El atraso cambiario en Argentina, la recuperación del real y mejores condiciones para el turismo interno juegan a favor.
Montevideo. En el último tiempo siempre hubo algún hecho que en el horizonte se veía como nubarrón para la temporada de verano en Uruguay. Basta ir unos años hacia atrás para encontrar las restricciones cambiarias impuestas por el gobierno kirchnerista o antes el corte de puentes por el conflicto con la ex Botnia, que fueron un dolor de cabeza para la actividad turística.
También Brasil ha sido una fuente de malas noticias. Por ejemplo el año pasado, cuando el real procesó una fuerte devaluación que frenó la llegada de visitantes norteños. Pero esta vez el panorama es algo distinto si se toma en cuenta el comportamiento favorable de distintas variables, tanto domésticas como regionales.
Una de las señales positivas más evidentes proviene de Argentina. El ritmo de las reformas económicas impulsadas por el gobierno de Mauricio Macri se moderó de forma considerable en los últimos meses. Con buena parte de las baterías que apuntan a reducir la inflación, el ajuste cambiario en la vecina orilla ha quedado en segundo plano. Un peso argentino más fuerte beneficia a Uruguay y lo hace más competitivo en el precio de los bienes y servicios que intercambia con el país vecino.
Por el lado de Brasil, la pérdida de valor del real se ha ido moderando y la moneda norteña inició un proceso de fortalecimiento frente al dólar que genera cierto alivio para la economía uruguaya. Aunque se espera que el flujo de visitantes de ese origen continuará afectado por los efectos de la recesión económica, se espera una recuperación respecto al año pasado cuando se produjo un descenso de 19%.
También en el frente interno las noticias son favorables para los intereses del sector turístico. Desde hace meses los uruguayos que planifican sus vacaciones vieron encarecer sus principales destinos de referencia, de la mano con un deterioro del poder de compra en los países vecinos. El encarecimiento de otros destinos como Estados Unidos y Europa también lleva a mirar con otros ojos la alternativa de vacacionar dentro de fronteras.
Ello se suma a una seguidilla de datos positivos en el terreno de la las expectativas que insinúan un repunte en la confianza de los consumidores. Todas esas cartas hacen pensar que los astros están alineados para que temporada de verano sea recordada como una de las mejores de la historia.
Los operadores nos dicen que las reservas son sustancialmente mayores que las que había habido el año pasado", dijo la ministra de Turismo Liliam kechichián
El economista de CPA Ferrere, Santiago Rego, afirmó que Argentina atraviesa un "ajuste recesivo" que el gobierno no podía posponer. Sin embargo, el ajuste se procesa con un importante atraso cambiario. Eso tiene como contraparte que Uruguay ha ganado competitividad para los bolsillos argentinos y está más barato respecto a tiempos recientes.
En el caso de Brasil, las autoridades uruguayas aguardan para este verano "una recuperación sostenida" en la llegada de turistas brasileños, afirmó días atrás el viceministro de Turismo, Benjamín Liberoff. También anunció la llegada de operadores brasileños para avanzar en la implementación de paquetes dirigidos a turistas de los estados de Bahía, Alagoas y Sergipe.
En el último año la capacidad de compra de los asalariados uruguayos continuó deteriorándose en los dos países vecinos, pero aumentó dentro del territorio nacional.
En setiembre, el poder de compra de los trabajadores dentro del país se incrementó 1,8% en la medición interanual y fue la mayor suba desde junio del año pasado, cuando el registro fue de 2,3%.
En tanto, la capacidad de consumo en Argentina y Brasil cayó 21,1% y 10,7%, respectivamente en el mismo comparativo. En el caso de Brasil, el poder de compra de los uruguayos todavía se mantiene 40,1% por encima de la media histórica, lo que implica que es menos atractivo que hace un año atrás, pero sigue siendo conveniente en precios si se lo compara con la historia reciente.