Luis Reyes, secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Energía, explicó que el nuevo marco buscará potenciar pequeños emprendimientos que faciliten en algunos casos el autoabastecimiento de comunidades remotas, además de restar terreno a los proyectos termoeléctricos.
El gobierno salvadoreño anunció que prepara un nuevo marco legal para el fomento de las energías renovables.
El Salvador -el país más pequeño de Centroamérica- depende en alrededor del 50% de fuentes termoeléctricas (alimentadas petroderivados como el por búnker y diésel) para garantizar la demanda de energía eléctrica; sin embargo, carece de espacio y recursos para el desarrollo de proyectos renovables de gran escala.
Luis Reyes, secretario ejecutivo del Consejo Nacional de Energía (CNE), explicó que el nuevo marco buscará potenciar pequeños emprendimientos que faciliten en algunos casos el autoabastecimiento de comunidades remotas, además de restar terreno a los proyectos termoeléctricos.
Capacidad instalada. Hasta el cierre de 2010 el país contaba con una capacidad instalada de 1,472 megavatios de los que el 46% son cubiertos por las turbinas de LaGeo (geotérmica) y la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (Cel), esta última entidad administra cuatro centrales hidroeléctricas.
La Cel trabaja actualmente en el desarrollo de una nueva hidroeléctrica, El Chaparral, pero enfrenta problemas por los daños que el proyecto tuvo tras el paso de la tormenta tropical Agatha el año pasado, daños que obligan al cambio de diseño de la primera hidroeléctrica que El Salvador construye desde 1982.
Participación de recursos térmicos. Reyes detalla que la participación creciente de los recursos térmicos se inició precisamente en la década de 1980, cuando el país enfrentó un conflicto interno que paralizó el desarrollo de hidroeléctricas y comenzó un auge de las termoléctricas, un fenómeno apuntalado por una caída en los petroprecios (por debajo de los US$40 por barril).
En pleno Siglo XXI, el panorama no es el mismo. El encarecimiento del petróleo y sus derivados (el precio del barril de petróleo opera actualmente sobre los US$90) ha vuelto a urgir de proyectos alternativos.
“La dependencia en El Salvador de los recursos térmicos es una condición que vulnera la economía nacional”, sentencia el funcionario.
Consientes de la limitaciones del país, el CNE está decidido a impulsar pequeños proyectos y para ello se está trabajando en dos líneas: la creación de una ley especial para impulsar proyectos alternativos y el levantamiento de un mapa que identifique los potenciales por zonas geográficas.
La idea es potenciar la construcción y operación de pequeñás hidroeléctricas, miniparques eólicos o fotovoltaicas y minicentrales que aprovechen la geotermia, la quema de biomasa o las emisiones de metano en rellenos sanitarios (biogás).