Se suponía que fuese la panacea para la economía cubana: vastas reservas de oro negro enterradas bajo el lecho marino. Pero el primer intento en casi una década de hallar la esperada bonanza petrolera ha terminado con las manos vacías, y los dirigentes de la isla y sus asociados esperan pronto tener mejor suerte.
Los expertos dicen que no es inusual que un pozo exploratorio, como el perforado por la petrolera española Repsol a un costo de US$100 millones, a 4.8 kilómetros (3 millas) de profundidad, sea infructuoso. Cuatro de cada cinco de esos pozos no hallan nada, y las empresas petroleras están preparadas para absorber las pérdidas.
Pero Cuba tiene mucho más en juego, y sólo le quedan unas pocas vueltas más a la ruleta. La enorme plataforma Scarabeo-9 usada en la búsqueda es la única del mundo que puede perforar en aguas cubanas sin incurrir en sanciones por el embargo económico estadounidense, y está bajo contrato para entre uno y cuatro pozos exploratorios más antes de seguir viaje a Brasil.
“Si no se halla petróleo ahora, creo que pasarán otros cinco a diez años antes de que alguien más venga a perforar nuevamente” , afirmó Jorge Piñón, ex presidente de Amoco Oil Latin America y experto en las perspectivas energéticas cubanas. “No es porque no haya petróleo, sino porque las tribulaciones que hay que sobrellevar para perforar en Cuba no valen la pena cuando hay opciones mejores y más fáciles en lugares como Angola, Brasil y el Golfo de México estadounidense”.
Una demora sería catastrófica para Cuba, donde el presidente Raúl Castro trata desesperadamente de sacar a flote la economía por medio de limitadas reformas de libre mercado, y se ha visto forzado a cortar muchos de los subsidios a los que los cubanos se habían acostumbrado a cambio de salarios de apenas US$20 mensuales.
También podría dejar al gobierno comunista más dependiente de Venezuela, cuyo presidente Hugo Chávez padece de cáncer. Chávez suministra a Cuba petróleo fuertemente subvencionado por valor de US$3 mil millones por año, en un acuerdo que podría evaporarse si muere o si no es reelegido en octubre.
Un hallazgo de petróleo, por otra parte, podría mejorar potencialmente las ásperas relaciones con Estados Unidos, sugieren algunos analistas. Dicen que la industria petrolera estadounidense podría presionar al Congreso para que alivie el embargo de modo que pueda participar en Cuba. Por lo menos, haría falta una coordinación entre los viejos enemigos para prevenir cualquier derrame que pudiese embadurnar las playas de los dos países.
El gobierno cubano no ha comentado el anuncio de Repsol del 18 de mayo de que el primer pozo estaba seco, y no quiso permitir que ningún funcionario ni experto fuese entrevistado para este despacho.
El siguiente en la fila para perforar en aguas cubanas es Petronas, de Malasia, que tiene los derechos de exploración de un área en el estrecho de la Florida a unos 180 kilómetros (110 millas) al sudoeste del lugar de perforación de Repsol. Wee Yiaw Hin, vicepresidente ejecutivo de Petronas para exploración y producción, dijo a The Associated Press que la perforación ha comenzado y que espera resultados para fines de julio.
Después de esa fecha, dijeron dos expertos de la industria, Repsol tiene contrato para perforar un segundo pozo, aunque podría retirarse del acuerdo pagando una penalidad a Saipem, la empresa italiana propietaria de la plataforma. Kristian Rix, un vocero de Repsol en Madrid, dijo que todavía se evaluaba la decisión de perforar otro pozo.
Las empresas PDVSA de Venezuela y Sonangol de Angola tienen opciones para perforar en el turno siguiente, pero no tienen ninguna obligación si no les agradan las perspectivas. Aunque ambos países son firmes aliados de Cuba, a US$100 millones el pozo, la decisión de perforar probablemente se basaría solo en consideraciones económicas.
Aunque se halle petróleo, el Scarabeo-9 tiene contrato para desplazarse después a Brasil, sin fecha para su regreso a Cuba.
“Suponiendo que pudiesen descubrir petróleo, llevarlo al mercado tomará años de esfuerzos de desarrollo”, observó Victor Shum, analista de energía en la firma consultora Purvin & Gertz en Singapur.
Una vez que un pozo exploratorio descubre petróleo, las compañías por lo general perforan de 10 a 20 pozos adicionales en las cercanías para determinar la magnitud de las reservas. El proceso puede tardar varios años aun en circunstancias normales, que no son precisamente las de Cuba.
El Scarabeo-9 fue construido en Asia con menos del 10% de partes fabricadas en Estados Unidos para evitar violar el embargo de Washington, lo que lo convierte en la única plataforma petrolera que satisface ese requisito. Eso significa que ninguna otra puede usarse en Cuba sin arriesgarse a sanciones estadounidenses, y los pozos adicionales deberían ser perforados de uno a la vez, con 100 días para completar cada uno. A unos tres pozos por año, esta segunda fase podría tardar seis años, siempre y cuando la plataforma estuviese disponible.
Por encima de todo, y a causa del embargo, Cuba no puede tomar prestado de instituciones internacionales, y sus antecedentes de pagos poco brillantes le han dejado pocos recursos.
Un hallazgo petrolero podría cambiar la situación, ya que Cuba podría usar las reservas petroleras como colateral para garantizar nuevo financiamiento. China y Brasil son vistos como prestamistas potenciales, pero es poco probable que alguno de ellos aporte dinero sin confianza razonable en que recuperarán su inversión.