Según varios consultados, el plan fue diseñado para que las plantas fueran pagadas al productor y no al viverista. Por eso, cada productor debe endosar el cheque de los viveristas y en muchas ocasiones los beneficiarios no llegan y no hay forma de hacer presión
El Gobierno lanzó un plan el año pasado para sustituir una parte del parque cafetero del país. Compraron a diversos viveristas alrededor de 6.5 millones de plantas a un precio promedio de $0.40. En total, los servicios de los viveristas rondan los $2.6 millones, pero de esto estiman que se les ha pagado aproximadamente el 35% del monto. Esto les preocupa ya que trabajan con créditos, no pueden cancelarlos y no pueden solicitar más fondos para seguir trabajando. “Ahorita estamos complicados porque tenemos créditos en los bancos que se nos van a vencer y nos limita para hacer los viveros este año”, acotó Mauricio Arévalo, del vivero Los Arévalo.
Hugo Flores, viceministro de Agricultura y Ganadería, afirmó, sin embargo, que el pago de la deuda va por buen camino. “A este día se les ha cancelado un 55%, hay que recordar que son trámites que hay que cumplir y hay un proceso de liquidación que hay que cumplir y esperamos que en este caso lo pendiente se debe a que hay que cumplir unos requisitos”.
Con el plan de renovación se apunta a sustituir el 20% del parque cafetero, pero para ello se requieren 80 millones de plantas. La iniciativa forma parte del programa Rescate y Desarrollo de la Caficultura Nacional, con el que se prevé invertir $24.5 millones en los próximos cinco años para el rescate de la caficultura. Los recursos proceden del Fideicomiso de Apoyo a la Producción del Café. Los beneficiarios son, en su mayoría, pequeños productores.
El plan de renovación del parque cafetero está a cargo del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), pero a juicio de algunos viveristas la inexperiencia cobró factura: siembra tardía (los árboles se entregaron a finales de julio y agosto cuando la siembra ideal es entre el 15 de mayo y 15 de julio), descoordinación en la entrega de las plantas y el problema más grande: la forma de pago.
Según varios consultados, el plan fue diseñado para que las plantas fueran pagadas al productor y no al viverista. Por eso, cada productor debe endosar el cheque de los viveristas y en muchas ocasiones los beneficiarios no llegan y no hay forma de hacer presión, ya que no hay un contrato firmado sino solo órdenes de compra.
“La plata ahí está, la tiene el IICA pero no hallan cómo hacer (para desembolsarla). Se ve que son ellos los que se han maneado”, dijo Raúl Escobar, viverista. Indicó que como los productores no firmaron de recibido con las plantas, algunos de ellos no quieren dar su firma para el cheque y argumentan que estas se les perdieron. Incluso comentó el caso de una finca a la que se le entregaron 3,000 plantas pero solo habían sembrado 1,500.
Carlos Riera, presidente de la cooperativa Cuzcachapa, que vendió 121,253 arbolitos y a la que le han pagado solo 15,500, afirmó que incluso en el IICA se niegan a contestarles las llamadas y están preocupados porque necesitan recuperar la inversión. “El dinero es de los socios y con la cuestión de la roya el dinero se necesita para combatir el hongo”.
El viverista Rafael Villacorta incluso habló de la posibilidad de acudir al congreso a solicitar que se revise la forma de pago para que los fondos no estén estancados.
Un poco más de la mitad de las variedades de café que se entregaron en el plan son susceptibles a la roya, un hongo que ha defoliado al parque cafetero. Los expertos afirman que la apuesta debe ir por las variedades resistentes.
"No es momento de prevención sino de combate". El Gobierno salvadoreño invitó a mediados de 2011 a Carlos Brando, brasileño especialista en temas de café. El propósito era que el experto ayudara a dar un diagnóstico y propuestas de cómo mejorar en las diferentes líneas de producción y comercialización de café pero las negociaciones se quedaron en punto muerto.
En la entrevista, Brando afirmó que el problema de la roya plantea el reto de hacer una renovación del parque cafetero con variedades resistentes y auguró que en el próximo año cafetero 2013/2014, cuando se esperan bajas sensibles en la producción a causa del hongo, el aromático podría subir de precio por la escasez en el mercado.
Centroamérica está teniendo un ataque fuerte de roya, ¿cómo se ve desde fuera el problema?
Estamos escuchando que hay pérdidas grandes. Las interrogantes son: cómo se ha estado combatiendo, qué se hace, por qué está terminando la cosecha. A veces sucede que el ataque ya estaba y es natural. Eso no es algo que empezó ayer pero es algo que se está notando ahora.
¿Faltó prevención?
Ahora no es momento de prevención sino de combate. Hay que sembrar variedades resistentes, esta es una prevención de largo plazo. Hay cafetaleros que prefieren tener variedades no resistentes y hacer fumigaciones periódicas. Lo que se busca es un equilibrio porque tener roya cero y muchas condiciones no es económicamente factible.
¿Cómo cree que pueden afectar a futuro los precios de mercado al tomar en cuenta que la región tiene el 20% de la producción mundial?
Eso es algo de lo que se ha estado hablando bastante hoy en día. Que por efecto de esto, está el riesgo-beneficio de los productores de una alza de precio, pero es todavía temprano para decir. Esto se va a sentir en 12 o 14 meses.
Usted fue contactado por el Gobierno para ayudarles a echar a andar un plan a favor de la caficultura. ¿Qué pasó con su participación?
Nosotros negociamos por varias veces hasta que ya no escuchamos más novedades del lado salvadoreño.
¿En qué momento se detuvieron las conversaciones?
Hubo discusiones de cómo contratar, quien sería el contratante. Después se habló de hacer una licitación internacional porque estábamos hablando con otros expertos reconocidos. Después, en verdad, no escuchamos más.
¿Y se hizo algún diagnóstico oficial de la caficultura en el país?
No realmente, eso habría sido hecho por otros. Lo que hice fue un estudio buscando una propuesta, ideas, que lo hicimos cuando estuvimos allí la última vez. Fue más un diagnóstico institucional de lo que se debería hacer para corregir los defectos, los problemas, el diagnóstico sería el primer paso del estudio.
¿Eso no se logró a hacer?
No, no se llegó a realizar.
¿El Gobierno ya no lo buscó?
No puedo decir si era el Gobierno, nosotros hicimos una propuesta y el Gobierno buscaba la mejor forma de contratación. No puedo en este punto decir que quien paró fue el Gobierno o fueron las asociaciones.
¿Cuánto tiempo estuvieron ustedes en negociaciones?
Después de la propuesta final, negociaciones activas fueron dos o tres hasta que se quedaron silenciosos los salvadoreños.
Del conocimiento que usted tiene de El Salvador, ¿qué debilidades ve actualmente en el sector?
Hace más de un año estuve allá, ahora tendría que recoger los documentos... un problema muy claro es que estaba disminuyendo la producción, que las productividades promedio bajaban. Se tendría que buscar qué hacer, esto sería la parte del diagnóstico, si se busca tecnología fuera, si se desarrolla localmente, si se aprovecha la experiencia de otros países, ver cuáles son las barreras, por qué hay fincas que son mucho más productivas que el promedio del país. Se hablaba mucho de distribuir plántulas, había un cuestionamiento sobre si esto sería suficiente, porque no sirve de nada distribuir plántulas si no hay plata para abonarla y hacerla crecer, o si no hay agua suficiente. Se requiere un análisis más complejo, esto tiene que ser objeto de un estudio más a profundidad, qué hacer con la investigación, dónde hacerla, qué tecnología utilizar, todas son preguntas que propusimos contestar.
Con el ataque de roya en Centroamérica, instituciones como ANACAFE e IHCAFE trabajan con el Gobierno para apoyar a los caficultores. Aquí a PROCAFE se le quitó el contrato...
No sabía que les habían quitado el contrato, es novedad para mí.
¿Qué tan conveniente es, en este momento de un brote de roya severo, estar divorciado de esta institución y no tener contratados expertos?
Se tendría que analizar las razones que están detrás del término del contrato, luego ver qué opciones tenía el Consejo Salvadoreño del Café, qué está haciendo. De lejos es imposible hablar sobre esto, no me gustaría hablar sobre cosas que no conozco.