En un día festivo, los mexicanos consumen hasta 3 millones de litros de alcohol, lo que multiplica las probabilidades de ingerir bebidas adulteradas
Ciudad de México. Con la llegada de las fiestas decembrinas, el consumo de bebidas alcohólicas puede llegar a ser una pesadilla con las llamadas adulteradas.
De manera legal, de acuerdo con los datos de la Industria de Vinos y Licores, en México se venden 430 millones de litros de alcohol cada año. Sin embargo, en un día festivo, como el 15 septiembre, por ejemplo, los mexicanos llegan a consumir hasta tres millones de litros. Un consumidor de alcohol en México tiene 43% de riesgo de beber alcohol ilegal.
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) ha identificado la adulteración de bebidas alcohólicas a partir de la mezcla con colorantes y alcohol etílico, así como la presencia de partículas flotantes y basura derivada de las malas prácticas de elaboración.
Por su parte, la Comisión de Vinos y Licores, A.C., ha encontrado entre las principales modalidades de la informalidad la adulteración de destilados o aguardientes que supuestamente están elaborados a base de agave y se ofertan en el mercado como tequila y mezcal.
El pasado 8 de octubre la Cofepris anunció el decomiso más importante de alcohol en la historia con un total de un millón 15 mil litros, en 985 mil botellas y 30 mil litros a granel.
Las autoridades, que aún siguen la ruta de a dónde iría a parar el alcohol asegurado, presumen que los puntos de venta finales son tianguis, tiendas minoristas, de conveniencia o incluso en bares.
“En verificaciones a restaurantes y bares hemos encontrado que la venta de bebidas alcohólicas presumiblemente ilegales es mínima, y lo que presumimos es que éstas se van a mercados ilegales escondidos, en cualquier puesto ambulante o en un tianguis, por eso es que somos muy insistentes en recomendar a la población, primero, que privilegie los puntos de venta formales, pero luego que al adquirir el producto lo revise, por ejemplo, que al voltear la botella no escurra y que no tenga la etiqueta sucia o maltratada”, señaló el comisionado de Protección Sanitaria de la Cofepris, Álvaro Pérez.
Al hablar con Excélsior sobre el último decomiso catalogado como histórico, en el que se aseguraron marcas tales como vodka Kremlin, vodka Gran Zar, Moyahua de Tonaya, Añejo Club 45, Licor de Agave Cascabel, Ribereño Blanco y Oro, Anís Macao, Anís Chimpancé, Aguardiente de Caña 80, Jerez 5 estrellas, Fernet, León Dorado y Chavinda Oro, detalló que se encontraron botellas a simple vista contaminadas, con partículas flotantes, sedimentos y etiquetas mal adheridas.
“La referencia de marcas es únicamente para informar a la población porque es lo que encontramos. Hay que recordar que la Cofepris no regula marcas, nosotros regulamos el producto y el producto que se encontró en estas botellas con estas etiquetas; es un producto que es consecuencia de malas prácticas de fabricación de bebidas alcohólicas”, explicó tras señalar que en términos sanitarios son botellas que tendrán que ser destruidas.
Según el Servicio de Administración Tributaria (SAT), una práctica frecuente es la utilización de un marbete falso, o su mal uso, es decir que pueden amparar una bebida pero haber sido registrados como otra.
En el caso del último decomiso se encontraron botellas que se amparaban como Cachaza; sin embargo, fueron registrados ante los sistemas del SAT como aguardiente.
Ante ello, de acuerdo con el SAT es muy sencillo que el ciudadano pueda darse cuenta si la bebida que ampara el marbete es la que tiene físicamente al leer un código de barras bidemensional en la botella.
El marbete cuenta con una tecnología avanzada que permite su verificación a través de aplicaciones de lectura de código QR en teléfonos celulares que muestran quién es el fabricante o importador, junto con los datos fiscales de la empresa.