La negativa del gobierno a autorizar un incremento para actualizar el piso de las tarifas, profundizará el desequilibrio financiero del sector, según expertos.
Buenos Aires. Las perspectivas para las distribuidoras de electricidad de Argentina son desalentadoras para este año, tras terminar 2011 con resultados de operación negativos por primera vez en casi dos décadas, golpeadas por unas tarifas congeladas y una elevada inflación.
La negativa del gobierno a autorizar un incremento para actualizar el piso de las tarifas, congeladas hace 10 años, y con una inflación en torno al 25% anual que eleva los costos operativos, profundizará el desequilibrio financiero del sector, según expertos.
El gobierno ha evitado en los últimos años tomar medidas impopulares como incrementar las tarifas de los servicios públicos.
Pero, con la necesidad de recortar gastos ante crecientes apremios fiscales, comenzó gradualmente en octubre a reducir millonarios subsidios que cubrían parte de las cuentas de los usuarios, lo que multiplicará el valor de los servicios de agua, gas y electricidad sin incrementar ingresos para las empresas.
"El problema es que las tarifas están congeladas o semicongeladas y los costos están aumentando, básicamente lo que tiene que ver con los salarios y la carga impositiva", indicó Rubén Pascuali, operador de la firma Mayoral Bursátil.
"Algo van a tener que hacer (el gobierno) porque la situación es insostenible", agregó Pascuali.
Una fuente del sector eléctrico dijo a Reuters bajo condición de anonimato que "no creo que (en el gobierno) estén pensando en subir tarifas. A lo mejor cuando empiecen con las paritarias (negociaciones salariales) le tiran un hueso a las empresas" (conceden algún incremento mínimo).
Mantener la intrincada red de subsidios estatales costó al Tesoro argentino unos 70.000 millones de pesos (US$16.300 millones) el año pasado, casi un 40% más que en el 2010, según cálculos privados.
Expertos evalúan que tras triplicar o cuadruplicar las cuentas de los usuarios, el gobierno tendrá menos margen aún para cambiar las tarifas.
Los subsidios fueron implementados para alentar el consumo tras la crisis de 2001-2002, pero su peso se fue haciendo cada vez más fuerte dentro del gasto estatal, debido a que aumentos de costos exigían cada vez más recursos públicos para mantener las cuentas de los usuarios sin variación.
Las distribuidoras operan como recaudadoras pero el dinero que reciben se lo entregan a Cammesa, la compañía que administra el mercado mayorista eléctrico y que es la que subsidia el precio de la electricidad a los consumidores.
"El dinero que antes pagaba el Estado ahora lo van a pagar los clientes a los cuales les han quitado el subsidio", dijo a una radio el presidente de Edenor, Alejandro McFarlane.
"El precio de la energía estaba subsidiado por Cammesa, nos lo vendía a nosotros a un precio subsidiado, nosotros transmitíamos ese precio al cliente y ahora ese precio va a estar sin subsidios para aquellos a los cuales les han quitado el subsidio", agregó.
Las principales eléctricas del país son Edenor, propiedad de Pampa Energía , Edesur, controlada indirectamente por la italiana Enel, y Edelap, vendida recientemente por la estadounidense AES a inversores locales.
En el tercer trimestre, el resultado neto de las distribuidoras eléctricas que cotizan en bolsa cayó un 381% respecto del mismo período del 2010, según el Instituto Argentino de Mercado de Capitales (IAMC).
Derroche. Los usuarios argentinos pagan en promedio unos US$7 por mes por los consumos de electricidad, menos que el valor de una entrada de cine y muy lejos de los valores vigentes en países vecinos.
Edenor, la mayor distribuidora de electricidad de Argentina en términos de clientes y electricidad vendida, reportó un aumento de las perdidas a 130,4 millones de pesos (unos US$30 millones) en los primeros nueve meses del 2011, desde 3,1 millones de pesos en el mismo período el 2011. La empresa informará sus resultados anuales a partir de la segunda quincena de febrero.
Edenor tiene la concesión para distribuir electricidad en el norte de la Ciudad de Buenos Aires y en el noroeste de la zona urbana que rodea la capital argentina.
Edesur, que abastece a unos 2,3 millones de clientes en el sur de Buenos Aires y en sus populosos suburbios, acumuló en los primeros nueves meses del 2011 pérdidas por 185,3 millones de pesos (US$43 millones), que se compara con pérdidas de 24,3 millones (US$5,6 millones) entre enero y septiembre del año previo.
No había nadie disponible en Edesur para hacer declaraciones.
La economía argentina viene creciendo a altas tasas en los últimos años y los bajos valores que deben pagar los usuarios estimularon un aumento del consumo de electricidad.
Aumento en el consumo promedio. En los primeros 11 meses del año, el consumo de electricidad en Argentina subió un 5,6%, según datos de la Fundación para el Desarrollo Eléctrico (Fundelec).
"Hemos hecho un estudio de un matrimonio con dos chicos (niños) que hacen lo mismo, que van a colegios similares y el matrimonio trabaja y hace una vida similar, consume la mitad de la energía en el Uruguay que en la Argentina", dijo McFarlane de Edenor.
"Como la gente sabe que tiene que pagar bastante (en Uruguay), ahorra y gasta menos energía. Y tiene equipamiento de bajo consumo y hace todo lo posible por gastar menos", agregó.