El apagado de las centrales nucleares en Alemania está decidido, pero expertos dudan de que los operadores puedan pagar los millones que cuesta desmontarlas.
Alemania decidió abandonar por completo la energía atómica en 2022, una decisión política que costará muchos millones de euros. Ya en este momento, la ampliación de redes de energías renovables produjo un importante aumento en los precios de la electricidad. Y todavía no se puede calcular cuánto dinero costará el desmontaje de las centrales nucleares, pero es casi seguro que no serán suficientes los 34.000 millones de euros que los operadores reservaron para ese fin.
Según el registro de la Oficina Federal de Protección de Radiaciones hay aún nueve centrales atómicas en funcionamiento. Ocho reactores se apagaron luego de la catástrofe de Fukushima. A eso se suman 16 instalaciones que se encuentran en medio del largo proceso de apagado total.
En total, son 33 centrales atómicas las que hay que desmontar, lo que implica también eliminar los desechos nucleares. Aparte de eso, todavía queda pendiente una decisión acerca del lugar del depósito final para los elementos combustibles. En abril de 2013, el Gobierno partió de que el proceso de selección de dicha terminal costará 2.000 millones de euros en los próximos 15 años.
Reservas no disponibles. Ya antes de la catástrofe de Fukushima, los operadores alemanes comenzaron a formar un capital para financiar el desmontaje de las centrales, pero estaba planeado que eso se llevara a cabo más tarde. De acuerdo con datos del Foro Alemán de la Energía Atómica se trata de unos 34.000 millones de euros, de los cuales cerca de 18.000 millones corresponden a la compañía Eon, 10.000 millones a RWE, y aproximadamente 3.600 millones a Vattenfall. Sin embargo, dado que el desmontaje deberá realizarse antes de lo planeado y alcanzará una dimensión mayor de lo que se pensaba, se duda de que esas reservas sean suficientes.
Expertos en el sector energético opinan que será necesaria una suma mucho mayor. Solo los costos de desmontaje de la central atómica en Mülheim-Kärlich, en Renania Palatinado, ascenderán, según RWE, a por lo menos 750 millones de euros. La bancada de los Verdes en el Parlamento alemán asegura, junto con otros partidos, que la cantidad será mucho mayor.
Además, ese capital de 34.000 millones de euros no está disponible en el banco, ya que los operadores invirtieron gran parte de esa suma. RWE, por ejemplo, invirtió en centrales nucleares en Holanda y Gran Bretaña.
¿Quién paga? RWE no pierde ni un centavo en el sector de energía nuclear, como demuestra la demanda de esa empresa por el apagón temporal de la central Biblis. RWE ganó el proceso en última instancia, con lo cual tiene vía libre para exigir una indemnización por daños y perjuicios que, según entendidos en la materia, podría llegar a los 187 millones de euros.
La creación de un “fondo de derecho público” es una posibilidad de asegurar el dinero para ese fin, un paso que podría traer más dificultades a las empresas, dado que, según la situación actual, RWE debería, por ejemplo, tomar más créditos para poder aportar a dicho fondo.
El desmontaje de las centrales nucleares costará miles de millones, más de lo que se creía, y está por verse quién pagará esos altísimos costos.