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Crece interés de los colombianos por el mercado inmobiliario en el exterior
Lunes, Mayo 26, 2014 - 07:48

El incremento de los precios de la tierra en el país abrió el apetito por bienes de afuera.

Mientras que en el suroeste de la Florida el precio mínimo del metro cuadrado de tierra es de US$26, en el sur de Bogotá su costo es US$420. Una de las razones de esta diferencia es que la tierra para construir está agotándose.

Y fue precisamente la crisis inmobiliaria que vivió Estados Unidos hace unos años la que impulsó a la firma Royal Investments a poner sus ojos en un negocio para comprar propiedades en ese país y venderlas a colombianos.

De acuerdo con Gloria Silva, gerente de la compañía en Colombia, el objetivo de la holding, que tiene dos subsidiarias en Estados Unidos, es buscar oportunidades de negocios inmobiliarios, que generen rentabilidades seguras, sin especulaciones y que sean inversiones reales.

Uno de los parámetros que utiliza esta compañía, con 13 años de operación, es la compra de bienes baratos en mercados que estén en pleno desarrollo, como Perú, Colombia, México o Brasil, que ofrecen valorización por el crecimiento de las economías y en otros casos en mercados en crisis como Estados Unidos y España, donde se encuentran oportunidades de negocios.

Según Silva, “la diferencia de esta compañía, con otros empresarios que están en el sector inmobiliario, es que no salimos a buscar el aviso de ‘se vende’ para ser intermediarios entre el comprador y el vendedor, sino que la holding busca unos inventarios, los limpia, los legaliza y los somete a una entidad que certifique que las propiedades son viables y así poder ofrecerlas al mercado internacional, especialmente a brasileños, colombianos, peruanos y venezolanos”.

Señala que no son un corredor que simplemente hace una intermediación que busca una comisión, sino que ellos hacen toda la operación y el acompañamiento a los inversionistas.

Semanalmente su inventario es de 80 propiedades, especialmente en terrenos localizados en el suroeste de Florida, para que el inversionista tenga que seleccionar, lo que además, sostiene Silva, genera confianza entre los compradores.

La directiva señaló que mientras que otros inversionistas aprovechan los momentos de crisis para invertir, los colombianos esperan que se consolide el negocio para acceder al mercado, lo que le impide obtener la rentabilidad producida.

En 2009, en plena época de crisis inmobiliaria de Estados Unidos, el mercado llegó a vender el metro cuadrado de terreno entre US$11 y US$12, la cifra más baja en los últimos 50 años en la historia del sector en este país.

El desarrollo del negocio ha sido tan próspero que el año pasado vendieron US$1,5 millones, con 130 propiedades, y este año esperan llegar a US$2,5 millones con 160 propiedades. Además, están a la espera para entrar en el mercado español, donde la crisis tocará fondo en año y medio, explicó. “Esta espera permitirá tener seguridad de que las propiedades no vuelvan a caer en el corto plazo”.

Sostiene que el miedo y el desconocimiento en este tipo de inversiones se han reducido en Colombia y en otros países de la región, a tal punto que hoy han crecido los negocios y la rentabilidad.

Indicó que uno de los temores para acceder a estas inversiones es que el terreno está lejos y muchas veces no tienen ni visa, razón por la cual invierten en Colombia, a pesar de que los precios son mucho más altos, pero tienen la certeza de que pueden visitar el predio y sentirlo más cercano.

Una vez el inversionista realiza la compra, paga una pequeña cuota de US$1.000  para indagar que el predio o inmueble esté a su favor, a través de un certificado, el cual a diferencia del de tradición en Colombia, está acompañado de un seguro que protegerá la propiedad.

Una vez termina este proceso, un notario estadounidense envía los documentos para que el inversionista en Colombia los certifique con un notario y se proceda a definir la forma de pago del inmueble. A la vuelta de tres o cinco meses tendrá su escritura.

“Nosotros como compañía registrada en el Estado colombiano estamos obligados a declarar toda inversión que un ciudadano haga con nosotros ante el Banrepública, a través de la declaración cambiaria número 4”, explicó.

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ELESPECTADOR.COM