La Cámara Colombiana de Infraestructura cree que en este programa se incluyeron vías buenas, pero también malas, las cuales fueron impulsadas por cuestiones políticas y no técnicas.
Mientras la Cámara Colombiana de Infraestructura (CCI) mantiene su preocupación por la financiación de las obras de la Cuarta Generación de Concesiones (4G), por considerar que los riesgos son responsabilidad de los constructores, y esto podría espantar a los banqueros, el gobierno sostiene que todo está controlado y que por esta razón el próximo 28 de marzo se presentarán las ofertas económicas de las primeras nueve licitaciones de este programa.
El presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), Luis Fernando Andrade, señaló que la 4G es el programa de infraestructura vial que le permitirá al país desarrollarse aceleradamente y ser más competitivo para enfrentar los retos del comercio global y que está garantizada su financiación, gracias a las obras que se ejecutarán.
“Con la puesta en marcha de los 40 proyectos que hacen parte de la 4G se dinamizará la economía a tal punto que el PIB crecerá un punto más gracias a la ejecución de $47 billones (US$22.946 millones) en los próximos cinco años”, señaló Andrade.
Por su parte el presidente de la Cámara Colombiana de Infraestructura, Juan Martín Caicedo Ferrer, tiene una lectura diferente y sostiene que si bien es un plan ambicioso, en este paquete se incluyeron carreteras que se justifican y otras que no.
“Mientras que en Antioquia las Autopistas de la Prosperidad se dejaron con diseños de velocidad de 80 kilómetros por hora, realizados por ISA y previstos para doble calzada, con ingeniería muy generosa, o Mulaló-Loboguerrero, y son concebidas conceptualmente como carretera europea, también metieron en el programa vías que aparentemente tienen más origen político que técnico”, recalcó.
La CCI advirtió que de no corregirse y si el Gobierno mantiene su decisión de hacer carreteras ‘pichas’ en el siglo XXI, los constructores no tendrán otra opción que ejecutarlas, porque ese es su trabajo, pero será algo que no perdonarán, por ejemplo, “que una tractomula circule a 10 kilómetros por hora. Insisto en que hay unas muy bien pensadas, con otras mal pensadas”, recalcó Caicedo.
Mientras siguen estas discusiones, el país sigue sumando kilómetros de dobles calzadas y la industria preparándose para lo que vendrá con la iniciación de las obras de 4G en 2015.
De acuerdo con la Andi, la infraestructura sin lugar a dudas será un dinamizador de la economía y por ello la industria está preparándose.
De acuerdo con estudios técnicos, la ejecución de las obras entre 2015 y 2020 requerirá 939 millones de toneladas de acero, mucho del cual tendrá que importarse debido a que la producción local no es suficiente para atender este requerimiento. En asfalto se necesitarán 11.051 millones de metros cúbicos y unos 12.000 millones de metros cúbicos de concreto (ver gráfico).
De otro lado, la CCI considera que está de acuerdo con la figura de la unidad funcional, que no es otra cosa que se construya primero y se pague después, pero considera que los riesgos ambientales, sociales y financieros no permitirán que se ejecuten las obras como se tiene previsto.