La región portuaria de Rosario descansa sobre el Paraná, el segundo río más largo de Sudamérica después del Amazonas, a través del que se exporta el 80% de los productos agrícolas de Argentina, un proveedor global líder de alimentos.
Buenos Aires. Argentina está renovando las arcaicas rutas que llevan al mayor puerto agroexportador del país, pero para que los embarques de una de las potencias mundiales continúen creciendo aún falta un capítulo clave: profundizar y ensanchar uno de los ríos más importantes del mundo.
La región portuaria de Rosario descansa sobre el Paraná, el segundo río más largo de Sudamérica después del Amazonas, a través del que se exporta el 80% de los productos agrícolas de Argentina, un proveedor global líder de alimentos.
En busca de mejorar la infraestructura exportadora, el Gobierno dio a conocer el mes pasado las ofertas de empresas para construir y mejorar rutas a través de sociedades público-privadas (PPP), un plan que incluye tramos clave para el traslado de granos a Rosario.
Sin embargo, los actuales 34 pies de profundidad que tiene el Paraná entre Rosario y el mar -dragados en la década de 1990- dificultan el acceso de modelos modernos de barcos de carga y causan problemas al tránsito de navíos, que creció junto a la expansión productiva agrícola del país.
"El trabajo sobre el río Paraná es muy importante, tan importante como los arribos de los granos a los puertos", dijo a Reuters Pablo Jukic, secretario de Transporte de la provincia de Santa Fe, donde está la ciudad de Rosario.
Por eso Jukic señaló que, junto al Gobierno nacional, la provincia está realizando estudios para hacer modificaciones en los 450 kilómetros de río que separan al norte de Rosario del océano, que podrían comenzar cuando en 2021 venza la actual concesión del mantenimiento de la hidrovía Paraná y se licite un nuevo contrato.
Una cuenta pendiente. Tras asumir a fines del 2015, el presidente Mauricio Macri eliminó impuestos y límites a los embarques de granos, con el objetivo de incrementar sus ventas. Sin embargo, analistas sostienen que la antigua matriz de transporte argentina es el obstáculo estructural que le pone un techo al sector.
Según la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), incrementar la profundidad del Paraná a 38 pies recortaría en cerca de 8 por ciento el número de barcos necesarios -a cerca de 1.750 navíos por año- para mover las exportaciones argentinas del sector agrícola e agroindustrial.
El año pasado, se embarcaron 63 millones de toneladas de granos y de sus aceites y harinas derivados en la región de Rosario, de acuerdo con datos oficiales.
"La profundidad permitiría disminuir el flete, aprovechar más los buques. También hay que hacer varias otras obras que acompañen esa profundización como ensanche de canales, búsquedas de nuevas zonas de espera y maniobra", explicó Alfredo Sesé, secretario técnico de la Comisión de Transporte e Infraestructura de la BCR.
Distintas fuentes del sector agroexportador también señalaron -bajo condición de anonimato- la necesidad de renovar la hidrovía Paraná para agilizar las ventas del país, que es el principal exportador mundial de aceite y harina de soja, y el tercero del poroto de la oleaginosa sin procesar.
Un punto relevante señalado por Sesé es que el financiamiento de la obra impactaría en las tarifas del peaje del Paraná que pagan las compañías exportadoras, lo que es de esperar que genere largas negociaciones.
"Desde la década del 90 han aparecido varias terminales portuarias nuevas, han aumentado los embarques de granos. Hay que adecuar, ampliar", señaló Sesé.