Los viñedos argentinos ya están sufriendo una desaceleración en el mercado interno, que consume casi el 75% de la producción del sector. El consumo ha bajado un 29% a 18,9 litros por persona desde 26,7 litros hace 10 años, según datos del Gobierno.
Mendoza. Las bodegas argentinas, que ya están lidiando con una recesión económica que ha reducido profundamente las ventas nacionales de sus variedades malbec y bonarda, ahora intentan dilucidar si un acuerdo comercial con Europa será un boom o una traba para sus viñedos.
La unión aduanera del Mercosur, de la cual Argentina es un miembro clave, recientemente llegó a un acuerdo comercial con la Unión Europea que incluye al vino, lo que debería impulsar un creciente mercado de exportación para los famosos y robustos tintos cultivados en los suelos áridos de la región de Mendoza.
Sin embargo, el acuerdo está bajo la sombra de la inminente retirada de Reino Unido de la UE el 31 de octubre. El Brexit podría afectar prácticamente la mitad de las exportaciones de vino del Mercosur a la UE, según el Observatorio Argentino del Vino.
Los viticultores argentinos seguirán vendiendo sus vinos a Gran Bretaña, pero sin el acuerdo de reducción de aranceles que disfrutará la UE. Para empeorar las cosas, la UE otorga subsidios a sus viñedos para comercialización y publicidad, un beneficio que no está disponible para los productores de Mercosur, incluidos los productores más orientados a Brasil.
"La negociación con la Unión Europea es una con Reino Unido y otra sin el Reino Unido", dijo José Alberto Zuccardi de la bodega Zuccardi, cuyas parras, ahora desnudas tras la poda durante el invierno, están rodeadas de montañas nevadas.
"La preocupación es que los países europeos tienen una política de subsidios sumamente agresiva para lo que es vino. Estamos en una disyuntiva", agregó.
Por su parte, Carlos Fiochetta, gerente general de Coviar, un organismo de la industria vitivinícola argentina, explicó que "la Unión Europea destina alrededor de 300 millones de euros por año por país para subsidiar al vino. Claramente en Argentina no contamos con esos fondos".
Los viñedos argentinos ya están sufriendo una desaceleración en el mercado interno, que consume casi el 75% de la producción del sector pero se ha visto afectado por una fuerte recesión.
El consumo ha bajado un 29% a 18,9 litros por persona desde 26,7 litros hace 10 años, según datos del Gobierno. Mientras tanto, las exportaciones de vino han aumentado gradualmente en un 32% en la última década, llegando a US$821 millones en 2018.
Malas noticias. Algunos productores dijeron que desconfiaban especialmente del factor Brexit.
"Viendo que el Brexit prácticamente es una realidad porque todo indica que el Reino Unido va a salir de la comunidad europea, vemos que nos estamos quedando con los países que venden y se está yendo el país que compra" dijo Fiochetta.
Pero otros argumentaron que, incluso sin Gran Bretaña, la UE todavía ofrece cientos de millones de consumidores potenciales, y algunos ven la posibilidad de un futuro acuerdo con el Reino Unido.
"Brexit o no, el mercado con el Reino Unido continuará como está", dijo Patricia Ortiz, presidenta de Bodegas de Argentina, otro grupo de la industria vitivinícola, y agregó que las conversaciones informales con funcionarios del Reino Unido ya estaban en progreso.
Ortiz comparó el acuerdo comercial con el acuerdo de Chile con la UE firmado en 2002, que casi duplicó las ventas de vino y alcohol de la UE en más de US$400 millones en dos años.
El secretario de Agricultura argentino, Luis Miguel Etchevehere, ha desestimado el Brexit como una situación hipotética.
"Si hay un cambio, nuestro trabajo será continuar teniendo acuerdos comerciales con tantos países y bloques comerciales como sea posible", comentó Etchevehere a periodistas.
Esteban Baigun, director general del Grupo Raventos Codorniu para América Latina, que controla la viña de alta gama Bodega Séptima en Mendoza, pronostica que en un par de años el acuerdo implicará un crecimiento de dos dígitos para los vinos argentinos.
Preocupaciones en Brasil. Los subsidios de la UE representan una preocupación aún mayor para la industria vitivinícola de Brasil, que ya está buscando medidas compensatorias del Gobierno del presidente Jair Bolsonaro.
"Estamos preocupados por el acuerdo porque los europeos son muy competitivos y sus bodegas están fuertemente subsidiadas, mientras que aquí nuestra carga tributaria es muy alta", dijo en una entrevista Oscar Lo, presidente del instituto brasileño del vino Ibravin.
Orlando Leite Ribeiro, secretario de comercio y relaciones internacionales del Ministerio de Agricultura, dijo que el Gobierno está considerando la creación de un fondo para apoyar a la industria a través de un decreto presidencial.
Las bodegas argentinas en su mayoría sonaban más seguras respecto a cómo mantener su mercado interno.
"Los argentinos siempre amarán el malbec, como Francia ama el champán, como los españoles aman un Rioja", dijo Baigun mientras bebe una copa de vino espumoso de su viñedo en Mendoza.