El creciente consumo del grano en Colombia en los últimos cuatro años ha mostrado repuntes que no se veían hace dos décadas.
El consumo de café en el país, desde 2010 hasta el momento, ha registrado los crecimientos más destacados de los últimos 20 años, pese a tener períodos de una demanda en declive. Además, los hábitos de los consumidores a la hora de solicitar este producto se han modificado tanto en el hogar como fuera de él. Pequeños comercios, grandes superficies y tiendas especializadas han sido los protagonistas del cambio. Estas son algunas de las conclusiones a las que llega Ana María Sierra, coordinadora ejecutiva del programa Toma Café (que fue lanzado hace cuatro años para estimular el consumo del grano).
“Durante 2013 el consumo batió récord. Venía cayendo de forma alarmante. Desde el lanzamiento del programa se logra un cambio de tendencia”, aseguró Sierra, al tiempo que destacó que en 2013 la demanda de este producto (tostado, molido y liofilizado) creció 2,7% entre los consumidores, lo cual no se había visto en lo corrido de una década.
En este momento, de acuerdo con cifras de la firma Nielsen al corte de enero de 2014, la demanda interna del país está siendo cubierta con 1,5 millones de sacos de 60 kilos. Esto, al ponerlo en el plano de consumo per cápita, se traduce en que un colombiano en promedio está consumiendo a diario aproximadamente cuatro tazas de café. “Cerca del 50% del consumo se hace en el hogar. El 50% restante, afuera de este. Esa tendencia ha crecido fuertemente”, explica Sierra.
La categoría de café, según los cálculos del programa Toma Café, es un negocio que está moviendo al año en Colombia cerca de $1 billón (US$530 millones). El grano tostado y molido, a través del canal al detal, ha sido uno de los protagonistas del dinamismo del mercado interno. Sin embargo, el renglón de cafés premium ha venido ganando protagonismo, ya que representa cerca del 5% de las ventas totales.
Las regiones que le dieron impulso al consumo en la categoría durante el año pasado, explican los datos de Nielsen, son siete departamentos de la costa Caribe, el Eje Cafetero, Huila, Tolima, Valle del Cauca, Cauca y Nariño. Entretanto, las zonas que han jalonado la demanda de café soluble, son: Eje Cafetero, Tolima y Huila.
“La costa Caribe continúa con una buena tendencia de crecimiento en el mercado de consumo masivo en los últimos años, frente a las demás regiones. Específicamente en Atlántico, se destaca la preferencia de compra en el canal tradicional”, explica un documento de Toma Café.
“Hay un cambio de comportamiento en el consumo de café y un nuevo relacionamiento con éste. Los abuelos tomaban tinto, perico (café con leche) en pocillos pequeños; era un café aguado. Ahora tomamos cafés de hasta 400 centímetros cúbicos, mucho más densos”, asegura el presidente de la firma consultora Raddar, Camilo Herrera Mora, quien cree que las cifras de Toma Café coinciden con una dinámica creciente del mercado cafetero interno.
“El consumo de café está al levantarse. Al desayuno, después de almuerzo y a la media tarde cuando se regresa del trabajo (en esas horas se consume café con leche). Además, productos como el capuchino vienen impulsándose de la mano de tiendas especializadas y la industria ha hecho innovación para hacer más fácil el consumo de cafés como estos”, explica Sierra.
La Federación Nacional de Cafeteros (FNC) reveló que entre enero y mayo la producción cafetera del país llegó a 4,59 millones de sacos. Esta cantidad fue mayor en 14% a la registrada en igual período del año pasado. Luis Genaro Muñoz, gerente general de la FNC, dijo que entre junio de 2013 y mayo de este año se cosecharon 11,5 millones de sacos, lo cual representa un alza de 30% frente al período junio de 2012-mayo de 2013.
Adicionalmente, en materia de exportaciones, la Federación reveló que estas llegaron a 4,5 millones de sacos entre enero y mayo de 2014, lo cual equivale a un repunte de 860.000 sacos (23%) en comparación con igual lapso de 2013.