiene una planta de respaldo y el sistema la puede referir, esa producción de energía no debe costar más de lo que le pagan por la misma. Las medidas de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG) se han quedado cortas, de hecho en este momento no hay ninguna industria que esté revisando el tema porque los costos no se ajustan”, señaló Daniel Romero, director de la Cámara de Grandes Consumidores de Energía de la Andi.

Por su parte, el gerente de negocios de energía de Incauca Providencia, Marco Vera, reconoció que la CREG sí ha hecho esfuerzos para incluir esta generación, por ejemplo, pagando a precio de bolsa la generación, pero la convocatoria no ha surtido efecto para quienes podrían beneficiarse.

Fuentes de energía parece haber, pero su implementación en el corto plazo parecen no ser sencillas. Algunos ya están diciendo que poco se aprendió del apagón de los 90.