El Sistema Silvopastoril Intensivo (SSI) se aplica a 5.000 hectáreas y ha permitido recuperar tierras desertificadas y degradadas, reducir la dependencia de granos y ser una alternativa contra el narcotráfico.
Apatzingan. En busca de mayor productividad y menores costos, los ganaderos del trópico mexicano han adoptado un sistema que los ha ayudado a blindarse contra los altos precios de los granos, un dolor de cabeza para muchas economías.
Pequeños ganaderos del estado de Michoacán, al occidente del país, echaron a andar entre el 2007 y el 2009 un esquema llamado Sistema Silvopastoril Intensivo (SSI) que después de muchos años de pruebas consiguió una combinación de pastos, arbustos de una especia llamada leucaena, y árboles.
Por el tipo de arbustos que usa, el sistema -pruebas de combinaciones de cultivos desde la década de 1990- permite ahorrar agua y fertilizantes.
Y aunque el SSI aún está en pequeña escala en México, ha arrojado beneficios ecológicos como la recuperación de tierras desertificadas, la restauración de zonas degradadas y la adaptación de los cultivos a los embates del cambio climático, según funcionarios de la Secretaría de Agricultura (Sagarpa).
Ganaderos michoacanos han recuperado terrenos que daban por perdidos y solventado añejos problemas como la escasez de alimento para su ganado, la disponibilidad de agua y una baja productividad.
La SSI se ha aplicado en diez estados en unas 5.000 hectáreas pero la meta es llegar a 10.000, o más, en el 2012. Y aunque la cifra es ínfima respecto a las 100 millones de hectáreas que México destina a la ganadería de todo tipo, algunos hacen sus apuestas y prueban el modelo.
Sustentable. El SSI se compone de varios "pisos". El primero son los pastos de baja altura; el segundo los arbustos forrajeros que alcanzan hasta dos metros y el tercero son los árboles frutales o maderables, que pueden rebasar los 20 metros de altura.
La idea es crear un microecosistema autosustentable que no aumente la extensión de tierra para pastoreo ni invada más bosques, lo que se logra con una alta densidad de forrajes sembrados que alimenten más vacas que un sistema tradicional.
"La ganadería había sido muy criticada sobre el deterioro que da al entorno, con estos sistemas revertimos o mitigamos ese impacto negativo", dijo Guillermo Damián, jefe de programa de fomento pecuario de la Sagarpa en Michoacán.
Uno de los arbustos forrajeros, la leucaena, capta nitrógeno del medioambiente y lo transmite a la tierra por sus raíces -del doble de su tamaño- lo que la nutre y elimina la necesidad de utilizar fertilizantes químicos.
Sus profundas raíces ayudan a "descompactar" la tierra y a buscar agua a gran profundidad. Esa función aprovechadora del agua también la cumplen los árboles, que con su sombra evitan que la tierra se reseque además de reducir el "estrés" del ganado por las temperaturas de más de 45 grados.
"Es un sistema que nos está ayudando a restaurar zonas degradadas, a recuperar tierras desertificadas y a adaptarnos al cambio climático", dijo Martha Xochitl Flores, presidenta de la fundación pionera Produce Michoacán y quien considera que el SSI es simplemente "volver a lo natural".
MENOS GRANOS Y MAS PASTO
Pero lo más importante, relatan los ganaderos, es que han reducido su dependencia de los granos forrajeros -usados para alimentar los animales- en momentos en que los altos precios internacionales se han vuelto una preocupación para los productores y para las metas inflacionarias de muchos países.
"Hemos reducido en un 70% el consumo de granos y pensamos llegar a dejar de consumir totalmente los concentrados y los granos", dijo Ruben Vargas, un joven ganadero que maneja con su padre un pequeño rancho familiar en Apatzingán.
La Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por siglas en inglés) ha alertado sobre el alza de los precios mundiales de los alimentos. Hace días dijo que subirían más ante temores por las cosechas de invierno en Estados Unidos y China y ante una demanda que crece más rápido que la oferta.
Y, pese a ser el cuarto productor mundial de maíz, México importa millones de toneladas al año de maíz amarillo y otros granos forrajeros desde Estados Unidos, pues casi todo el grano que produce es blanco y lo utiliza para consumo humano.
"Me imagino que si yo dependiera ahorita de los granos pues lo más probable es que no estuviéramos dentro de la actividad ganadera", dijo Porfirio Alvarez, dueño de un rancho de 40 hectáreas en el que produce leche y queso.
"Es una lástima que el país dependa muchísimo de los granos, que suban y haya ganaderos que deban ser subsidiados para no desaparecer", dijo Alvarez que redujo el uso de granos en un 80% desde que adoptó el SSI en el 2007.
Un menor dependencia de granos importados es vital debido a que México no tiene una política de reservas y sólo mantiene un pequeño inventario para programas sociales.
La Sagarpa dijo que aún no dispone de cifras que revelen cuánto ha bajado la importación de granos asociada al SSI.
Alternativa contra el narco. Para otros, el SSI no sólo arroja beneficios ecológicos sino también para luchar contra el tráfico de drogas.
La pobreza y la falta de oportunidades ha impulsado muchos jóvenes del país a engrosar las filas del narcotráfico, además de que campesinos buscan en la siembra de marihuana y amapola los ingresos que otros cultivos no les dan.
"En el valle de Apartingán ha representado un contrapeso a todo lo negativo que se habla de aquí", dijo Flores, quien también ha ayudado a llevar el SSI a otros estados del país, entre ellos Tamaulipas, en el norte del país y uno de los estados más golpeados por la violencia vinculada a las drogas.
"Lo que siempre hemos pedido es que no intervengan con militares sino con desarrollo", subrayó.
La violencia derivada de los enfrentamientos entre cárteles de la droga y con fuerzas de seguridad ha dejado más de 38.000 muertos desde que el Calderón llego al poder y lanzó en el 2006 operativos militares contra las bandas de las drogas.
En Michoacán, tierra natal del presidente Felipe Calderón, opera "La Familia", un cártel con tintes de secta que también se dedica a la extorsión y secuestro en estados vecinos.
"La mayoría de los jóvenes deja el campo precisamente porque no es rentable. Ahora podemos hablar que al bajar los costos ya se vuelve más atractivo para los jóvenes, ya no andan pensando en otras cosas", señaló Vargas.