La cuarta economía de la zona euro fue víctima en los primeros años de 2000 de una fiebre desenfrenada de la construcción.
La construcción ha empezado a revivir en España seis años después del estallido de la burbuja inmobiliaria que sumió al país en la peor crisis de su historia reciente, y dejó centenares de miles de viviendas vacías.
La cuarta economía de la zona euro fue víctima en los primeros años de 2000 de una fiebre desenfrenada de la construcción. Cada año se construían 700.000 viviendas, tanto como Francia, Alemania e Inglaterra juntas.
Las autonomías y los ayuntamientos invirtieron en infraestructuras sobredimensionadas o incluso innecesarias, como el aeropuerto fantasma de Huesca en los Pirineos o el de Castellón, o en el macroproyecto de viviendas de Seseña, en la provincia de Toledo, que se quedó prácticamente vacío.
Antes de la crisis, la construcción empleaba a cerca de 1,9 millones de personas. Actualmente, son poco menos de 700.000, pero desde hace algunos meses, las empresas empiezan a contratar. En noviembre crearon cerca de 10.000 empleos, según datos del ministerio de Trabajo.
"Está principalmente ligado al aumento de obra civil", explica un portavoz de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC)
Esta tendencia se proseguirá en 2015 ya que el proyecto de presupuesto del gobierno prevé una subida del orden del 6% en inversiones en infraestructuras. "Hay mucho optimismo en el sector de la construcción, en parte debido a los anuncios realizados por el ministro de Fomento", constata Javier Vaca, responsable del desarrollo en el grupo de construcción español FCC.
Pero esta ligera recuperación no se limita a la obra pública. "La mejora constatada en inversiones en la construcción desde principios de año parece haber continuado estos últimos meses", constató a finales de noviembre el Banco de España.
De hecho, la construcción de vivienda vive un ligero auge. "Hay toda una serie de factores que nos hacen pensar que estamos ante un punto de inflexión", como las bajísimas tasas de interés que ofrecen un acceso al crédito más fácil para los hogares y el aumento de los permisos de construcción, comenta Miguel Cardoso, economista jefe del departamento de investigación del banco BBVA.
En los nueve primeros meses del año el número de permisos de construcción de vivienda nueva, que se había derrumbado durante la crisis ha crecido un 5,7% en un año, según el BBVA Research.
Y ello pese al stock importante de viviendas construidas antes de la crisis que siguen sin venderse. El problema es que "una buena parte de la sobreoferta no se encuentra en áreas urbanas de fuerte crecimiento", como Madrid o Barcelona, comenta Cardoso. Se trata de residencias secundarias situadas en la costa o en el centro del país.
Estas señales alentadoras no se traducirán todavía este año en un aumento del volumen de negocio del sector. En conjunto, la actividad debería caer un 2,4% en 2014, antes de volver a crecer, predice el instituto de previsiones catalán especializado Itec. Este vaticina que el próximo año crecerá 1,8%, antes de acelerarse al 5% en 2017.
Es una buena noticia para un sector siniestrado por la crisis. "No estamos en el sótano, estamos en unas catacumbas", bromea Josep Ramon Fontana, de la red europea de previsión Euroconstruct, para ilustrar esta caída. La construcción, que llegó a representar el 20% del PIB español en 2007, se sitúa ahora en el 5%, según el instituto Itec.
Los inversores extranjeros también han empezado a regresar, constata el economista del BBVA. El ejemplo más reciente es el del magnate mexicano Carlos Slim que va a invertir 650 millones de euros en FCC para convertirse en su principal accionista, en una apuesta por la recuperación del sector.
No es necesario que el sector alcance los niveles que tenía antes de la crisis, insisten los expertos. "En el pasado, el mercado inmobiliario anticipaba la recuperación económica. Esta vez, el sector no es causa de la recuperación, sino consecuencia" de la misma, se alegra Miguel Cardoso.