El director de la firma Etellekt explica que la actividad ilícita requiere de gente capacitada, con conocimiento de los horarios de operación de los ductos de Pemex.
La fragmentación de las organizaciones del crimen organizado y narcotráfico, la diversificación de sus actividades delictivas, la apertura del mercado energético y el encarecimiento de los combustibles ha contribuido a un aumento en el robo de hidrocarburos, actividad que dominan los grandes cárteles del país, quienes son responsables de 95% de las tomas clandestinas a nivel nacional, de acuerdo con un estudio de la consultora mexicana Etellekt.
A través del reporte “Situación actual y perspectivas sobre el robo de hidrocarburos en México 2016”, la firma especializada en análisis de riesgos y políticas públicas pormenoriza que la participación de estas organizaciones trasnacionales hace dos años se distribuyó en 38,88% por Los Zetas y 21,39% por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Asimismo, el Cártel del Golfo controlaba en 16.34% el mercado de robo de hidrocarburos; los Beltrán Leyva 7,57%; el Cártel de Sinaloa 6,29%; la Familia Michoacana 2,52%; los Caballeros Templarios 1,26%; y el Cártel de Juárez 0,70%.
Ello significa que las organizaciones del crimen organizado trasnacional son responsables de 95% de las tomas clandestinas en la red de ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex).
No obstante, este mercado ilícito ha mostrado cambios en los últimos dos años, explica en entrevista el director de Etellekt, Rubén Salazar. Los números indican que, en el 2015, 5,05% de las ordeñas fueron hechas por bandas de menor tamaño, también conocidas como huachicoleros, que son compuestas por gente que proviene de las comunidades cercanas a los ductos.
Salazar relata que en un inicio, los cárteles, en particular Los Zetas, comenzaron a dejar las válvulas abiertas de los ductos petroleros para autoconsumo; el siguiente paso fue llevar producto a comunidades lejanas para abastecerlas a través de la venta de litros en el mercado negro.
Sin embargo, detalló, esta actividad que estaba casi monopolizada por Los Zetas, sale de su control y surgen pequeñas bandas muy activas que comienzan a disputarse el negocio. El conflicto llegó a tal grado que hace un año y medio comenzaron a registrarse violentas ejecuciones en contra de los huachicoleros.
Según estimaciones de la Unidad de Análisis de Riesgos en Seguridad de Etellekt, la venta de hidrocarburos deja ganancias millonarias. Al año a Los Zetas obtienen unos 7.000 millones de pesos; mientras que el CJNG obtiene ganancias de poco más de 4.000 millones de pesos.
La consultora identifica dos formatos de robo de combustible: la extracción ilegal del hidrocarburo y el hurto de la pipa. Rubén Salazar explica que la primera técnica requiere de gente capacitada con conocimiento de los horarios de operación de los ductos, pues éstos no se encuentran transportando hidrocarburo todo el día y se requiere que estén vacíos para perforarlos y ordeñarlos.
Por ello, la firma (fundada en el 2010 y que entre sus líneas de asesoría se encuentra la Gestión y Mitigación de Riesgos) presume la participación de personal de Pemex que proporciona la información clave a la delincuencia organizada acerca de la hora determinada del día en que pasa el combustible.
En la cadena de este delito también existe la complicidad de elementos de seguridad que facilitan los movimientos regionales. Salazar refiere que la mejor manera para restar capacidad a los cárteles y bandas de huachicoleros es cesar el flujo de información que escapa de Pemex, pues de no depurar las filas de la empresa, fracasarán en los operativos.