La producción de crudo de la Cuenca de Sirte, donde se ubica cerca del 80% de los yacimientos conocidos, estaría en peligro de sabotajes, ya que se trata de una zona no controlada militarmente por las fuerzas rebeldes, aseguraron petroleras con activos en el país.
Bengasi. Los vestíbulos de los hoteles de Bengasi están llenos de reporteros y diplomáticos, pero no hay señal de los ejecutivos de compañías energéticas con blackberries que tanto abundan en ciudades petroleras.
Hay pocos restaurantes elegantes y la basura se acumula en las calles de la ciudad, que es la capital petrolera de Libia, mientras Trípoli sigue aquejada por la violencia y la escasez.
Por ahora, los ejecutivos de las firmas petroleras se han mantenido lejos de la ciudad y no han indicado a sus trabajadores que regresen a sus puestos.
Al visitar los vestíbulos de los hoteles se puede ver además que el personal de seguridad privado contratado por compañías petroleras están dubitativo ante la posibilidad de trabajar en la zona.
Ellos pertenecen a compañías privadas contratadas por firmas petroleras para realizar una evaluación en materia de seguridad en una ciudad donde carros de combate equipados con armas antiaéreas aún recorren las calles y donde por las noches regularmente se escuchan disparos de ametralladoras.
Fuera de Bengasi, una de las principales preocupaciones de las firmas internacionales es el daño a las terminales petroleras durante los reiterados enfrentamientos a lo largo de la costa mediterránea durante los últimos seis meses.
El frente de batalla ahora se ubica más allá de las principales terminales exportadoras de Brega, Ras Lanuf y Es-Sider, y se ha trasladado en dirección a Sirte, la ciudad natal de Gaddafi, posiblemente dentro del rango de alcance de un misil Scud.
Pero lo que tal vez resulte más preocupante para las multinacionales es el riesgo de nuevos sabotajes contra instalaciones en lo profundo del desierto.
La Cuenca de Sirte, donde se ubica alrededor del 80% de las reservas conocidas de Libia, es vista particularmente como vulnerable, ya que los yacimientos se encuentran en zonas remotas del desierto del Sahara, donde las fuerzas rebeldes todavía no toman completamente el control militar.
Las compañías petroleras tienen buenos motivos para estar preocupadas. La producción en el este del país se detuvo después de que las fuerzas pro-Gaddafi atacaron instalaciones petroleras en el desierto.
La firma petrolera con sede en Bengasi Arabian Gulf Oil Company (AGOCO) dijo que 14 personas fueron asesinadas en dos ataques distintos contra sus instalaciones en los yacimientos de Sarir y Mesla.
"Nos enfrentamos a otro tipo de amenaza por parte de las pandillas militares de Gaddafi. Debemos estar preparados para cualquier cosa", dijo Mustafa el-Huni, funcionario petrolero del Gobierno interino del Consejo Nacional de Transición (NTC, por su sigla en inglés).
"Nadie puede garantizar que un misil no caerá en Brega", añadió el-Huni.
Minas y trampas. Incluso si las fuerzas rebeldes tienen éxito en conseguir ocupar el territorio en torno a Sirte, el riesgo de nuevos atentados contra el personal y las instalaciones seguirá siendo algo a tener muy en cuenta para grandes compañías petroleras como ConocoPhillips y Total.
Uno de los mayores retos es quitar las minas terrestres colocadas en los primeros meses de la guerra por las fuerzas de Gaddafi, cuando estas se vieron forzadas a retroceder al oeste hacia Trípoli desde la ciudad petrolera de Brega, ubicada en el este.
Este conflicto no es la primera experiencia de Libia con minas y el desierto todavía está repleto de aquellas colocadas por las tropas de Gaddafi para proteger al país contra una posible invasión de fuerzas de Estados Unidos, Chad o Egipto.
La Cuenca de Sirte también tiene bombas sin detonar de la Segunda Guerra Mundial, pero las compañías petroleras pudieron operar allí con la ayuda de fuerzas de seguridad y del antiguo ejército libio.
Pero el conflicto actual ha traído aparejados nuevos riesgos.
Russ Bedford, director de operaciones de la compañía sueca Countermine Operations, que trabaja con la Corporación Nacional del Petróleo (NOC, por sus iniciales en inglés) en el despeje de minas, dijo que se habían colocado nuevas minas en playas cercanas a la terminal de Ras Lanuf y de la mayor refinería de Libia.
"Fueron colocadas en la playa para evitar desembarques marítimos. Nos informaron que ha sido cubierta de minas otra vez", dijo Bedford.
Las trampas explosivas son otra amenaza.
"El riesgo es que en las instalaciones haya trampas explosivas. Sabemos que tienen capacidad de colocarlas. Se encontraron minas con interruptores en una de las concesiones petroleras," añadió Bedford.
REINICIO DE OPERACIONES
Si bien AGOCO y funcionarios petroleros del Gobierno libio dicen que pueden comenzar la parte inicial de la producción sin trabajadores extranjeros, es probable que el proceso de redoblar la producción dependa de cuán rápidamente estos regresen.
La velocidad de este incremento determinará en parte el ritmo con el que el NTC, con problemas de liquidez, podrá arreglárselas sin ayuda financiera occidental.
Antes de la guerra, Libia producía alrededor de 1,6 millones de barriles de crudo al día, en su mayoría para ser exportados. Con los actuales precios del petróleo cercanos a los 114 dólares el barril, las exportaciones libias de crudo equivalen a unos 148 millones de dólares diarios.
"Una vez que nuestros yacimientos estén a salvo, necesitamos asegurarnos de que no haya minas. Incrementar la producción requerirá del apoyo logístico y es posible que necesitemos a nuestros socios internacionales", dijo el recientemente nombrado presidente de la Corporación Nacional del Petróleo, Berouin Nouri.
Pero las mayores reservas petroleras de Africa serán un fuerte atractivo para alcanzar este objetivo.
El NTC dijo que cuenta con una fuerza de 3.000 hombres protegiendo los yacimientos petroleros y apunta a sumar a otros 2.000, mientras que AGOCO dijo que tiene un "pequeño ejército" apostado en los yacimientos del este.
De todos modos, es poco probable que las firmas petroleras aprueben el envío de trabajadores extranjeros hasta que estén conformes con la situación de la seguridad.
Fuentes de la industria dijeron a Reuters que las compañías petroleras han ofrecido ayuda a la NOC con su propia seguridad pero hasta ahora hay pocos indicios de que esta haya sido aceptada, mientras que muchos políticos están preocupados de las posibles implicancias de tener efectivos de seguridad extranjeros.
"Muchas compañías están ofreciendo seguridad pero debemos estudiar las ideas estratégicas de estas compañías. No queremos que soldados extranjeros estén aquí", dijo el-Huni.