Con la experiencia de un maestro y la ingenuidad de un aprendiz, los hermanos Roca, propietarios del mejor restaurante del mundo, El Celler de Can Roca, visitarán este verano Colombia, México y Perú con el objetivo de "dar las gracias" a Latinoamérica.
Lo más fácil para los hermanos Roca, (Joan, Josep y Jordi), podría haber sido acomodarse y vivir del éxito cosechado durante años en su restaurante, El Celler de Can Roca, abierto en 1986 en el barrio de Taialà, a las afueras de Girona. Pero no, eso no va con ellos y, a su habitual vorágine de ideas, proyectos y sueños, le han sumado a su vida un nuevo objetivo: "Alta cocina con valores".
"Conceptualmente es algo nuevo, ningún restaurante se había planteado eso y, sobre todo, en nuestro restaurante, en el que podríamos habernos quedado quietos, parados, porque nos va muy bien. Pero lo que nosotros hemos hecho siempre, no sólo ahora, es ser inconformistas y demostrarlo, y por eso hacemos este tipo de cosas", cuenta el chef español Joan Roca.
En esta nueva aventura, los hermanos tratarán, gracias a un acuerdo alcanzado con el Grupo BBVA, de "aprender" de todo lo que Latinoamérica ha ofrecido, ofrece y ofrecerá a la gastronomía mundial; conocerán y darán a conocer nuevos productos, ayudarán a agricultores a buscar posibilidades culianarias para sus cultivos, y darán alas a seis jóvenes promesas de la gastronomía para que, bajo su atenta mirada, monten sus propios negocios.
Será durante cinco semanas este verano cuando los hermanos Roca cierren su restaurante en España y, junto a "todo" su equipo, viajarán por Perú, México y Colombia: los tres países elegidos para esta primera fase del proyecto, que se prolongará dos años más por otras zonas del planeta como Turquía o algunos estados estadounidenses como Texas.
Países a los que, como ha reiterado Roca, siempre viajarán con su equipo. Uno de los requisitos para "poder potenciar ese buen rollo que ya hay en nuestra casa".
COCINA AGRADECIDA
"Latinoamérica sigue siendo una despensa desconocida, por eso empezamos por aquí. Es un tributo, es como dar las gracias por todo lo que han ofrecido a la cultura y a la cocina mundial. La cocina española o catalana no sería lo que es hoy sin esos productos que llegaron de allí. Por eso es un homenaje a esas tierras que nos han dado tanto gastronómicamente hablando", ha expresado.
En los lugares que visiten, Joan, Josep y Jordi "redescrubrirán" a pequeños productores que hagan "cosas interesantes" y, a raíz de que cocinen estos productos "in situ", estarán en disposición de "ponerlos en valor" y darles "visibilidad" en todo el mundo.
"Quizá, algunos de estos productos nos los quedemos y nos los traigamos para España para poder investigar más sobre ellos -ha concretado- y, de lo que resulte de esta investigación nuestro departamento de creatividad de El Celler de Can Roca, pasaremos la información a los agricultores y productores para que puedan utilizar todo el trabajo que vayamos haciendo".
Según el chef del "Mejor restaurante del mundo" en 2013, cuanto "más auténticos" sean estos productos, "mejor". Y, para cocinarlos, contarán con la ayuda de cocineros locales, algunos de ellos "grandes amigos" de los Roca porque, según el cocinero: "Nosotros vamos a ir con las manos vacías, con nuestro saber, talento, pero sin producto, lo vamos a buscar allí y lo vamos a cocinar allí".
GASTRONOMÍA RESPONSABLE
Una de las patas principales de este proyecto lleno de "sinergias" será, sin duda, la formación de jóvenes cocineros peruanos, mexicanos y colombianos con el objetivo de que, tras pasar cuatro meses en las cocinas de El Celler de Can Roca, puedan montar su propio negocio en sus ciudades o pueblos de origen.
Pero no sólo esto, sino que, como bien dice el nombre del proyecto, "Alta cocina con valores", detrás de toda esta aventura hay un compromiso de honestidad y honradez porque, como ha recordado Roca: "los cocineros ahora tenemos un papel importante en la sociedad".
Tanto es así que, pese a ser rotundo al afirmar que "la gastronomía es estratégica" en el sentido turístico, también es categórico al reconocer que entorno al negocio de la cocina hay un gran entramado de pequeños productores, "un montón de gente que vive de esto".
"Si fuéramos responsables e hiciéramos bien las cosas tendríamos que apoyar a esos productores en lugar de a las grandes producciones masivas. Aunque, por otro lado, estas también son necesarias porque hay otro problema en el mundo que es el hambre y tampoco podemos ser puristas".
Cocina y valores, un discurso abierto en el mundo de la cocina que, gracias al mejor restaurante del mundo, crepitará más fuerte.