Los productores de la OPEP como Nigeria, Angola, Argelia y Venezuela no pueden competir con los menores costos de los hasta hace poco aliados Arabia Saudita y Rusia, que están inundando el mercado.
Lagos. El colapso de los precios del petróleo le está costando a algunos miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) no solo la pérdida de ingresos cuando más lo necesitan para enfrentar la crisis del coronavirus, sino que también la participación de mercado que tal vez nunca recuperen.
Los productores de la OPEP como Nigeria, Angola, Argelia y Venezuela no pueden competir con los menores costos de los hasta hace poco aliados Arabia Saudita y Rusia, que están inundando el mercado.
El ministro de Petróleo de la República del Congo escribió este mes al secretario general de la OPEP, Mohammad Barkindo, pidiendo conversaciones urgentes para ayudar a evitar que algunos miembros caigan en recesión. Pero aunque están desesperados por que la OPEP+ -la OPEP y Rusia- salgan al rescate, los productores de África tienen poca influencia.
"No tienen poder", dijo a Reuters una fuente de la industria petrolera nigeriana. "Todo lo que pueden hacer es preguntar".
Aunque países que no pertenecen a la OPEP, como Gran Bretaña, Noruega y Estados Unidos, tienen una producción de costos relativamente altos, sus economías diversificadas hacen que no dependan del petróleo.
Y además de golpear los ya ajustados presupuestos, el desplome del precio del crudo ha llevado a las grandes firmas del sector a recortar planes de gastos por miles de millones de dólares. El impacto a más largo plazo de estos campos comparativamente costosos de esos países podría ser mucho más doloroso.
"Las compañías están revisando sus carteras completas a diario", dijo Roderick Bruce, analista de investigación principal para África en IHS Markit, que pronostica que las decisiones finales de inversión en el continente podrían alcanzar mínimos históricos este año. "Ellos (los países africanos) están en una posición muy difícil".
En Nigeria, por ejemplo, analistas estiman que el bombeo caerá en un 35% sin inversiones en yacimientos en alta mar. En toda África, Rystad espera que el retraso en el gasto podría significar una caída de 200.000 barriles por día (bpd) en la producción esperada para 2025.
El dolor es aún más agudo en Venezuela, un miembro fundador de la OPEP, que también enfrenta sanciones de Washington, la hiperinflación y las exportaciones limitadas por la pérdida de compradores de refinerías estadounidenses.
Ahora Venezuela y otros países también enfrentan una competencia más dura por parte de naciones más grandes que están sacando a los vendedores más pequeños del increíblemente competitivo mercado spot. No pueden igualar el marketing ágil y agresivo que vio a Arabia Saudita recortar sus precios de venta justo después del colapso del acuerdo de la OPEP+.
Frente a eso, Nigeria tardó casi dos semanas en hacer recortes récord en sus precios de venta oficiales. Mientras, el crudo Merey 16 de Venezuela se ha vendido a solo 8 dólares por barril en medio de la caída de la demanda y las sanciones de Estados Unidos, mientras que los crudos pesados Napo y Oriente de Ecuador se han mantenido en menos de 15 dólares.
La repentina crisis de efectivo también complica la capacidad de estos países de enfrentar el brote de coronavirus. Un grupo de ministros de Finanzas africanos pidió un paquete de US$100.000 millones para enfrentar la pandemia.
El presidente Nicolás Maduro dijo este mes que Venezuela está vendiendo su petróleo por debajo de los costos de producción, aunque no anunció ninguna acción para compensar la pérdida de ingresos.
Mientras, el vicepresidente de Ecuador, Otto Sonnenholzner, afirmó que su país enfrenta complicaciones ya que enfrenta un pago de US$325 millones este mes como parte de un acuerdo de recompra de deuda.
Los sistemas de salud en todos estos productores OPEP enfrentan problemas crónicos de financiamiento y la crisis petrolera también plantea dudas sobre si pueden crear paquetes de rescate o pagar a los soldados y la policía para hacer cumplir las cuarentenas o combatir disturbios.