El plan estratégico recogerá las intenciones de la compañía para reforzar su capital con la venta parcial o total de su cartera de participadas para cumplir con las normas de competencia europeas después de haber solicitado al Estado un apoyo financiero por 19.000 millones de euros en forma de capital.
Madrid. El grupo BFA-Bankia está preparando un nuevo plan estratégico que recogerá las intenciones de la compañía para reforzar su capital con la venta parcial o total de su cartera de participadas para cumplir con las normas de competencia europeas después de haber solicitado al Estado apoyo financiero por 19.000 millones de euros (US$23.823 millones) en forma de capital.
"Dentro de nuestros planes y además por requerimiento de Europa, tendremos que hacer desinversiones, y tenía todo el sentido que si teníamos que hacer desinversiones pusiéramos todos estos activos a valor de mercado en estos momentos", dijo este sábado el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri.
El total del apoyo público necesario de 23.465 millones de euros (US$29.422 millones), incluyendo los 4.465 millones de euros de préstamos que el Estado convertirá en capital de BFA, se ha convertido en la mayor operación de salvamento de la historia financiera española y ha superado con creces las previsiones del Gobierno de aportar unos 15.000 millones de euros (US$18.808 millones) al conjunto del sector financiero.
El sector financiero español es, junto con el déficit de las comunidades autónomas, una de las principales fuentes de inquietud respecto a España en los mercados por la erosión de sus balances tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y el temor a que esto haga necesario un rescate "a la irlandesa".
La aportación del capital a BFA-Bankia supone un importante esfuerzo para Estado, en un momento en el que los mercados han encarecido notablemente los costes de financiación de España por los temores sobre su proceso de consolidación fiscal.
Una fuente del Gobierno señaló a Reuters que las nuevas ayudas en forma de capital podrían computar tanto como déficit como deuda cuando se conozcan las valoraciones de BFA-Bankia.
"Hay una pérdida esperada en la cartera de activos que puede computar como deuda y hay otra pérdida efectiva que iría a déficit pero que sería manejable. De momento estamos hablando de hipótesis y no se sabrá hasta que no se conozcan todas las valoraciones", aseguró esta fuente.
El colchón de liquidez del fondo español de rescate bancario (FROB) asciende a unos 4.000 ó 5.000 millones, según la fuente.
La fuente del Ejecutivo manifestó que el decreto de la reforma financiera permite recapitalizar las entidades mediante la entrega de valores de deuda pública o deuda del FROB sin necesidad de acudir al mercado.
Como parte de la reforma financiera española, el Gobierno había posibilitado la aportación de ayuda pública en forma de préstamos a devolver a un tipo de interés de 10%, pero finalmente Bankia ha preferido solicitar la inyección de capital puro para reforzar su solvencia.
"Estamos hablando de capital, el grupo necesitaba capital para recapitalizarse. Aquí no hay que devolver nada, no estamos hablando de ayudas sino de aportación de capital", dijo Goirigolzarri, que enfatizó que no había discrepancias con el Ejecutivo sobre cuál era la mejor forma para pedir ayudas.
Tras el saneamiento y recapitalización, el ratio de capital principal (según la regulación española) de BFA se estima que se situará en el 9,8% (el 9,6% en el caso de Bankia).
Las autoridades comunitarias europeas tienen previsto evaluar a mediados de junio fijar las condiciones del plan de saneamiento y de recapitalización de BFA-Bankia, que en otras entradas del Estado en bancos europeos también ha conllevado a la venta de activos de la entidad y reducción de su balance.
En el marco del proceso de saneamiento, el grupo ha realizado provisiones adicionales de 3.900 millones de euros en su cartera de participadas -que cuelgan tanto de Bankia como de su matriz BFA- para actualizar el valor de las mismas a precios de mercado por si tuviera que proceder a su venta.
Entre las participaciones de Bankia, destacan por su importancia 5,3% en Iberdrola (valorada a precios de cierre del viernes en 1.074 millones de euros) y del 15% de Mapfre (valorada en 828 millones de euros).
Ampliación de Bankia y prueba de estrés. El grupo, que presentará su nueva estrategia durante el mes de junio, pretende ampliar capital en octubre por 12.000 millones de euros en Bankia, en una operación que está abierta a los accionistas minoritarios aunque sus suscripción será completa al estar asegurada por el Estado.
El directivo, que descartó que la conversión de preferentes en capital forme parte de los planes del grupo, no quiso decir a cuánto se podría reducir la participación de los accionistas minoritarios en Bankia después de la ampliación aunque es previsible que el Estado acabará con un paquete mayoritario.
Preguntados en la conferencia con analistas, directivos de Bankia dijeron que todavía no se habían fijado las condiciones de la ampliación en Bankia pero que en principio se podía revisar el valor nominal de las acciones (actualmente en 2 euros) y que esto no supondría un obstáculo para la ampliación.
En el caso de que ningún accionista minoritario acudiera a la ampliación de capital por 12.000 millones de euros y que ésta se realizara a los precios actuales de mercado, el Estado tendría 88,6% de Bankia tras la ampliación de capital, según cálculos de Reuters.
Bankia ha llevado a cabo un ambicioso programa de provisiones adicionales a las decretadas por el Ejecutivo, con la idea de no tener que realizar nuevos quebrantos en sus cuentas y balance por las nuevas necesidades que puedan surgir para la entidad tras la auditoría de los activos de la banca que van a llevar a cabo los auditores independientes contratados por el Gobierno.
"Hemos decidido hacer unas pruebas de estrés en términos de pérdidas esperadas teniendo en cuenta la nueva situación macroeconómica (...)", manifestó Goirigolzarri.
En el mercado se han incrementado las dudas a que pudieran surgir pérdidas adicionales en las carteras crediticias ligadas al crédito hipotecario con particulares y con pequeñas y medianas compañías y esto ha llevado a la entidad hacer mayor provisiones en todo el balance, incluidos los 5.500 millones de dotaciones para riesgo de la cartera crediticia (ante "un eventual escenario económico adverso") y 6.700 millones de euros tras una revisión del resto de los activos en los balances.
Entre los analistas se teme que las nuevas provisiones adicionales de la nueva revisión profunda de los balances de Bankia pueda acabar arrojando unas necesidades de fondos en el resto del sector difícil de cubrir por el Estado, lo que haría más probable una petición de ayuda externa.
No obstante, el presidente de Bankia consideró que la mayor exposición de Bankia al maltrecho negocio inmobiliario no era una situación que pudiera ser extrapolable al resto del sector bancario español, que estos días se someterá a auditoría de las consultoras Roland Berger y Oliver Wyman.
El importe total de 24.945 millones se reducen a unos 19.000 por los créditos fiscales que se producen por las provisiones que tiene que hacer la entidad.
"Aquí no ha habido nada más que un ajuste del valor de los activos como consecuencia del deterioro de economía y de los reales decretos esos y ningún otro factor", dijo Goirigolzarri preguntado en rueda de prensa sobre si eventuales nuevos desfases de capital.
En contra de las recientes especulaciones en el mercado, Goirigolzarri negó que una eventual integración con su matriz BFA estuviera prevista en el corto plazo.
El nuevo presidente ejecutivo de Bankia reconoció en una conferencia con analistas que a principios de mayo hubo cierta tensión en los depósitos de los clientes, pero añadió que la situación ya se había normalizado