El director general de la FAO, manifestó que la competencia por la cosecha de maíz estadounidense, que sufrió los estragos de la peor sequía en el país del norte en 56 años, sólo se intensificaría.

Roma. La agencia alimentaria de la Naciones Unidas incrementó la presión este viernes sobre Estados Unidos para que cambie sus políticas de biocombustibles debido al peligro de una crisis alimentaria en el mundo.

La preocupación global sobre el potencial de una crisis alimentaria como la que se vio en el ciclo 2007/2008 se ha incrementado ante una aguda sequía en la zona central de Estados Unidos que impulsó a los precios de los granos a récord.

El índice de alimentos de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por su sigla en inglés) de la ONU subió un 6% en julio.

El director general de la FAO, José Graziano Da Silva, escribió este viernes en Financial Times que la competencia por la cosecha de maíz estadounidense, que sufrió los estragos de la peor sequía estadounidense en 56 años, sólo se intensificaría.

"Gran parte de la cosecha disminuida será tomada por la producción de biocombustibles en línea con directivas federales en Estados Unidos, lo que dejará aún menos para los mercados de alimentos y forraje", dijo Graziano Da Silva en un editorial.

"Una suspensión inmediata y temporaria de esa directiva daría algo de alivio al mercado y permitiría que una mayor parte del cultivo se dirija hacia usos alimentarios y de forraje", mencionó el funcionario.

Bajo una directiva de hace cinco años, las firmas de combustibles están obligadas a garantizar la utilización de un 9% de etanol en la totalidad de sus suministros de gasolina este año, lo que implica que un 40% de la cosecha de maíz se usará en la producción de biocombustible.

Este viernes, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos recortó sus estimaciones para el tamaño de la cosecha de maíz del país más de lo esperado, lo que impulsó a los precios de los futuros del maíz, que ya habían subido 60% desde junio, a un nuevo máximo histórico.

Una combinación de precios elevados del petróleo, el creciente uso de biocombustibles, la especulación en los mercados de materias primas y las restricciones a las exportaciones llevaron al alza a los precios de los alimentos en el ciclo 2007/2008, desencadenando protestas violentas en países como Egipto, Camerún y Haití.

El director de la división de comercio y mercados de la FAO, David Hallam, dijo que las políticas de biocombustibles requerían más flexibilidad para ayudar a prevenir el desarrollo de nuevas crisis alimentarias.

"Nuestro principal punto no es que no debería haber políticas de biocombustibles, sino que debería haber más flexibilidad", declaró Hallam, quien agregó que la FAO quiere reabrir el debate sobre las políticas de este tipo de combutibles.