Problema de la Secretaría de Finanzas de Honduras para colocar US$250 millones en bonos ha aumentado incertidumbre en los proveedores privados de energía.
Los libros contables de la ENEE registran una histórica mora con las empresas generadoras de energía térmica y limpia que operan en Honduras.
Al 31 de agosto de 2014, la deuda alcanzó 10.093 millones de lempiras (US$470,8 millones). Se esperaba que la situación financiera de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica mejoraría en septiembre con la colocación de US$250 millones en bonos (5.277 millones de lempiras) a finales de agosto pasado, no obstante, la Secretaría de Finanzas (Sefin) apenas pudo vender 720 millones de lempiras (13,6% del total) de esos valores gubernamentales, pagando una tasa de rendimiento de 10,50%.
Por el momento las autoridades de esa dependencia no han anunciado cual será la estrategia para colocar los restantes 4.577 millones de lempiras (US$213,5 millones).
Los exiguos resultados de esa operación bursátil encendieron las alarmas de los generadores privados al conocer el poco interés de los inversionistas por los bonos, ya que la estatal eléctrica no dispondrá de los recursos suficientes para cancelar a los proveedores de energía deuda que arrastran desde 2013.
Las cuentas por pagar de la ENEE, principalmente con compañías suplidoras de energía, han venido en aumento en el transcurso del año, provocando a principios de agosto racionamientos durante tres días en el país al paralizar dos plantas térmicas la generación de energía por la falta de recursos para importar bunker.
De acuerdo con un informe de la estatal eléctrica, el número de proveedores privados de energía a su sistema interconectado nacional suma 56, de los que 17 son térmicos, 25 son hidráulicos, 13 biomasa y uno eólico. Además se suman tres proveedores internacionales. También hay siete hidráulicas estatales y seis térmicas.
Los generadores privados aportaron 928.2 megavatios en julio anterior, equivalente al 67,3% de la disponibilidad en el sistema interconectado. La disponibilidad de energía a julio de 2014 alcanzó 1,379.9 megavatios, mientras que la capacidad instalada era de 1,818.7 megas.
Deudas. La morosidad con los generadores privados ha ido en aumento en el transcurso del año. Un informe financiero de la ENEE revela que la deuda con los tres principales generadores privados –Lufussa, Emce-Enersa y Elcosa- ascendió a 5,148.4 millones de lempiras (US$240,1 millones) al 30 de marzo de 2014.
El saldo de la mora con Lufussa era de 2,556.7 millones de lempiras (US$119,2 millones), 2,365.9 millones (US$110,3 millones) con Emce-Enersa y 225.7 millones de lempiras (US$10,5 millones) con Elcosa.
Al 31 de agosto, la deuda de la estatal eléctrica con esas tres empresas aumentó a 8,723 millones de lempiras. La mora con Lufussa es de 5,003 millones de lempiras, 3,600 millones con Emce-Enersa y 120 millones de lempiras con Elcosa.
La situación de insolvencia en la caja de la ENEE provoca que los pagos a los generadores sean mínimos en comparación con el saldo de la deuda. Un ejemplo de lo anterior se evidencia en los estados financieros de Lufussa: en junio recibieron cuatro pagos por 357.9 millones de lempiras, en julio fueron 397.6 millones, en agosto 538.9 millones y durante septiembre han recibido abonos por 507.4 millones.
Durante cuatro meses recibieron 1,801.9 millones de lempiras. Casi el mismo flujo de pagos recibe Emce-Enersa. Lufussa suministra 317.5 megavatios de energía a la ENEE (23% de la disponibilidad total), Emce-Enersa aporta 288.5 MW (16.5) y Elcosa 80 megas (5.8%).
Otro de los grandes generadores privados es el parque eólico Cerro de Hula, el que a julio de este año suministró 84 megavatios (6.1% de la disponibilidad total en el sistema. Pese a que el saldo de las deudas va en crecimiento y los pagos no tienen un fuerte impacto en la mora, las empresas, principalmente las que generan con bunker, son obligadas a producir energía las 24 horas, con un factor de despacho del 100%.
De acuerdo con testimonios de ejecutivos de empresas generadoras de energía térmica y limpia, cada semana llaman una o dos veces para preguntar a ejecutivos de la ENEE cuando pagarán la energía aportada al sistema interconectado nacional y la respuesta casi siempre es que estén pendientes de cualquier aviso por medio de comunicación electrónica o telefónica.
Agregan que muchos propietarios de plantas atraviesan situaciones críticas porque en los últimos años han entrado al sistema pequeños y medianos proyectos que tienen millonarias deudas con instituciones financieras nacionales e internacionales, las que no pueden honrar porque no reciben pagos de la ENEE.
Importancia. La Empresa Nacional de Energía Eléctrica es considerada el “talón de Aquiles” del programa económico que el gobierno de Honduras negocia con el Fondo Monetario Internacional (FMI), ya que sus pérdidas impactan en el déficit fiscal de la administración central y en el del sector público combinado.
El gobierno hondureño aprobó a finales de 2013 la constitución de tres fideicomisos -distribución, transmisión y alumbrado público- para rescatar la ENEE, a lo que se agrega la Ley de la Industria Eléctrica, sin embargos, expertos consideran que los resultados económicos se observarán en mediano y largo plazo.
Uno de los grandes retos de la estatal eléctrica es reducir las pérdidas, las que el año pasado sumaron 8,838.6 millones de lempiras (31.3%). Para este año el secretario de Finanzas, Wilfredo Cerrato Rodríguez, ha advertido que las pérdidas serán casi similares a las de 2013.
El gobierno de Honduras se comprometió en la administración de Manuel Zelaya Rosales a cumplir con los atrasos de pagos con los proveedores de energía, sin embargo, los esfuerzos oficiales no han sido lo suficiente para cubrir los compromisos por el suministro de energía y hoy la ENEE es la empresa del sector público con el déficit operativo más alto. La estatal eléctrica aún no cuenta con gerente después que Emil Hawit Medrano renunciara del cargo aduciendo problemas personales y de salud, siendo ocupada de manera interina la administración por el secretario de Infraestructura, Roberto Ordóñez.