Casi un centenar de cineastas cubanos apuestan por participar con sus opiniones y peticiones en la reforma que el gobierno proyecta para el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos, organismo estatal que dirige el sector desde 1959.
La Habana. El cine cubano y sus instituciones viven un momento de debate enfocado a remodelar y dinamizar los mecanismos y estructuras que han guiado sus funciones durante más de cinco décadas, en sintonía con las reformas aplicadas en la isla.
Casi un centenar de cineastas cubanos apuestan por participar con sus opiniones y peticiones en la reforma que el gobierno proyecta para el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), organismo estatal que dirige el sector desde 1959.
Un grupo de esos realizadores, productores, guionistas y técnicos ha comenzado a trabajar de forma independiente en la elaboración de propuestas sobre transformaciones que consideran urgentes.
Para unificar criterios han celebrado varios encuentros en La Habana, a partir de una convocatoria para "salvar el cine nacional" que hizo el realizador Enrique Álvarez a principios de mayo.
Entre los asistentes a esas reuniones figuran representante de distintas generaciones del cine como los directores Fernando Pérez, Manuel Pérez, ambos premios nacional de cine, los también realizadores Pável Giroud, Juan Carlos Cremata, Esteban Insausti, el guionista de "Fresa y chocolate" Senel Paz, y el actor Jorge Perugorría.
"La aspiración fundamental es lograr un enfoque sistémico del cine cubano que permita trabajar a partir de la situación actual, de adaptarlo dentro de los cambios que tienen lugar en el país, pero eso pasa no solo por el aspecto económico, sino también por lo cultural y social", explicó Álvarez.
Entre sus peticiones principales la promulgación de una ley de cine que "ordene y proteja" el sector y en particular a las producciones autónomas que hoy no cuentan con respaldo oficial aunque son toleradas y solicitan "el mismo tratamiento y oportunidades" que las estatales.
Esa norma, según los cineastas, debe dar una "sombrilla legal" a las producciones independientes para su actividad financiera, el contrato de personal técnico y artístico, protección ante la piratería y la posibilidad de establecer coproducciones.
En ese estatus se encuentran cerca de un centenar de productoras en la isla, que se dedican por cuenta propia a realizar audiovisuales de publicidad, vídeos-clip musicales, filmes de animación, largo, medio, cortometrajes y documentales.
A estas peticiones se suman las quejas por el deplorable estado de muchas salas cinematográficas, el deterioro de los archivos fílmicos, la promoción deficiente que no lleva al público a los pases o encorsetadas regulaciones que obstaculizan su trabajo.
También abogan por un "Fondo Nacional de Fomento Cinematográfico" al que accedan todos los realizadores por igual, beneficios fiscales y la participación en festivales internacionales y mecanismos de distribución, que hasta ahora controla en exclusiva el ICAIC.
Tanto Álvarez como otros profesionales del cine cubano aseguran que no pretenden la desaparición del ICAIC, pero instan a su "rediseño" para convertirlo en un "mapa real".
Un cineasta cubano que pidió el anonimato, sostiene que "el tema está abierto al diálogo", cuestiona "el monopolio absoluto" del ICAIC y defiende la aprobación de una "resolución o un decreto" que dé "luz verde" a algunas decisiones mientras llega una ley de cine.
En esto coincide Claudia Calviño, joven productora independiente de "Quinta Avenida Films" que desarrolló películas como "Juan de los muertos" y "Melaza", para quien "hay muchas cosas que se pueden ir trabajando, avanzando ya, ahora que hay una intención de hacer cambios".
"Cine cubano es todo el que se hace en Cuba, tanto institucional como independiente, hay que defender al cine como patrimonio cultural y por eso tiene que apostar el Estado", opinó.
Hace unos días los sitios oficiales "Cubacine" y "Cubadebate" publicaron una reseña sobre el proceso de reestructuración que planea aplicar la dirección del país al ICAIC, conocidos durante una reunión que encabezó el presidente de esa institución artística, el escritor Omar González.
Según esos reportes, en esa asamblea con cineastas, especialistas y trabajadores del ICAIC, González afirmó que existe "voluntad política" para llevar a cabo el proceso.
Algunos cineastas se muestran escépticos sobre la respuesta a sus planteamientos porque recuerdan otros intentos fallidos, pero muchos confían en el apoyo "mayoritario y entusiasta" de su acción.