La faena fue declarada de “prioritario” por parte de la Secretaría Nacional de Planificación. Esta nominación era uno de los pasos requeridos por el Ejecutivo con el fin de proceder al aporte de los recursos comprometidos para la obra.
Quito. El aporte económico del gobierno para la construcción del Metro de Quito, unos US$700 millones hasta 2016, quedó despejado tras la declaratoria de “prioritario” que la Secretaría Nacional de Planificación dio a este proyecto emblemático de la capital.
Esta nominación era uno de los pasos requeridos por el Ejecutivo con el fin de proceder al aporte de los recursos comprometidos para la obra, que significa la mitad de los recursos que demanda. El resto de los recursos están debidamente financiados con dos tramos de créditos del Banco Europeo de Inversiones y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Este financiamiento para este proyecto es el segundo más grande del Ecuador, después del proyecto hidroeléctrico Coca Codo Sinclair, pero este aporte tendrá su debido retorno. El Metro de Quito está estudiado para rendir una 26% de tasa interna de retorno.
El gobierno también analiza que este proyecto generará importantes encadenamientos productivos y se convertirá en una importante fuente de empleo, acudiendo a principios contracíclicos que cubre con Obras Públicas la necesidad laboral. Se requerirán 3.000 personas durante el proceso de construcción y 800 más una vez que entre en operación.
El Instituto Nacional de Pre-inversión, entidad adscrita a la Senplades, financió los estudios de esta obra -incluyendo los estudios de ingeniería - ha venido apoyando a este proyecto desde que se firmó el primer convenio marco en 2010 entre el Instituto y el Municipio de Quito.
El Metro de Quito es la primera línea en Ecuador de subterráneo y su concepción está encaminada a solucionar de manera integral los problemas de movilidad que sufre la capital. Será un sistema de una línea de 15 paradas y dos estaciones a lo largo de 23 kilómetros.