Shell y otras grandes petroleras están eludiendo cientos de millones de dólares en impuestos en los países donde perforan, al trasladar las ganancias a las filiales financieras y de seguros, con poco personal, que se encuentran en paraísos fiscales, según una revisión de Reuters de los informes de las empresas y de las agencias de calificación.
Bermudas y Bahamas no son exactamente grandes jugadores en el mercado del petróleo y el gas. No producen ninguno de los combustibles y, sin embargo, las islas son pozos que ofrecen grandes beneficios al gigante europeo de la energía Royal Dutch Shell Plc.
En 2018 y 2019, Shell ganó más de US$2.700 millones -cerca del 7% de sus beneficios totales en esos años- libres de impuestos reportando ganancias de compañías en Bermudas y las Bahamas que emplearon a 39 personas y que generaron la mayor parte de sus ingresos de otras filiales de Shell, según reportes de la compañía.
Si el mayor productor de petróleo y gas hubiera contabilizado las ganancias a través de su sede en Países Bajos, podría haber enfrentado una factura fiscal de unos US$700 millones sobre la base de la tasa de impuesto de sociedades holandesas del 25%. La factura habría sido mucho más alta si los ingresos se hubieran reportado en los países productores de petróleo, algunos de los cuales gravan más del 80%.
Shell y otras grandes petroleras están eludiendo cientos de millones de dólares en impuestos en los países donde perforan, al trasladar las ganancias a las filiales financieras y de seguros, con poco personal, que se encuentran en paraísos fiscales, según una revisión de Reuters de los informes de las empresas y de las agencias de calificación.
Shell, BP Plc, Chevron y Total usan subsidiarias en Bahamas, Suiza, Bermudas, las Islas del Canal de Reino Unido e Irlanda para proveer a sus operaciones globales con servicios bancarios, de seguros y de comercio de petróleo, según los documentos. Estas subsidiarias, a su vez, se anotan beneficios que apenas pagan impuestos o quedan exentos.
Estos mecanismos no son ilegales. Pero destacan la capacidad de las corporaciones petroleras internacionales para jugar con los sistemas fiscales mundiales y evitar la entrega de ingresos a las países donde llevan a cabo su negocio principal, según académicos que estudian los impuestos de las empresas.
Las ganancias generadas por las unidades extraterritoriales son enormes, a pesar de lo pequeño de su operación. La llamada aseguradora cautiva de BP, es decir, que sólo sirve a otras empresas del grupo, tenía US$6.500 millones en efectivo a finales de 2018 después de años de robustos beneficios anuales, según la agencia de calificación de seguros AM Best Co.
Jupiter Insurance Ltd ha representado hasta un 14% de las ganancias anuales globales de BP en los últimos años, según las cifras de AM Best y los estados financieros de BP. Jupiter tiene seis directores pero ningún empleado; BP subcontrata la administración de los seguros a una correduría en Guernsey, un paraíso fiscal en las Islas del Canal del Reino Unido.
Las aseguradoras cautivas de las grandes petroleras son mucho más rentables que una compañía de seguros típica. Esto se debe a que la cantidad que pagan por concepto de reclamos representa una proporción mucho menor del dinero recaudado en concepto de primas -de otras filiales de los gigantes petroleros- que en otras aseguradoras, según datos del sector.
Las unidades de seguros cautivas absorben parte de los ingresos obtenidos por las filiales de las grandes petroleras en otros lugares -a menudo en países con altos impuestos donde extraen petróleo y gas- y los transfieren a operaciones en jurisdicciones con bajos impuestos o sin impuestos.
Las petroleras también han transferido capital a paraísos fiscales para establecer unidades bancarias que prestan dinero a las empresas hermanas. Shell estableció un comercializador de petróleo en Bahamas que genera ingresos principalmente mediante la compra y venta de crudo entre otras filiales de la empresa.
Todas las compañías mencionadas en esta historia dijeron que seguían las reglas de impuestos de las naciones donde hacen negocios. Sus subsidiarias en paraísos fiscales, sostuvieron, se encontraban allí por razones comerciales u operativas más que para evitar los impuestos.
Shell negó que sus arreglos constituyan una evasión de impuestos y dijo que la ubicación de sus subsidiarias se debía a razones comerciales. BP se negó a responder las preguntas sobre su filial de seguros, pero un portavoz remitió a Reuters a una declaración de política fiscal de 2018 -publicada para cumplir con un requisito reglamentario- que dice que la empresa no se dedica a la transferencia de beneficios.
La transferencia de beneficios ha sido durante mucho tiempo una preocupación del Grupo de los 20 (G20), que ha pedido a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que ayuda a coordinar la elaboración de normas fiscales internacionales, que encuentre formas de frenar la evasión de impuestos de las empresas.
En febrero, la organización publicó nuevas directrices sobre el tratamiento de las transacciones financieras intragrupo, aconsejando a los países que limiten las deducciones de esos pagos.
Los críticos de la planificación fiscal de las empresas afirman que la transferencia de beneficios de las empresas petroleras socava sus pretensiones de gestión empresarial responsable y agrava los profundos problemas presupuestarios que enfrentan muchos países productores de petróleo en medio de la pandemia del coronavirus y la caída de los precios del petróleo.
"Estas empresas están explotando deliberadamente las lagunas de la legislación fiscal y su escasa aplicación, y lo hacen con el fin de obtener enormes beneficios", dijo Raymond Baker, presidente de Global Financial Integrity, una organización sin fines de lucro que ha presionado para que se adopten medidas más estrictas contra la evasión fiscal de las empresas.
Países como Angola, Brasil y Trinidad, que dependen en gran medida de los ingresos por impuestos sobre el petróleo, han tenido que moderar el gasto y aumentar su endeudamiento para responder a la crisis sanitaria.
Nigeria es otro país que depende en gran medida de los ingresos del impuesto del petróleo. Waziri Adio, secretario ejecutivo de la Iniciativa de Transparencia de las Industrias Extractivas de Nigeria, que aboga por un mayor control de los ingresos del petróleo, dijo que las prácticas de las empresas pueden ser legales pero no son justas.
Los gobiernos de Nigeria, Angola, Brasil y Trinidad no respondieron a las solicitudes de comentarios.
Asesores fiscales dijeron que las empresas tienen la responsabilidad con sus accionistas de pagar la menor cantidad posible de impuestos.
"La planificación fiscal es una parte legítima de los negocios", dijo Bryan Kelly, socio del bufete de abogados Withers en Los Ángeles. "El directorio tiene el deber fiduciario de maximizar los beneficios."
"Las cifras no tienen sentido". Shell registró US$1.300 millones en ganancias en 2018 y 2019 a través de subsidiarias bancarias y de seguros con sede en Bermudas que en conjunto emplearon a tres personas, según los 'Informes de Contribución al Impuesto' de la compañía que detallan los pagos de tributarios.
Las pequeñas empresas proporcionan seguros y préstamos a las instalaciones de producción de petróleo de Shell en todo el mundo, pero la empresa dijo en su más reciente informe fiscal, publicado el mes pasado, que cesó los préstamos intragrupo desde las Bermudas en 2020 por razones que no reveló. En 2018, las empresas obtuvieron el 96% de sus ingresos de otras empresas Shell.
Las operaciones parecen existir principalmente para fines fiscales, sostuvo Richard Murphy, profesor de economía política en la Universidad de la Ciudad de Londres. La alta rentabilidad de las unidades de Bermudas -junto con su gran dependencia de los ingresos de las filiales- sugiere que están diseñadas para trasladar los beneficios a jurisdicciones con bajos impuestos, dijo.
"Los números no tienen sentido. Si Shell es tan buena ganando dinero en seguros y préstamos, ¿por qué no vende sus servicios a compañías externas y gana aún más dinero?" añadió.
Shell negó que sus operaciones en las Bermudas estén diseñadas para evadir impuestos. "Cuando las entidades de Shell operan en jurisdicciones de bajos impuestos, están allí por razones comerciales y sustantivas", señaló en un comunicado.
Más de US$1.800 millones de las ganancias de Shell en los paraísos fiscales de 2018 y 2019 fueron registradas por Shell Western Supply and Trading Ltd, una operación de comercio de petróleo con sede en las Bahamas que emplea a 36 personas, dijo Shell en sus informes fiscales.
La empresa compra petróleo de los campos de Shell y de otros productores en África Occidental, Brasil y Guyana y vende dos tercios del crudo a otras filiales de la propia compañía.
La correduría interna de petróleo sobrepasa a otros grandes comerciantes de crudo. Sus ganancias anuales fueron casi iguales al total de US$992 millones que obtuvo hasta finales de septiembre de 2019 Trafigura Group PTE Ltd., que empleó a 5.106 personas ese año, según sus estados financieros.
Shell Western disfrutó de un margen de beneficios del 4,1% en 2018 y 2019, según su informe fiscal. Eso es más de cuatro veces el nivel que los operadores independientes de petróleo suelen reportar, según los estados financieros de los tres mayores actores de la industria: The Vitol Group, Trafigura y Mercuria Energy Trading BV.
Margaret Cooper, investigadora de la Escuela de Negocios Henley que estudia las estrategias de planificación fiscal de las multinacionales, dijo que la localización de los comerciantes petroleros internos, sus beneficios relativamente altos y su dependencia del comercio con las empresas filiales sugiere que sus tratos están diseñados para evitar el pago de impuestos.
"No puedo pensar en ninguna otra razón que no sean los impuestos para que la compañía esté donde está", dijo Cooper.
Shell no quiso comentar sobre si Shell Western paga algún impuesto o responder preguntas sobre si su operación de comercio de petróleo está diseñada para la evasión de impuestos. La compañía dijo en una declaración que los beneficios de Shell Western son proporcionales a sus actividades comerciales.
Grandes beneficios y bajos impuestos. La excepcionalmente rentable aseguradora de BP se encuentra en el pintoresco puerto de St. Peters, la mayor ciudad de la isla de Guernsey en el Canal de la Mancha.
Un informe de 2019 de la agencia de calificación de seguros AM Best destacó los fuertes beneficios por primas y los resultados operativos en los últimos cinco años, lo que resultó en un balance "muy fuerte", con US$6.500 millones en efectivo a fines de 2018.
Los informes de AM Best de años anteriores incluyen más detalles sobre la operación, incluyendo inmensos beneficios que serían la envidia de cualquier aseguradora.
En 2014, Júpiter tenía un ratio de operación -que incluye pagos y otros costos como porcentaje de las primas- de sólo el 1,3%. Eso se compara con más del 90% para la mayoría de las aseguradoras de Estados Unidos, según datos del Insurance Information Institute, un grupo sectorial.
Júpiter registró ganancias por un total de US$5.800 millones de 2010 a 2013, el último año en el que AM Best publicó cifras de beneficios. En 2013, las ganancias de Júpiter fueron el 14% de los beneficios operativos reportados por BP en sus estados financieros.
Los márgenes de beneficios de Júpiter siguieron siendo excepcionales en esos años a pesar de la explosión de la plataforma Deepwater Horizon de BP y el subsiguiente derrame de petróleo en el Golfo de México en 2010, uno de los peores accidentes industriales de la historia.
El incidente causó daños por valor de US$70.000 millones, pero los pagos de Júpiter a las empresas filiales se limitaron a US$1.500 millones por cada una. Por lo tanto, la aseguradora mantuvo un índice de pérdidas por debajo del 15% de los ingresos por primas de 2009 a 2013, según un informe de 2014 de AM Best.
El grupo BP conservó el acceso a la gran cantidad de dinero en efectivo de Júpiter porque la aseguradora cautiva presta el 98% de sus reservas a la empresa matriz de Júpiter, BP International Ltd., que tiene su sede en Londres, por plazos de un año o menos, según AM Best. BP paga intereses por el dinero devuelto a Júpiter, lo que se suma a los beneficios de la aseguradora por sus bajos impuestos.
Murphy, el profesor de la Universidad de Londres, estima que Júpiter podría ahorrarle a BP cientos de millones de dólares anuales dada su alta rentabilidad y las altas tasas de impuestos que muchos países aplican a la producción de petróleo.
Guernsey, a unos 120 kilómetros al sur de la costa británica, no forma parte del Reino Unido, pero es una dependencia de la corona británica y establece sus propias tasas de impuestos. No cobra ningún impuesto a los beneficios derivados de los ingresos generados fuera de la isla.
BP se negó a responder a las preguntas sobre las operaciones de Júpiter y cuánto impuesto, si es que lo hay, paga la aseguradora. El portavoz de la compañía, David Nicholas, remitió a Reuters a su publicación de diciembre de 2018 sobre la política fiscal, en la que se afirma que no "participa en arreglos fiscales artificiales".
El domicilio social de Júpiter está en el primer piso de Albert House en la Esplanada, con vistas al puerto de St. Peter Port. Las oficinas no son de BP, sino que pertenecen a una multinacional de corretaje de seguros y una empresa de asesoramiento, Willis Towers.
Richard Parris Smith, jefe de la oficina de Willis Towers Management Guernsey, dijo que su firma administra Júpiter en nombre de BP y tiene 30 empleados que atienden a todos sus clientes. Willis Towers enumera otras 35 aseguradoras cautivas como clientes en un cartel fuera de su oficina.
La empresa Chevron Corp., que tiene su sede en California, tiene una aseguradora cautiva en Bermudas. Hasta 2015, AM Best emitió informes sobre Heddington Insurance Ltd. y la calificó con una nota alta debido a su "buen historial de pérdidas" y a los "fuertes ingresos por inversiones" obtenidos a través de préstamos de alto interés a otras compañías de Chevron.
La agencia de calificación no informó de cifras específicas de beneficios o ratios de operación para la aseguradora de Chevron.
Chevron dijo que formó Heddington para reducir los costos de seguro y proporcionar una cobertura más amplia que la disponible en el mercado comercial. La compañía dijo que la aseguradora pagó los impuestos de Estados Unidos pero se negó a detallar cuánto o la tasa efectiva.
Otras petroleras tienen subsidiarias en paraísos fiscales a través de las cuales autoaseguran sus instalaciones. La francesa Total SA opera la compañía suiza Omnium Reinsurance Company S.A., según sus informes financieros. Total no respondió a las solicitudes de comentarios sobre Omnium.
Suiza ofrece a las aseguradoras cautivas un tratamiento fiscal especial y tasas inferiores al 10%.
La italiana Eni SpA opera una aseguradora con sede en Irlanda que cubre las instalaciones de la empresa en lugares como Argelia y Nigeria.
Al igual que las aseguradoras de Shell y BP, Eni Insurance DAC, que tiene su sede en Dublín, disfruta de menores costos de pago como porcentaje de los ingresos que los promedios de la industria de los seguros.
En 2018, declaró un beneficio de 56 millones de euros, sobre el que pagó impuestos a una tasa de sólo el 12,5%, la mitad de la tasa italiana, y una fracción de la cantidad a la que enfrentaría en los países productores de petróleo.
Eni Insurance DAC dice en sus estados financieros que tiene como objetivo reducir los costos de seguro para el grupo Eni. Eni dijo que su aseguradora genera fuertes beneficios porque no tiene costos de marketing para reclutar clientes como la mayoría de las aseguradoras.
La empresa dijo en un comunicado que las primas de la aseguradora están en línea con las tarifas del mercado y negó que el negocio esté diseñado para la evasión de impuestos.
"La decisión de establecer la sede de Eni Captive en Irlanda fue impulsada únicamente por razones de negocios", dijo la compañía.