Si bien 24 universidades desistieron de participar, debido a los nuevos requisitos, solo tres de ellas estaban en el Top 30 el año pasado: Universidad de Concepción, Universidad de Tarapacá y Universidad Católica del Maule.
Hay tradiciones que está bueno dejar atrás. Una de ellas es que las universidades de régimen privado autónomo estén condenadas a ocupar posiciones subordinadas en el concierto de la calidad de las universidades chilenas. Así ha sido la historia reciente, pero –por fin– está cambiando. Todavía no son las grandes retadoras que podrían llegar a ser, pero tres de las universidades no tradicionales, que nunca se han ubicado en el Top 5 de esta medición, se encumbraron en la versión de 2015 en su Top 10. Y están estrechamente reñidas en sus puntajes: Los Andes (7°) y Adolfo Ibáñez (8°), prácticamente empatadas, y Diego Portales (9°), a menos de una décima de puntaje de las anteriores. En términos generales, la fórmula para este éxito incipiente consiste en mejoras sostenidas, a través de los años, en las principales dimensiones de calidad que buscamos medir: más profesores de jornada completa con mayores grados académicos, mejores puntajes de ingreso y más investigación académica. En la práctica, estos indicadores cobran vida en las carreras. De las 12 carreras rankeadas, estas misma tres universidades obtienen una posición Top 5 en nueve ocasiones, y una posición Top 10 en 22 ocasiones. Cabe destacar que las mejoras no son solamente en el segmento alto del ránking. Es así como diez de las 15 universidades privadas autónomas ganan posiciones este año. Uno de los saltos más relevantes pertenece a la Universidad San Sebastián, la que pasó del lugar 29° al 23°. ¿La razón? Un crecimiento acelerado (casi 1.000 alumnos nuevos por año) sin mermar otros indicadores, como el de la calidad académica de los docentes, donde mejoraron gracias a la contratación masiva de docentes de jornada completa. Un logro importante.
Este año el tamaño del ránking es menor en cuanto a la cantidad de universidades que participan en él. Son menos, pero compiten mejor entre sí, porque solo participan en la medición aquellas que entregaron a AméricaEconomía Intelligence un conjunto de información clave, inédita (en cuanto no está disponible en los estamentos públicos chilenos de educación superior) y verificable...
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