"Hay mucho, demasiado petróleo y la OPEP no reacciona", dijo a EFE el analista Ehsan Ul-Haq de la consultora británica KBC Energy Economics.
Viena. ¿Cuál es o puede llegar a ser el suelo del petróleo, cuándo tocará fondo, cuándo será su recuperación y hasta donde llegará?.
Esas son preguntas cotidianas en los mercados mundiales de crudo, sumidos en la incertidumbre ante el abrupto desplome de los "petroprecios", mientras que los diversos institutos, analistas y expertos varían en sus pronósticos a la hora de responder a ellas.
En lo que sí coinciden es en la causa principal de la precipitación del "oro negro": un fuerte exceso de la oferta respecto a la debilitada demanda mundial.
"Hay mucho, demasiado petróleo y la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) no reacciona", dijo a Efe el analista Ehsan Ul-Haq de la consultora británica KBC Energy Economics.
Respecto a los precios, Ul-Haq no descarta que continúen bajando, "hasta los US$40 o incluso US$35 por barril"
Las cotizaciones del petróleo del Brent, del WTI y del barril de la OPEP se situaron en mínimos de los últimos cinco años, entre US$41 y US$45 por barril, más de un 60% más bajo que en junio pasado, aunque subieron el jueves y el viernes.
"En algún momento tocan fondo, y de ahí vuelven a subir. En la segunda mitad del año podrán superar los US$50, pero no volverán a los 100 dólares", opinó el asesor en alusión a la media anual de más de 100 dólares que marcó el barril entre 2011 y 2013.
Para Ul-Haq, "el precio de US$100 pasó a la historia".
No así para David Wech, analista de la consultora JBC, con sede en Viena.
En declaraciones a Efe, el experto estimó que es "bien posible, incluso probable, un precio de cien dólares a medio plazo", es decir, dentro de "tres a cinco años".
El barril del crudo Brent, de referencia en Europa, terminó la semana con una subida del 5,24% al cierre del viernes, después de que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) dijera en su informe mundial que hay crecientes signos de un cambio de tendencia.
El barril del petróleo de Texas (WTI) rebotó un 5,27% y cerró en US$48,69, terminando la semana con un alza del 0,68%, la primera subida tras siete semanas de retroceso.
La AIE advirtió además de que el fuerte abaratamiento del "oro negro" ha comenzado a afectar a la producción de crudo.
Esta misma semana Noruega y BP se sumaron a otros, como Shell y Chevron, al anunciar medidas de ahorro a causa de la caída del precio del petróleo.
Noruega anunció un recorte del 15% en sus inversiones, que se mantendrá en los próximos años pues no prevé un aumento moderado de la inversión hasta 2018, según comunicó el Directorio de Petróleo Noruego.
Según la OPEP, el desplome de los precios se ha debido a un amplio suministro, demanda moderada, un dólar más fuerte, incertidumbres sobre el crecimiento de la economía mundial, así como el impacto de la especulación en los mercados de futuros.
La organización de doce países no alcanzó a fines de noviembre un consenso para reducir su oferta conjunta, fijada en 30 millones de barriles diarios (mbd) como máximo, y decidió mantener esa cuota.
Tal decisión, muy criticada en los mercados que esperaban que el grupo cerrara grifos, acentuaron la bajada de los precios.
Ul-Haq reconoció que quizá la OPEP no pueda en estos momentos hacer mucho, pues si reduce su oferta "pierde mercado y probablemente no logra apuntalar los precios. El hueco que deja lo llena enseguida la producción de Estados Unidos".
El fuerte crecimiento de los barriles extraídos en la primera potencia mundial, hasta más de 12 mbd, y en especial el del petróleo de esquisto, resultó "inesperado", dijo el analista.
En un comentario en su Boletín mensual, la OPEP, con una cuota de mercado del 30%, advirtió ayer de que no puede por sí sola resolver los problemas actuales del mercado petrolero y "no se puede esperar que lo haga".
El mensaje es claro: deben ser los grandes productores de crudo no miembros de la OPEP quienes reduzcan su oferta, pues los países de la organización ya "contribuyen" a equilibrar las cosas al mantener limitado el tope máximo de su producción.