El presidente del Grupo empresarial Viajes Cuba, José Manuel Bisbé, confirmó la posibilidad de despegue de la llegada de cruceros al país, con entradas en los puertos de Cienfuegos, al centro sur del país, y de Santiago de Cuba, en la región oriental, además de La Habana.
La industria turística cubana, convertida en el sector más dinámico de la economía de la isla, trata de impulsar la entrada de cruceros a diversos puertos, adonde han arribado buques de las compañías estadounidenses Carnival, Pearl Seas, Royal Caribbean Cruise y Norwegian Cruise Line.
El presidente del Grupo empresarial Viajes Cuba, José Manuel Bisbé, confirmó a la prensa local la posibilidad de despegue de la llegada de cruceros al país, con entradas en los puertos de Cienfuegos, al centro sur del país, y de Santiago de Cuba, en la región oriental, además de La Habana.
Bisbé explicó que en la isla se reciben 12 líneas y marcas de cruceros, cuyas naves sobrepasan el millar de pasajeros, pero anunció la posibilidad de iniciar este año operaciones con embarcaciones de una capacidad superior a los 2.000 viajeros.
Tras un discreto despegue de esta modalidad desde finales de 2016, cuando se alcanzó la cifra de unos 88.000 cruceristas, ha continuado en ascenso y ya, en los dos primeros meses de este año, se recibieron alrededor de 55.000 viajeros, precisó Bisbé.
Según estimados, en 2017 se podrá alcanzar una cifra que oscila entre 200.000 y 300.000 visitantes en esa modalidad.
Tras el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos, La Habana y otros puertos cubanos siguen revelándose como un destino deseado por las navieras, cuyas rutas recorren el Caribe, región que se consolida como el principal mercado de cruceros del mundo.
Sin embargo, los viajeros estadounidenses deben cumplir los requisitos de alguna de las 12 categorías de viaje que permite Washington, ya que el bloqueo impuesto a la isla impide a los ciudadanos norteamericanos viajar como turistas al seductor destino Cuba.
De acuerdo con expertos, la infraestructura portuaria actual de la isla admite la entrada de 21 cruceros semanales a través de las terminales de La Habana, las provincias de Santiago de Cuba (sureste) y Cienfuegos (centro) y en Isla de la Juventud (suroeste).
El turismo de cruceros cayó en Cuba en un 89% de 2005 a 2007, al bajar de 102.440 visitantes a 11.000 tras la compra por la empresa norteamericana Royal Caribbean de la española Pullmantur, dueña del barco Holiday Dream que viajaba con frecuencia a la isla y dejaba más de US$15 millones en ingresos.
En 2009 se reanudaron las operaciones tras una pausa y se estimaron unas 20 escalas con unos 6.368 pasajeros.
Al cierre de 2016 sobrepasaron los 88.000 pasajeros que emplearon esta modalidad, y para el presente año se duplicará el arribo de embarcaciones de ese tipo.
Más de un centenar de cruceros operan semanalmente en el área del Caribe, procedentes de distintos países, en un negocio valorado en varios miles de millones de dólares al año, por lo que se calcula que podría recibir más de un millón de visitantes en cruceros.
A partir de los datos de la Asociación de Cruceros del Caribe y La Florida, se estima que cada crucerista gasta, generalmente, unos US$5,92 en cada escala.
Según fuentes gubernamentales cubanas, la isla podría aprovechar la capacidad operativa creada para recibir aproximadamente un millón 200.000 cruceristas, con más de mil escalas de esos buques en un año, lo que generaría ingresos por más de US$139 millones.
Según ha confirmado el Ministerio del Turismo, este año se espera recibir a cuatro millones 200.000 visitantes internacionales en todas las modalidades de viajes, 164.423 más que los registrados en 2016.
El año pasado llegaron al país cuatro millones 35.577 vacacionistas foráneos, lo que representó un incremento del 14,5% en relación con lo alcanzado en 2015.
Tanto las compañías como los viajeros de las modalidades de cruceros y vuelos internacionales destacan al destino Cuba como muy atractivo gracias a sus recursos naturales, especialmente las playas, valores históricos, clima, riqueza cultural y patrimonial, ambiente de tranquilidad y hospitalidad de su pueblo.