Según el presidente de la Cooperativa de Mineros de Suárez uno de los problemas es la creencia de que las minas artesanales son ilegales, que son manejadas por grupos armados y que no desarrollan responsablemente la extracción del metal, lo cual las vuelve objeto de persecución por parte de las autoridades.
Suarez, Colombia. Cientos de habitantes del municipio colombiano de Suárez, en el departamento del Cauca (sureste), enclavado en una de la regiones con mayor explotación de oro en el país andino, se han manifestado con el fin de defender la minería artesanal, sustento de sus familias desde hace siglos.
Suárez cuenta con una población cercana a los 20.000 habitantes, de los cuales el 80% se dedican a la minería o a alguna actividad relacionada con esta pero a pesar de su gran riqueza mineral, el poblado enfrenta diversos obstáculos para la explotación y desarrollo integral de este oficio.
Según José Manuel Arará, presidente de la Cooperativa de Mineros de Suárez, uno de los problemas es la creencia de que las minas artesanales son ilegales, que son manejadas por grupos armados y que no desarrollan responsablemente la extracción del metal, lo cual las vuelve objeto de persecución por parte de las autoridades.
Si bien en la zona existen todos los métodos para la extracción del mineral, la gran mayoría del oro se explota en minas subterráneas de donde se extrae la roca que luego se tritura en molinos rudimentarios que fueron llevados al lugar desde California, Estados Unidos en la década del 70.
Arará aseguró que sus métodos aunque anticuados, están regulados por estándares actuales para la no perturbación del ambiente y para evitar poner en riesgo la vida de los mineros.
"Nosotros en la actualidad trabajamos minería en oro verde, oro limpio, no trabajamos con aleaciones con azogue u otros materiales. No hemos entrado a la tecnología del Mercurio porque es completamente letal y entraríamos a hacer daño al ambiente, por eso trabajamos minería limpia", explicó.
El minero recordó que uno de los factores que más ha impedido el desarrollo de esta actividad en Suárez ha sido la presencia de grupos armados ilegales que han despojado a cientos de trabajadores de sus tierras.
De acuerdo con el líder, 180 mineros adscritos a la cooperativa fundada en 1976 y creada para regular la adecuada explotación del mineral en la región, insisten en la necesidad de una mayor inversión estatal para modernizar la actividad minera y mejorar la calidad de vida de quienes no se quieren ir del pueblo a pesar de la inseguridad.
"La calidad de vida de nosotros no es buena exactamente pero tampoco es mala, vivimos en un escalón medio por lo que la minería no la podemos desarrollar bien como debe ser , si nosotros pudiéramos desarrollar la minería como debe ser, viviríamos en un escalafón alto, bueno y muy bueno", precisó.
Arará señaló que en 2010 una masacre de mineros produjo un desplazamiento de los habitantes de las poblaciones aledañas a las minas pero paulatinamente las tierras han sido recuperadas por sus antiguos dueños quienes hoy se aferran a sus tierras y a su oficio.
El colombiano subrayó que actualmente por la presencia de los actores armados en la zona, no se permite el acceso de explosivos a los mineros que los requieren para realizar las vetas en las montañas, lo cual dificulta aún más el proceso de explotación.
Por su parte, el minero Oswaldo Chará dijo que es necesario que los recursos por regalías que el municipio recibe del Estado por explotación minera, sean invertidos en la tecnificación de las minas ancestrales.
Chará añadió que los mineros de la región se encuentran cada vez mas preocupados por la creciente entrada de multinacionales explotadoras del recurso mineral a la región habitada en un 90% por afrodescendientes establecidos allí desde hace 500 años.
"Esa situación es bastante preocupante para nosotros los mineros ancestrales porque nos quieren despojar de nuestros trabajos. Esta es una actividad que heredamos de nuestros padres y bisabuelos. Entonces es realmente una amenaza para el pequeño minero de aquí del Cauca", indicó.
El trabajador hizo además una reflexión sobre los efectos de la minería a gran escala en la que se dinamitan montañas enteras para obtener el oro, causando inevitablemente la deforestación de la tierra y los menores efectos de la minería artesanal en la que se evitan grandes daños ambientales en la región.
En medio de la llamada "fiebre del oro" en Colombia, cerca de 20.000 hectáreas ubicadas en los municipios de Suárez y Buenos Aires, en el norte del Cauca, pertenecen a compañías particulares y multinacionales que explotan el metal en minería a cielo abierto.
El producto final de la minería ancestral en Suárez es comprado por tiendas de habitantes colonos en el pueblo y aunque esta minería no tiene una producción estable, los mineros señalan que una mina de oro explotada de manera artesanal puede originar alrededor de US$1.500 al mes.
Suárez representa el reto que enfrenta Colombia frente a la industria de la minería que por un lado, jalona la economía nacional con millonarias inversiones de multinacionales y por el otro deja en evidencia la vulnerabilidad de miles de colombianos que tradicionalmente han vivido de la minería artesanal en el país.
Hace unas semanas, el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ordenó a las autoridades fortalecer en todo el territorio nacional los operativos contra las minas ilegales que estén asociadas a grupos subversivos que depredan el medio ambiente y se aprovechan de los mineros artesanales para financiar su actividad criminal.