La etapa inicial de lo que será la primera Zona Especial de Desarrollo de Mariel (ZEDM), un puerto a 45 kilómetros al oeste de La Habana, está a punto de ser inaugurada en medio de la Celac.
La Habana. Aunque no se conoce la fecha exacta de su inauguración, varias fuentes confirman que debe ser en el marco de la Celac y con la presencia de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, pues la ZEDM se construye desde hace tres años con un millonario crédito brasileño y con un enfoque similar a las zonas francas que impulsaron el desarrollo económico chino a finales de los años 70 del siglo XX.
Rousseff llega este domingo a La Habana para tomar parte en la II Cumbre de la Celac, que sesionará en Cuba durante martes y miércoles próximos.
De acuerdo con el ministro cubano de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Rodrigo Malmierca, el enclave busca contribuir al desarrollo sostenible de la isla, mediante inversiones que aporten innovación tecnológica y concentración industrial.
Aún sin abrirse a las operaciones, en Mariel hay varias empresas extranjeras interesadas en invertir, de acuerdo con la directora adjunta de la Oficina Regulatoria de la ZEDM, Yanet Vázquez, quien informó que el 38 por ciento de las propuestas presentadas están asociadas al sector industrial.
El 21% están relacionados con la agroindustria y el 13% con la construcción de redes, viales, eléctricas, de comunicación y para el suministro de agua, según lo registrado hasta ahora, apuntó la funcionaria. Los servicios, la agricultura y la biotecnología aparecen -en ese orden- entre las áreas de mayor atractivo para los posibles concesionarios o usuarios de la ZEDM, de ser aprobadas sus solicitudes, explicó Vázquez.
En menor medida figuran la energía renovable, las telecomunicaciones y los proyectos inmobiliarios.
Desde noviembre último, la Oficina Regulatoria, una entidad bajo jurisdicción directa del Consejo de Ministros, comenzó a recibir muestras de interés de empresarios de Brasil, China, Rusia, Vietnam, Japón, Alemania y México, entre otros.
Las empresas extranjeras tendrán en esa zona mejores condiciones que en el resto del país, ya que contarán con especiales regímenes tributarios, aduanales, monetarios y bancarios, además de la garantía de que sus inversiones no pueden ser confiscadas.
El puerto de aguas profundas constituye la más importante inversión extranjera en la isla, ejecutada por el grupo brasileño Odebrecht a través de su subsidiaria independiente Compañía de Obras en Infraestructura (COI).
Desde 2010 se trabaja para convertir la rada en uno de los complejos portuarios más importantes de Cuba, con una inversión de unos US$900 millones de dólares, financiada en un 80% por el estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil.
El financiamiento del enclave, considerado como una plataforma comercial decisiva si Estados Unidos levanta el bloqueo a la isla, se compone de un crédito dividido en cuatro pagos que permitirá que la rada esté en condiciones de operación este año, bajo la administración de la Autoridad Portuaria de Singapur (PSA International).
El puerto, que es el corazón de lo que será la ZEDM, con 465,4 kilómetros cuadrados disponibles para la inversión extranjera, está en capacidad de recibir a los gigantescos buques portacontenedores conocidos bajo la denominación de Postpanamax, que podrán cruzar el Canal de Panamá después de su ampliación.
La ZEDM, que abarca desde la bahía de Cabañas hasta el río Baracoa, consta de ocho sectores, aunque ahora se trabaja en el primero, denominado "A", que está dividido en 11 áreas.
Cuando todo esté concluido, habrá en el área seis terminales portuarias, una base logística para el petróleo, un astillero, un club náutico y otros atraques al servicio de la flota auxiliar. "Será una zona especial de clase mundial", auguró la directora de la Oficina Regulatoria, Ana Teresa Igarza.