El “girasol fotovoltaico” produce hasta 40% más de energía que los paneles tradicionales con independencia de su instalación y orientación, incluso en días nublados.
La industria fotovoltaica destina cada vez más recursos en mejorar la eficiencia energética de las células solares con soluciones innovadoras que rentabilicen los costes de producción de los paneles. En ocasiones estas soluciones se centran en la explotación de nuevos materiales con aplicaciones en el campo de la fotovoltaica, otras en cambio, plantean cambios sustanciales en el propio diseño del panel. Este es el caso de los girasoles fotovoltaicos de uso doméstico desarrollados por la compañía austriaca Smartflower.
Este girasol fotovoltaico orientado al autoconsumo permite generar energía 100% limpia suficiente como para abastecer las necesidades energéticas diarias de una vivienda estándar, mejorando hasta en un 40% la producción de energía de los paneles fotovoltaicos convencionales. De hecho, una de las principales bazas de la tecnología de smartflower POP reside en su capacidad para integrarse en los edificios, cuando los criterios estéticos o los problemas de orientación de la cubierta imposibilitan la instalación de sistemas fotovoltaicos tradicionales.
Tecnología fotovoltaica inspirada en la naturaleza. La singularidad de este dispositivo fotovoltaico inteligente reside en su forma de abanico para realizar un seguimiento constante de la trayectoria del sol en tiempo real, manteniendo en todo momento un ángulo de 90º con respecto al sol. Esto es posible gracias al sistema de control astronómico inteligente que incorpora el módulo que permite desplazar los diferentes módulos del abanico con respecto a su eje vertical y horizontal. De esta forma se mantiene la posición óptima de los girasoles fotovoltaicos con respecto al sol mejorando el rendimiento de la instalación con una producción media anual de 4.000 kW/h, incluso con días nublados.
Gracias al control inteligente del movimiento sobre dos ejes se optimiza la producción de energía para consumo doméstico, con independencia del lugar de la vivienda donde se instale el dispositivo y el plano de orientación de la superficie. Aunque la producción de energía variará con respecto a la situación geográfica del emplazamiento, la producción media de uno de estos paneles inteligentes oscila entre los 3.400 y 6.200 kWh.
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De hecho, sus creadores argumentan que la capacidad de abastecimiento de un panel estático instalado en cubierta es del 30%, mientras que con la tecnología de un solo smartflower POP se puede cubrir hasta un 60% del abastecimiento energético de una vivienda estándar. Se trata por tanto de una solución inteligente para conseguir que nuestra vivienda produzca energía limpia 100% renovable sin ningún tipo de impedimento técnico o estético.
El smartflower POP llega a España. El fundador de la compañía, Alexander Swatek, presentó recientemente su tecnología en el Museo Lázaro Galdiano de Madrid, junto con el director de smartflower en España, Julio Matilla, con el objetivo de preparar la llegada del innovador módulo fotovoltaico inteligente al mercado energético español. Todo ello bajo un contexto de incertidumbre por las cortapisas del gobierno al autoconsumo energético y los polémicos recortes a las renovables.