A principios del 2015 tendrá lugar la puesta en marcha de la Ronda 1 de asignaciones de bloques de hidrocarburos.
La Secretaría de Energía envío a la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer) el Reglamento de la Ley de Hidrocarburos en el que precisa la necesidad de crear un marco que permita detonar nuevas inversiones en exploración y producción; y estimó que las inversiones privadas para actividades de exploración y producción alcanzarán los US$12.659 millones tan sólo en la Ronda Uno a llevarse a cabo a principios de 2015, 12% del monto total estimado.
Estas inversiones se complementarán con las asociaciones que lleve a cabo Pemex y que implican recursos extras por US$4.100 millones. De acuerdo con la dependencia, las expectativas de inversión anual estimadas en la industria petrolera representará cerca de US$8.525 millones para los próximos cuatro años.
Las metas del gobierno son incrementar la producción de petróleo de 2,5 millones de barriles diarios a 3 millones de barriles en 2018 y luego a 3,5 millones en 2025. En el caso del gas natural se busca pasar de 5.700 millones de pies cúbicos diarios a 8 millones en 2018 y 10.400 millones en 2025.
“Al establecer las condiciones para la participación de privados en el sector de exploración y extracción de hidrocarburos se contará con una mayor oferta en la producción de hidrocarburos, lo que significará mayores insumos a mejores precios y la oportunidad para que, por primera vez en la historia de la industria nacional, privados participen en el desarrollo de estas actividades, por lo que todos los beneficios obtenidos serán adicionales a los que se tienen actualmente”, señala la Sener.
Añade que la nueva regulación no implica costos innecesarios, puesto que “se crea con el objetivo de regular las modificaciones indispensables para el sector hidrocarburos de nuestro país, por lo que el costo real se presentaría únicamente en caso de que el Reglamento no fuera emitido”.
Para la autoridad los beneficios son superiores a los costos, porque se pasa de un mercado monopólico a uno de libre concurrencia.
Según la propuesta presentada para su discusión, el nuevo reglamento tomó como base la reglamentación vigente de Colombia y de Brasil para armar el modelo mexicano, tanto en atribuciones, capacidad de ejecución así como en el entramado institucional.