Los inversionistas interesados en el proceso de enajenación de Isagén presentaron garantía de seriedad de su oferta: Colbún, Brookfield y GDF Suez. La Contraloría tiene reparos.
El Gobierno confirmó que tan sólo tres de los cinco inversionistas interesados en quedarse con Isagén presentaron la garantía de seriedad de su oferta: GDF Suez de Francia, Colbún de Chile y Brookfield Asset Management de Canadá. Las que desistieron de la compra del 57,61% de las acciones de la generadora, participación que le pertenece a la Nación, fueron Gas Natural SGD-Grupo Empresarial (España) y la China Huadian Corporation. El Espectador le cuenta quiénes son las firmas que participarán en la subasta el próximo 19 de mayo.
Colbún. De origen chileno. No tiene presencia en Colombia, pero es una de las empresas líderes del sector en su país, con 2.962 megavatios (MW) de capacidad instalada. Cuenta con 15 centrales hidroeléctricas y siete centrales térmicas que operan con petróleo y gas natural, al igual que con carbón. Actualmente posee 892 kilómetros de líneas de transmisión de simple y doble circuito y 27 subestaciones en el país austral.
GDF Suez. La francesa ya cuenta con presencia en la región, a través de su filial GDF Suez Energy Latin America, en países como Argentina, Brasil, Chile, Perú y también en Uruguay.
En Argentina es propietaria del 64,2% de Litoral Gas y tiene una participación en el mercado del 12%. En Brasil tiene el 68,71% de Tractebel Energia y representa aproximadamente el 7% del total de la capacidad de generación de energía instalada. En Chile tiene una participación de control del 52,76% en E-CL y representa el 49% del mercado. En Perú es dueña del 61,73% de Enersur, catalogada como la entidad de generación eléctrica privada más grande del país inca. Finalmente, en Uruguay tiene una participación del 50% en Gas Natural Licuado del Sur.
Brookfield. Es un gestor global de activos alternativos con más de US$200.000 millones en su poder. Sus principales objetivos son la energía renovable, la infraestructura y el capital privado.
Invierte en compañías atractivas, sobre todo en situaciones de peligro, lo que genera oportunidades para lograr ganancias altas, o también mediante la monetización de activos, que le permite adicionar un valor a la compra para luego venderla más cara.
Para Andrés Duarte, gerente de renta variable de Corficolombiana, después de concretados estos tres ofertantes el precio mínimo para la venta de Isagén sería de $3.394 por acción, con lo que se superarían los $5 billones que el Gobierno espera obtener por esta operación. Alejandro Lucio Chaustre, director de Óptima Consultores, dice que cualquiera de las tres firmas puede darle valor a la generadora colombiana para participar en nuevos proyectos en el país.
A la par, la Contraloría le envió un mensaje al Gobierno: “La venta de Isagén puede generar recursos de hasta $9,3 billones (US$3.866,2 millones)”, pero implica grandes riesgos, como pasar a depender de las “determinaciones de privados para expandir la oferta energética”. El ente de control agregó que la salida “puede provocar una baja en los ingresos del país y llevar a recortes presupuestales en los próximos años en algunos sectores, afectaría el mercado de energía eléctrica y la estructura tarifaria”.
Y como ha sido el Ejecutivo el que más ha advertido que se estará cambiando un activo por otro, es decir, vender Isagén para inviertir en infraestructura vial, la Contraloría también se refirió con argumentos: “Podría significar el cambio de un activo productivo por otro cuya rentabilidad es difícil de cuantificar”. Todo esto mientras se dio a conocer que los ingresos operacionales de Isagén crecieron 59% entre 2010 y 2014, permitiéndole generar utilidades de $443 mil millones en promedio durante este período, de las cuales el 57,66% corresponden a la Nación. ¿Qué decidirá el Gobierno?.