Así se proyecta para la cárcel modelo “Esperanza”, donde la empresa brasileña “Kadesh”, dedicada al rubro de calzados de seguridad industrial, pretende instalar su fábrica con la mano de obra de los reclusos.
Que una empresa extranjera quiera instalar la maquila en el Paraguay no sería novedad, pero que lo hagan en una cárcel paraguaya sería uno de los mayores avances en materia de reinserción social.
Esto es lo que se proyecta para la cárcel modelo “Esperanza”, donde la empresa brasileña “Kadesh”, dedicada al rubro de calzados de seguridad industrial, pretende instalar su fábrica con la mano de obra de los reclusos.
El panorama se muestra alentador, porque la mencionada firma ya trabaja con algunas cárceles del Brasil como la de Ponta Grosa, Guarapuava, Semi Abierto de Guarapuava y la estadual de Cascavel.
El sueño de tener un oficio y la de ganar un dinero, se puede cumplir en 50 reclusos de la cárcel La Esperanza, toda vez que la empresa consiga coordinar los trabajos de importación de sus maquinarias y la exportación al Brasil de los calzados.
“Esta inversión sería muy importante para nuestra política social penitenciaria de reinserción, porque ofrecerá capacitación en un rubro muy poco desarrollado en el país como lo es la fabricación de calzado de seguridad industrial”, explicó a ABC Color el ministro de Justicia y Trabajo, Humberto Blasco.
Mantener a la familia con el fruto del sacrificio del trabajo y la oportunidad de acceder a un ahorro, son algunos de los beneficios a los que accederán los reclusos que trabajen en la maquila, indicó Blasco.
Recordó que 30% del salario va a una cuenta especial del Banco Nacional de Fomento (BNF), que será retirado por su dueño luego de que obtenga la libertad.
“Al recuperar su libertad no solo estarían saliendo con la capacitación en la confección de estos calzados, sino también con un pequeño capital operativo que le permitirá abrir taller o seguir empleado”, refirió.
Ventajas. El 100% de lo que se produzca en la cárcel “La Esperanza” será exportada al Brasil, por lo que no habrá competencia contra los fabricantes locales, destacó Blasco.
Indicó que para la empresa también es una ventaja, ya que la ley penitenciaria permite que el recluso cobre hasta 70% del salario mínimo.
Sin embargo la empresa también tiene como idea pagar por producción, ya que actualmente en el Brasil sacan 15.000 calzados por día, cuando lo necesaria para la demanda es de 30.000 diariamente.
Blasco dijo que 50 reclusos se beneficiarán directamente ya que se volverán operarios, mientras que 100 internos lo harán indirectamente al recibir los insumos y embalarlos.
Si el negocio funciona la empresa quiere instalar una fábrica en el Paraguay, con mano exclusiva de exconvictos que pasaron por la citada maquila.
La fábrica también puede ser implementada en la cárcel de Ciudad del Este, por su proximidad con el Brasil y en la penitenciaría de Emboscada.
En la cárcel ya funcionan maquilas como las de carpetas archivadoras y biblioratos –proconvenio con la Corte Suprema de Justicia– así como de termos y guampas con comerciantes particulares.
La posibilidad de la reinserción va creciendo y pese a que en la cárcel de La Esperanza hay solo 266 internos, la posibilidad de trabajo en el lugar va creciendo.
“Invito a los industriales paraguayos a que hagan la misma apuesta, tenemos lugar, tenemos galpones que están disponibles que pueden servir para instalación de sus plantas”, manifestó Blasco.
El proyecto ya está, ahora solo resta que se concrete y de esta forma brindar a reclusos la oportunidad de trabajar en una empresa, desde la propia cárcel.
En la penitenciaría “La Esperanza”, ubicada al lado de la cárcel de Tacumbú, se encuentran los reclusos que tienen mejor conducta y perfil para la reinserción a la sociedad.