El resultado de las primarias ha generado incertidumbre y los productores están cambiando el portfolio "por cultivos de menor costo", informó Pablo Adreani, titular de AgriPac. El valor de producción de una hectárea de maíz es 70% más alto que el de la soja.
Buenos Aires. La crisis financiera que golpea a Argentina está obligando a los agricultores del país sudamericano a rediseñar su estrategia para el ciclo 2019/20 y la consecuencia sería un traslado de hectáreas originalmente pensadas para el maíz hacia la soja.
A inicios del mes pasado, los productores argentinos planificaban una campaña que según analistas registraría un fuerte crecimiento en la superficie de maíz, a expensas de una caída en el área de soja, cultivos que compiten por la superficie de la extensa pampa húmeda.
Sin embargo, un inesperado amplio triunfo del peronista Alberto Fernández en la primarias presidenciales del 11 de agosto desató una corrida cambiaria que derivó en la aplicación de controles cambiarios por parte del Gobierno argentino, lo que ha obligado a los productores revisar sus hojas de ruta y la soja resultaría la beneficiada.
"El resultado de las PASO (elecciones primarias argentinas) ha generado incertidumbre y los productores estarían cambiando el portfolio por cultivos de menor costo", dijo a Reuters Pablo Adreani, titular de la consultora AgriPac y señaló que el valor de producción de una hectárea de maíz es de cerca de US$500, casi un 70% más alto que el de la soja.
"Asusta un poco enterrar todos esos dólares", dijo el productor agropecuario Dino Garimanno de la localidad de Laboulaye, en el sur de la provincia de Córdoba, que explicó a Reuters que está evaluando modificar sus previsiones de siembra de maíz por una opción más barata.
Para Gustavo López, director de la consultora Agritrend, la tormenta desatada tras las elecciones en principio recortaría en 200.000 hectáreas el área pensada originalmente para el maíz, a 6 millones de hectáreas, mientras que la soja recogería esa superficie para llegar a los 17,7 millones de hectáreas.
En Argentina -el principal exportador mundial del aceite y harina de soja, y el tercero de maíz- ya comenzó la siembra de los primeros lotes del cereal, mientras que las tareas de implantación de la oleaginosa se inician en octubre.
Los dos cultivos son los más importantes para el país sudamericano, que según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) en la campaña 2018/19 produjo 56 millones de toneladas de soja y 48 millones de toneladas de maíz.
A su vez, el director de Informaciones y Estudios Económicos de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Julio Calzada, dijo que la crisis post-primarias podría redundar en una caída en los niveles de inversión de los productores, afectando la calidad y rendimientos de los cultivos.
"Si las cosas se complican, la fertilización (cuyo valor es en dólares) podría llegar a estar un 15% a la baja", explicó.
Recalculando. El triunfo del opositor de centro-izquierda Fernández, que es a su vez el virtual fracaso del deseo del presidente argentino Mauricio Macri de ser reelecto en los comicios de octubre, lanzó al peso argentino en una espiral descendente, cayendo un 19% con respecto al dólar desde las primarias.
Una serie de controles financieros aplicados el domingo por el Gobierno de Macri lograron detener de manera momentánea el derrumbe de la moneda local. Sin embargo, la economía argentina continúa con pronóstico reservado.
En tanto, muchos agricultores ven con incertidumbre un triunfo de Alberto Fernández, cuya fórmula incluye como candidata a vicepresidenta a la exmandataria Cristina Fernández, quien mantuvo una agria relación con el sector durante sus dos gobiernos por distintas intervenciones al mercado agropecuario.
"Estoy recalculando", dijo Juan Granero, un productor agropecuario de la localidad de Chivilcoy, en el norte de la provincia de Buenos Aires, en momentos en que sigue planificando su campaña de granos de verano.
"Uno tiene armado un esquema de siembra, una rotación de pasturas, pero no sabés, no te animás (...) No sé si es preferible el quilombo (lío) de ahora o la seca de hace dos años", agregó Granero, haciendo referencia a la histórica sequía que causó millonarias pérdidas en la campaña 2017/18.