La tienda advirtió que “entendiendo el impacto que una decisión de esta índole tendrá para los colaboradores” se honraran los contratos con proveedores y colaboradores de la firma.
Ripley, una de las tiendas por departamento más importantes del país, anunció que se irá Colombia, el proyecto no dio los frutos esperados. En un comunicado de prensa, la firma chilena aseguró que en el ejercicio de 2014 acumuló pérdidas que ascienden a US$27 millones.
De este modo, el retailer chileno le sigue los pasos a su par La Polar, que llegó al país cafetero en 2010 y cuatro años más tarde cerró operaciones en Bogotá, Medellín, Bucaramanga y Yopal.
“Se pusieron en marcha múltiples iniciativas para hacer competitivas las tiendas y alcanzar las metas propuestas, pero no se dieron las oportunidades para materializar el plan de negocios originalmente previsto. Adicionalmente, el escenario macroeconómico de Colombia sufrió cambios que no eran previsibles en la época en que se decidió invertir en ese país”, señaló la empresa.
El desmonte de este negocio se hará de manera paulatina en los próximos 90 días. La tienda advirtió que “entendiendo el impacto que una decisión de esta índole tendrá para los colaboradores” se honraran los contratos con proveedores y colaboradores de la firma.
El Espectador consultó al presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), Guillermo Botero, para conocer su posición por el hecho de que esta sea la segunda gran compañía chilena que sale de Colombia.
“Ellos han expresado desde hace algunos días cuáles son sus impresiones sobre sus negocios en el país. Me parece muy preocupante que estas empresas lleguen a Colombia y no encuentren las condiciones y se tengan que ir”, afirmó Botero.
Sin embargo, para el presidente de Raddar, Camilo Herrera, el problema no es tanto de estabilidad jurídica o de perspectivas económicas, sino de estrategias de mercadeo mal planteadas y falta de comprensión del mercado local, no solo en el caso de Ripley, sino de La Polar y Falabella.
“El retail chileno es de los mejores del mundo pero nunca entendieron el mercado colombiano, quieren hacer las cosas a la chilena y en el país las cosas a la chilena no funcionan. De manera jocosa, he dicho que en Colombia la clase baja quiere ser mexicana, la media, gringa, y el de clase alta quiere ser europeo pero ninguno quiere ser chileno”, agregó.
De acuerdo con Herrera, el imaginario de los colombianos sobre Chile está más enfocado hacia los vinos, las uvas y los duraznos, “pero si usted le vende ropa a la chilena, pues no funciona; acá la gente compra ropa en San Victorino”.
La sobrevivencia de Falabella en el mercado colombiano ha estado principalmente impulsada por la creación de una tarjeta de crédito. “Logró hacer un proceso de adaptación, se demoraron mucho, pero lograron hacer, pero el retail chileno no está aportando nada nuevo en Colombia”, advirtió.
¿Nuevo foco? Para Estudios EuroAmerica, la decisión del retailer reflejará sus efectos "en los estados financieros al 31 de diciembre de 2015, el que alcanzaría aproximadamente US$92 millones, lo que se suma a la reclasificación a resultados desde otras reservas registrada en patrimonio de la diferencia de cambio generada en las inversiones en Colombia por US$21 millones".
Por último, "en términos de flujo de caja, se estima que esta decisión aportará cerca de US$18 millones para el 2016. Los US$92 MM de costos de cierre calculados por la compañía consideran el valor de las tiendas -posee seis tiendas, de las cuales dos son propias-, la venta del valor de la cartera -sujeta a la aprobación de la Superintendencia Financiera de Colombia-, la operación el 1Q16 mientras cierran las tiendas y los castigos, tales como cierre de contratos, indemnizaciones".
Estudios EuroAmerica agregó que "cabe destacar que Ripley no hizo referencia al fair value de sus tiendas y los potenciales compradores tanto de las tiendas propias como de los contratos de arriendo. Esta decisión le permitirá enfocarse en el fortalecimiento y consolidación de sus operaciones en Chile y Perú, lo que si bien es positivo, nos mantenemos cautos ante el deterioro del consumo evidenciado durante el 2015, el que aún no muestra señales de recuperación".