Las micro, pequeñas y medianas empresas de América Latina representan el 90% de las empresas de la región, pero sólo el 9% de las exportaciones. Logística, buenas ideas y apoyo estatal son claves para revertir estos números.
Cientos de mariposas son liberadas cada año en matrimonios de Colombia, como un símbolo de la superación del pasado y el renacer a una nueva vida. Miles volaron en ceremonias durante los últimos diez años. Es un servicio que la compañía Alas de Colombia lanzó buscando alcanzar el volumen y capital necesarios para comenzar a exportar pupas de mariposa, el objetivo final del proyecto iniciado en 2001 con un personal de tres personas.
“Desde el principio concebimos el negocio para exportación, pero el volumen requerido era muy alto para iniciar. Entonces desarrollamos a nivel nacional regalos vivos con mariposas, con simbologías y leyendas indígenas sobre poner los sueños de volar”, comenta Vanessa Wilches, gerenta de Alas de Colombia. “Son regalos para rituales en que los homenajeados sueltan mariposas y piden deseos, lo que también nos sirvió a nosotros”.
Hoy Wilches exporta pupas de mariposa para insectarios, universidades y exhibiciones científicas a nivel global. Alas de Colombia es parte de las 60.000 micro, pequeñas y medianas empresas (MyPYME) que existen formalmente en América Latina, según datos de la organización latinoamericana FUNDES, dedicada al monitoreo de estas entidades. Aunque representan más del 60% de los empleos formales en los países de América Latina, sólo participan de un 9% de las exportaciones, según datos de Cepal.
“Generalmente las MyPYME que exportan nacen para el mercado internacional. De las que ya existen para mercado nacional son pocas las que dan el paso. Ahí hay una separación bien clara”, comenta Oswaldo Segura, analista de FUNDES. ¿Qué elementos son clave para que más empresas chicas de América Latina pasen al mercado global?: logística, buenas ideas y apoyo estatal.
Cuál es el plan. “Con una buena idea es mucho más fácil vender afuera que en el propio país, sobre todo porque una idea nueva no tiene competencia”, comenta Luis Ramos, dueño y administrador de la compañía de zapatos C.U. de Chile. Como difícilmente podían competir con los precios de países de Oriente, Ramos y su padre crearon una plantilla de cobre para zapatos, aprovechando la abundancia de este metal en Chile y sus propiedades antisépticas y bactericidas. La idea inicial era vender a diabéticos en Chile, pero el producto tomó fuerza entre distribuidores extranjeros y ya venden a Suecia, Portugal, Australia y México y están cerrando trato con EE.UU.
La necesidad de las MyPYME como Alas de Colombia y C.U. de contar con un volumen suficiente y constante para no quedar desabastecidas en operaciones internacionales conlleva un crecimiento de su personal, que aunque a pequeña escala puede doblar o triplicar el número de trabajadores en un buen año.
“En la fabrica teníamos sólo 6 personas para los zapatos. Ahora hay 12 personas para cubrir también las plantillas”, comenta Ramos. “También compramos más maquinaria y tuvo que crecer la fábrica”. Tan rápido fue el crecimiento que Luis aún usa su antiguo correo de Hotmail para hacer negocios.
Las MyPYME necesitan alcanzar una tasa de crecimiento constante, que les permita superar la temible barrera de los tres años, lapso en que la gran mayoría estas pequeñas empresas deja de existir.
Cielo, mar y tierra. Contando con una buena idea el siguiente paso es el manejo de la logística que involucra enviar los productos a otros países. Ahí es clave la labor de las compañías de courier que se dedican a este trasporte, como son DHL, UPS, TNT o Fedex. Son las encargadas de llevar los envíos a destino por aire, mar o tierra, dependiendo de las decisiones de costo y urgencia de sus clientes.
“El transporte marítimo es lento pero más económico, y si estás bien programado con un volumen relevante es una buena opción”, dice Phillipe Etchegaray, gerente comercial de UPS para las Américas. “La carga terrestre, en la medida en que la programes, también es más barata y una buena opción a nivel internacional, aunque los trámites aduaneros suelen ser lentos por estar ahí con el camión en la aduana”.
Etchegaray reconoce que el transporte aéreo es el mejor en tiempo, pero es más caro. La decisión responde al tipo de producto. Hay algunos que pueden esperar y pueden pagar menos. En otros, sobre todo productos orgánicos (como las mariposas), lo principal es la rapidez.
Actualmente el servicio de courier es el tipo de envío más utilizado por las MyPYME para envíos a pequeña escala, donde buscan rapidez, eficiencia del servicio y un buen precio. La incorporación de tecnologías de clasificación y seguimiento permite a las MyPYME monitorear sus envíos en tiempo real, lo que da seguridad ante sus clientes.
Por las diferencias a nivel de cobertura, precio o eficiencia, las MyPYME envían sus productos por una u otra compañía de courier dependiendo del país de destino. “Depende de la logística que tenga esta compañía para este destino, porque algunas tienen un servicio más fuerte en ciertos países. Entonces eso determina si vamos con Fedex a Francia o TNT a EE.UU. Cada una tiene sus fortalezas y con ésa nos vamos”, dice Vanessa Wilches de Alas de Colombia. “Y enviamos por courier aéreo puerta a puerta, contra reloj. Porque las pupas duran sólo diez días en total antes que nazcan las mariposas”, agrega.
Por su parte, las compañías de courier, sean grandes o chicas, compiten con fuerza por el segmento MyPYME, pero también colaboran. El motivo es simple: muchas veces deben trabajar en conjunto, cubriendo el envío en sectores en que una u otra no llega.
El Estado al rescate. El apoyo estatal a las empresas en Latinoamérica consiste en financiamiento y apoyo en redes de negocios, aunque esta ayuda no es pareja en toda la región. “Destacaría a México y Chile. Son pocos los países que tienen fondos para MyPYME y que buscan aumentar la cifra de estas empresas que exporten”, señala Oswaldo Segura, de FUNDES.
La importancia de la contribución de los gobiernos tiene relación con que las empresas de menor tamaño tienen dificultades en el acceso al financiamiento y las iniciativas estatales les permiten salir de ese círculo. “Como son empresas que están empezando y cuentan con un riesgo importante, el acceso al crédito se les hace más caro”, dice José Luis Uriarte, director de Sercotec, entidad del gobierno chileno de apoyo a las empresas pequeñas. Se trata de un empujón inicial que ya entrega frutos en América Latina.
En el caso de Alas de Colombia, la entidad estatal Proexport financió el 50% de un viaje al Reino Unido, donde consiguieron su primer cliente internacional. “Tras nuestra visita un mariposario de Inglaterra nos dio la oportunidad de hacer los primeros envíos internacionales. Luego, por su referencia fuimos conocidos en EE.UU. y Europa. Ésa fue la manera de tener apoyo del estado, la ayuda con los gastos de ese viaje”, recuerda Wilches.
Luis Ramos, de C.U., destaca el apoyo para generar redes que le entregó Sercotec. “Nos ayudaron haciendo algunas de sus conferencias de prensa en el local. Como aparecía la página web, comenzamos a hacernos contactos de afuera y nos empezaron a llamar”, dice.
Otro tema en la relación Estado-MyPYME es la postura de cada país frente a la apertura comercial al mundo. Las políticas internacionales pueden ayudar o perjudicar estos emprendimientos.
En el caso de Argentina, país constantemente acusado de proteccionismo, Horacio Roura, quien dirige el organismo estatal de apoyo a las MyPyME, Sepyme, señala que que su objetivo es permitir que estas empresas se acerquen a la exportación de manera secuencial, “accediendo primero a mercados fuera de su propia provincia, luego regionales y luego en todo el mundo”. Según Roura, la importancia de las pequeñas empresas en Argentina es que empujan el crecimiento “generando trabajo, sustituyendo importaciones y posicionando productos en el mercado exterior”.
En el caso de Chile, cuyo gobierno busca una apertura comercial con pocas restricciones, el director de Sercotec señala que su objetivo es abrir las fronteras para ayudar a las empresas a salir al mundo en las mejores condiciones. “Lejos de cerrarnos al mundo el apoyo que podemos darles a las empresas de menor tamaño no pasa por cerrar las fronteras”, dice Uriarte. “Pasa por hacer un esfuerzo para transformarlas en empresas competitivas. Pretender aislarse del mundo y vivir en una burbuja es no querer ver la realidad”, agrega.
Tienda informal. En América Latina una gran cantidad de las MyPYME funcionan de manera informal. Eso en parte explica la falta de financiamiento por parte del sistema bancario, que las percibe como de alto riesgo al momento de evaluar préstamos. Por eso, una importante misión de los Estados es lograr que pasen al mercado formal, lo que les permitiría acceder a mayores cantidades de producción y movimiento. “Existe mucha empresa que uno se da cuenta de que hacen envíos domésticos y por correos privados, y eso no se contabiliza como exportación. Sin embargo, tratamos de mostrarles los beneficios que tiene exportar de manera regular”, comenta Uriarte de Sercotec. “Si quieres transformarte en una empresa que no va a ser un par de envíos al mes sino una proveedora propiamente tal, claramente la exportación doméstica no funciona”, afirma.
El éxito está en hacer evolucionar a cada pequeña empresa, como comenta Stephen Fenwick, CEO de DHL Express Americas, compañía global que trabaja con MyPYME y que alguna vez también fue una de ellas, en sus comienzos en San Francisco, California, en la década de los 70. “Si ves la evolución ahora hay grandes oportunidades para hacer negocios pequeños, es mucho más que hace una década y ya no necesitas una gran infraestructura. Gran parte de estas pequeñas compañías pueden ser la próxima Apple, o Microsoft de la siguiente década”, comenta Fenwick.
Crecer o morir, ahí está el desafío.