El Centro de Estudios del Cobre y la Minería desarrolló un documento donde expone que el sector es una plataforma para el desarrollo del país, pero que aún tiene muchos puntos pendientes que abordar para lograrlo.
La minería chilena está en un momento clave para su crecimiento. El tamaño de la industria y los factores competitivos que favorecen a Chile en el plano internacional, ofrecen desafíos y oportunidades únicas. Sin embargo, para poder convertirse en una plataforma de desarrollo debe superar varios retos que tiene por delante.
Por lo menos así lo revela el Centro de Estudios del Cobre y la Minería (Cesco), entidad que desarrolló un estudio llamado “La Minería como plataforma para el desarrollo: Hacia una relación integral y sustentable de la industria minera en Chile”, donde da cuenta de los principales planteamientos en materia minera y reflexiona sobre cómo la industria puede lograr una relación integral y sustentable, convirtiéndose en una efectiva plataforma para el desarrollo del país.
La minería, la principal actividad económica de Chile, ha sido fundamental durante las últimas décadas para el país sudamericano, período en que la inversión minera aumentó considerablemente. Por ello, la generación de rentas económicas a partir de la explotación minera es fundamental para Chile, dado que los recursos mineros pertenecen al Estado, lo que está establecido en la Constitución política. Por lo mismo, su "maximización es un objetivo deseable que beneficia al país a través de recursos con alto impacto para el fisco y por ende la acción social".
Durante los últimos años, el sector ha logrado consolidar a Chile como una potencia en producción minera a nivel mundial y destino de inversión de las principales compañías internacionales del rubro, sin embargo, el sector evidencia deterioro y grandes desafíos.
Unos de los principales puntos débiles es la falta de perspectivas a largo plazo y que no existe un cuestionamiento de cómo lograr que la minería sea un actor determinante en el desarrollo del país.
Ante esto, Cesco plantea que la actividad podría contribuir aún más al desarrollo de Chile si se cambia la mirada y se deja de considerarla como una generadora de ingresos o de impuestos para el Estado. "La visión de la minería como "vaca lechera" está obsoleta", recalcó el estudio.
Por ello, la minería debe ser una plataforma para el desarrollo, lo que se podría alcanzar si se utiliza la minería "para crear nuevas industrias y servicios nacionales, como proveedores mineros para la minería nacional y mundial". Ese rumbo es el que han seguido Australia, Canadá, Finlandia, entre otros países.
Otra piedra de tope es que a pesar del reconocimiento internacional logrado, no se ha conseguido vincular plenamente la actividad con otros sectores de la economía, la política y la sociedad chilena. "Esta falencia tiene responsabilidades compartidas tanto en la sociedad y la elite política y económica, como en las propias compañías mineras", reveló el documento, agregando que esto explica en parte la mirada de corto plazo que ha tomado este ámbito.
Vale tener presente, que el país experimenta una etapa de cambios relevantes, en el que se han abierto espacio para la manifestación de demandas contenidas y tensiones que se incubaron por largo tiempo.
"Los permisos para la inversión y la operación son más difíciles de obtener y las exigencias a su aporte al país son mayores. Este cambio social coincide con una fase de deterioro de las condiciones de competitividad de la industria", agregó.
Otro de los retos identificados por Cesco, es el generar un nuevo impulso que supere cierto estancamiento en la capacidad de crecimiento de la industria minera, dado que la producción chilena de cobre no aumentó desde 2002 hasta 2012. "Si bien se espera un aumento en esta décadas, las proyecciones no están garantizadas por las dificultades en el desarrollo de proyecto y la creciente caída de leyes".
Además del deterioro en leyes, dentro de los desafíos se encuentra el incremento en costos por variados factores, el envejecimiento de yacimientos, costos de insumos, productividad laboral insuficiente y dificultades en el acceso a energía y agua a costos razonables y compatibles con las exigencias de desarrollo sustentable. Todo esto, teniendo en cuenta las demandas sociales, comunitarias y de pueblos originarios.
"La continuidad, y más aún un aumento significativo de la actividad minera, requerirán condiciones distintas a las actuales, tanto en cómo el Estado es capaz de enfrentar los desafíos institucionales, ambientales y de infraestructura necesarios para el desarrollo de los proyectos, así como en la relación con las comunidades locales", explicó el Centro de Estudios del Cobre y la Minería.
Necesidades. Dentro de las acciones que se deben aplicar, a juicio de Cesco, está el avanzar desde una primera etapa enfocada en la explotación eficiente de los recursos hacia otra más compleja, que requiere "mayor sofisticación en aspectos como capacidad de articulación de actores, generación de soluciones más integrales para demandas provenientes de grupos sociales más organizados, necesidad de enfrentar competencias en mercados más avanzados y capacidad de innovación y de competitividad en rubros más sofisticados".
Por ello, es importante crear la capacidad para desarrollar industrias de bienes y servicios ligadas a la minería que apoyen la competitividad de la industria. Esto porque la competitividad minera requiere de una renovación constante de los recursos con el fin de mantener la calidad de los minerales extraídos.
Dentro de las labores para mejorar la actividad de exploración en el país, está el realizar cambios responsables en el Código de Minería y una modernización al sistema de administración, información y fiscalización sobre la propiedad minera. A esto se suma que la Empresa Nacional de Minería (Enami) se concentre solamente en la pequeña minería para hacer más efectivo su rol en ese segmento, generando a su vez que la mediana minería despliegue sus capacidades, a veces inhibida por su accionar paternalista sobre ellas.
El informe también evidencia la necesidad de "una mayor integración de la minería con el mercado financiero local, para lo cual parece oportuno considerar la introducción de beneficios tributarios a los inversionistas de compañías de exploración minera en Chile, que les permita descontar los gastos realizados en estas inversiones altamente riesgosas y con retornos a muy largo plazo".
Codelco. En lo que respecta a Codelco, Cesco propone "fortalecer su rol como empresa autónoma de los ciclos políticos, a partir de una profundización de la ley de gobierno corporativo, creada para tal fin, permitiéndole de esta manera desplegar su inmenso potencial de negocios".
La estatal enfrenta una cuyuntura crítica de financiamiento en los próximos cinco años que abre la posibilidad a diversos caminos en el corto plazo.
"En todo caso, es necesario asumir que la fuerte necesidad de financiamiento por la que atraviesa Coldelco implicará que su aporte neta al Estado durante este período se reducirá considerablemente", detalló el informe.
En virtud de todo lo anterior, es que Cesco propone un modelo de desarrollo minero integral y sustentable, basado en que equilibre un manejo efectivo de la renta minera, genere las bases para que la minería sea la plataforma para el desarrollo del país a través del desarrollo productivo y tecnológico asociado a industrias complementarias de bienes y servicios que sean cada vez más intensas en innovación y asegure que los estándares ambientales y sociales sea acorde a un desarrollo sustentable, que incorporen las mejores prácticas internacionales que sean vista como legítimas por todas las partes interesadas relevantes.