Los factores antes mencionados reducen los márgenes de ganancias de los agricultores, haciendo inviable en algunos casos las siembras.
Después de sacar los US$200 que debe pagar por la renta de una hectárea, el gasto en los agroquímicos y otros rubros que demandó la recolección, Washington Orellana obtuvo un ingreso menor al que esperaba por su cosecha invernal de productos de ciclo corto.
“Por allí queda algo para pagar las deudas”, asegura con cierta desazón este agricultor, quien siente que el tiempo dedicado al cultivo no se ve compensado con lo que gana al final de la cosecha, en especial, porque la mayor parte se va para cubrir los costos.
Agricultores como Orellana, que aprovechan las lluvias para sembrar maíz, arroz y otros productos, refieren que el valor del jornal y los insumos están incidiendo en un costo de producción mayor, que reduce el margen de ganancia del pequeño productor
José Tomalá, presidente del Centro Agrícola de Daule, sostiene, por ejemplo, que actualmente producir una hectárea de arroz, según la zona, cuesta entre US$1.300 y US$1.500, mientras que el año pasado bordeaba los US$1.200.
“Hay algunos fungicidas que han elevado sus precios. Si uno valía el año pasado US$25, ahora se lo consigue en US$30”, indica Tomalá, quien agrega que ante la presencia de plagas que amenazan al arroz, es complejo prescindir de estos productos.
Los productores cuentan que el jornal ya representa un peso importante en los costos, que no todos pueden sostener. En los arrozales, un jornal desde las 07:00 hasta las 11:30 cuesta US$10, en tanto que si la jornada se extiende hasta las 15:00, el trabajo asciende a $ 15. “Hasta hace tres años se pagaba entre US$7 y US$8. Nadie ahora trabaja por menos de US$15 si es hasta las 15:00”, dice Tomalá.
Para ajustar esos gastos hay productores que han reducido el personal que empleaban o han asumido ellos mismos ese trabajo junto con su familia.
Carlos Murillo, productor maicero y dirigente de Fenamaíz, estima que en su sector el costo de producción ha sufrido un alza del 15% este año. Cada hectárea sembrada de manera tradicional, sin tecnificación, oscila entre US$1.050 y US$1.100, mientras que el año pasado bordeó los US$900.
De todos los rubros que demanda el cultivo de maíz, Murillo coincide en que la mano de obra y los fungicidas, al igual que en el arroz, representan un mayor incremento, sin contar que muchos alquilan tierras.
“Hay quienes cultivan 120 quintales por hectárea y deberían tener US$1.908 si les pagaran el precio oficial (US$15,90 para este mes), pero algunos obtienen menos porque se les hacen rebajas por humedad. Es poca la ganancia para cuatro meses”, asegura Murillo.
Eusebio Alejandro, presidente de la Asociación de Trabajadores Agrícolas de Santa Elena, que reúne a socios que siembran sandía, tomate, pepino y melón, afirma que debido a los mayores costos hay pequeños agricultores que han reducido las áreas cultivadas al sentirse desalentados. “Personas que sembraban antes dos, tres hectáreas, ahora hacen media hectárea”, indica Alejandro.
"Hemos pedido que los precios para el control de plagas sean controlados, porque se disparan y no están al alcance de los pequeños productores”, señaló José Tomalá, dirigente agrícola.
El jornal (por Santa Elena) anda en US$12 y unos piden hasta US$15. Hace dos años andaba entre los US$8 y los US$10.Eso incide”, señaló Eusebio Alejandro, productor de Santa Elena.
Subsidios estatales
Como parte del plan de apoyo, el Gobierno ha distribuido urea subsidiada a pequeños y medianos agricultores de arroz y maíz de varias provincias. Pero hay agricultores que creen que se requiere de un mayor apoyo.
Semilla
También el Ministerio de Agricultura ha entregado a los agricultores equipos tecnológicos a un menor costo, que consta de semilla certificada, insumos y fertilizantes para la mejora de su producción.
