Azcuba espera poner a funcionar otras diez fábricas de azúcar hasta 2015, modernizar su tecnología, mejorar los rendimientos y los sistemas de pago de la caña, y aplicar mecanismos de gestión eficientes que les permitan autofinanciarse.

El recién constituido conglomerado empresarial azucarero cubano, Azcuba, empleará este año poco más de 62% de sus ingresos en inversiones para adquirir maquinaria y tecnología con el objetivo de revivir esa industria, que años atrás fue la principal de la isla.

"En este año que corre nosotros estamos utilizando (en inversiones) el 62,34% de las divisas que ganamos en la exportación (...), el resto se lo aportamos al Estado", dijo el vicepresidente de Azcuba, Wilson Morell.

Morell intervino esta semana en un Congreso de la Asociación de Técnicos Azucareros de Cuba (ATAC), al que asistieron expertos de ocho países.

Con esas inversiones, Azcuba espera poner a funcionar otras diez fábricas de azúcar hasta 2015, modernizar su tecnología, mejorar los rendimientos y los sistemas de pago de la caña, y aplicar mecanismos de gestión eficiente que le permitan autofinanciarse.

Morell adelantó que la isla espera crecimientos productivos de 15% y 20% anuales, después de que la cosecha 2011-2012 permitiera un incremento de 16%, que fue considerado insuficiente por las deficiencias e incumplimientos de la campaña.

El directivo señaló que actualmente se destinan US$3  millones anuales a tecnología para mejorar la calidad del azúcar, cuando se requieren 10 millones.

Morell dijo que ya fueron importadas 27 cosechadoras y se espera incrementarlas a 100 este año, y de acuerdo con versiones de prensa, los equipos proceden de Brasil, que acaba de otorgar a Cuba un crédito de US$200 millones para maquinaria agrícola.

La semana pasada el ministro de Desarrollo brasileño, Fernando Pimentel, estuvo en La Habana donde conversó con autoridades cubanas sobre el apoyo que Brasil puede dar al proceso de actualización del modelo económico que impulsa el presidente Raúl Castro, con quien se reunió.

Según fuentes diplomáticas, ambas partes hablaron de contribuir a la modernización y gestión del azúcar incluso con cogeneración de energía eléctrica.

En enero último, el grupo brasileño Odebrecht anunció que firmará a través de su subsidiaria independiente COI un contrato con Azcuba para la gestión productiva de una fábrica en Cienfuegos, en el centro-sur de la isla.

Azcuba asumió en octubre del pasado año las atribuciones del ahora disuelto ministerio de la Industria Azucarera y ahora administra a 13 empresas, 56 fábricas y unas 850 fincas productoras de caña.

De esas 56 refinerías, en la anterior campaña azucarera se mantuvieron activas 46 refinerías de azúcar, en comparación con las 39 que funcionaron en la temporada precedente.

Cuba produjo ocho millones de toneladas de azúcar sin refinar en 1990, pero con la desaparición de la Unión Soviética, su principal socio comercial, disminuyeron los rendimientos hasta tocar fondo en 2009 cuando la producción llegó a 1,1 millones de toneladas, el resultado más bajo en un siglo.

En la actualidad, la isla produce unas 1,5 millones de toneladas anuales.

A inicios de agosto del pasado año, en una sesión parlamentaria que analizó la situación de la economía en los primeros seis meses de 2011, el presidente Raúl Castro dijo que se logró detener el deterioro de la producción de azúcar.

Azcuba desarrolla ahora un modelo de fábrica de azúcar de nuevo tipo basado en la eficiencia económica y productiva, sistemas integrales de gestión y control, el uso de nuevas tecnologías y la aplicación de agricultura de precisión.

Las autoridades también impulsan un programa de modernización de la centenaria industria azucarera, que incluye el cambio de las antiguas cosechadoras KTP, de tecnología soviética, por máquinas brasileñas más eficientes.

Entre 2002 y 2004, Cuba reestructuró el sector azucarero con la reducción de sus centrales de 156 a 61, la eliminación de más de 100.000 plazas de trabajo y la disminución de la superficie de cultivo de 2 millones de hectáreas a unas 750.000, de acuerdo con datos oficiales.