Mientras en el mundo empresas como Total y Shell vuelven más feroz su intención de que haya un reemplazo por el gas, argumentando que es amigable con el medio ambiente, la riqueza de este mineral y la escasez de la energía fósil condicionan el sistema de generación.
El debate sobre el rumbo que debe tomar el mundo para el abastecimiento energético sigue caldeado. Compañías del sector petrolero de la talla de Shell Plc y Total se han encargado de dar declaraciones cada vez más fuertes sobre el tema.
Patrick Pouyanne, el presidente de Total, dijo recientemente que “el enemigo es el carbón” y prometió retirarse de la minería en el largo plazo.
Incluso habló de pedir a los gobiernos gravar las emisiones de carbono generadas por las centrales eléctricas como medida para avanzar en la agenda de sustitución de un recurso por otro.
En medio de estas cada vez más serias intenciones de lograr un reemplazo de gas por carbón, ¿en qué está Colombia?
La difícil tarea que tienen las generadoras es demostrar que este mineral no riñe con el medio ambiente, uno de los grandes argumentos de los productores de gas para solicitar el relevo.
Uno de los usos que se le ha dado al recurso, el de combustible de gas vehicular, ha sido punta de lanza para que éste fortalezca su imagen de amigable con el medio ambiente. Una de las empresas que abiertamente desea entrar al negocio es Terpel. Su presidenta en Colombia, Sylvia Escovar, dice que “el GNV es muy importante para nosotros, porque es un combustible que, además de generar menos gases contaminantes, genera un ahorro muy importante para quienes trabajan en el sector del transporte”.
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En todo caso, por las reservas carboníferas (alrededor de 100 años) y el déficit de gas que podría haber a 2018 anunciado por la Unidad de Planeación Minero Energética, Colombia tiene su mirada fijada en una dirección distinta.
Según la presidenta de la Agencia Nacional de Minería, Natalia Gutiérrez, las proyecciones por tipo de recurso de la Administración de Información de Energía de Estados Unidos (EIA) señalan que la generación a partir de carbón pasarán del 39% en 2013 al 34% en 2040, sólo un 5%, por lo que esta transformación no significa un riesgo para el sector (ver gráfica).
Sin embargo, datos de la Asociación Nacional de Generadoras de Energía (Andeg) demuestran que más de 2.300 megavatios dependen del gas para su generación, razón por la que la organización gremial considera necesario no descartar la importancia de esta fuente.
“En carbón, hoy en día, existen 1.100 megavatios instalados. Y entre este año y el otro deberían estar entrando unos 600 megavatios adicionales, es decir, unos 1.700 megavatios, más o menos la mitad de lo que existe en este momento instalado en gas, por eso tampoco se puede prescindir de este último”, explicó Alejandro Castañeda, director ejecutivo de Andeg.
Entre tanto, además de las plantas de carbón que hoy tiene el país -entre las que están las de Cundinamarca, Boyacá, Norte de Santander y en La Guajira- se están desarrollando una en Córdoba y otra en Norte de Santander, lo que demuestra hacia dónde va Colombia en esta materia.
Para lograr mejorar las condiciones ambientales en las que operan hoy las generadoras, y que aprovechan quienes promueven el uso del gas como ventaja competitiva, las empresas del sector consideran que son necesarios incentivos por parte del Gobierno para empezar a utilizar tecnologías de carbón limpias. Sin duda, este será el debate que deberá dar Colombia si ya está claro que, por una condición natural, es el recurso que se debe desarrollar.