Nissan ha renovado por completo el concepto del Note en una segunda generación que, no solo da el salto del segmento de los monovolumenes urbanos a la berlina del mismo tipo, sino que introduce una tecnología de rango muy superior a lo que se estila en esos parámetros de automóvil.
Las formas externas del coche son ahora de berlina auténtica, posicionada en una equidistancia entre el segmento urbano y compacto, pero la teoría y los precedentes lo ponen al alcance del Renault Clio, el Volkswagen Polo, el Seat Ibiza, como referentes de su competencia.
El Nissan Note parte del boceto del concepto Invitation que se mostró en la edición de 2012 del Salón del Automóvil de Ginebra y se ha construido sobre la plataforma ligera V de la marca japonesa.
De cotas, gana en longitud y, sobre todo, en distancia entre ejes, para configurar un espacio interior propio de segmento superior, acreditado por los casi 64 centímetros de separación de filas entre asientos.
El reto de la habitabilidad tiene otras ideas, como la apertura en ángulo de hasta 90 grados de las puertas traseras, recurso que permite una mejor entrada a los pasajeros y optimiza la colocación de sillas infantiles y a sus infantes ocupantes. El maletero también aumenta en capacidad de carga en relación al modelo precedente.
Los atributos berlina saltan a la vista en un dibujo con elementos propios, pero un tanto carente de personalidad. Poco nuevo aporta en este campo, se acaso el trazado del marco de las ventanillas laterales, con la subida y luego pronunciada caída del techo desde el pilar central.
En el repaso visual provoca cierta atracción el frontal, dibujado específicamente para el mercado europeo con un fundido entre faros y parrilla, así como la forma de las carcasas de los retrovisores, que incluyen las luces de intermitencia.
La mirada desde el lateral se posa en los voladizos, más cortos, y unos pasos de rueda grandes, para imprimir un aire de deportividad que no se oculta en las varias sugerencias exteriores del Note.
Dentro, prima más la funcionalidad que el espectáculo decorativo, probablemente por la profusión de elementos de plástico duro que no encandilan. Ahora bien, si se impone en el criterio de uso la ergonomía y la facilidad de acceso a los mandos, este Note se comporta francamente bien.
Cualquiera puede hacerse rápidamente con la distribución de los instrumentos, aunque algún que a otro botón no le quede más remedio que estar escondido y poco visible, léase la apertura de la gasolina y los sistemas de reseteado del ordenador de a bordo.
El que cambie Note por Note va a notar enseguida la posición de conducción más baja en el nuevo, algo que encierra toda la lógica por el condicionante monovolumen del anterior. Aún así, se da una panorámica frontal muy amplia y los asientos se adaptan con acierto a la morfología de los ocupantes, al tiempo que es de justicia alabar la sujeción de los mismos.
El argumento más poderoso del nuevo Note (solo de serie en el nivel más alto Tekna Premium) se contiene en el llamado "Escudo de Protección Inteligente", un triple equipamiento de control del ángulo muerto, la alerta de cambio de carril involuntario y el detector del movimiento de personas en el entorno del vehículo, que se supedita a la acción de la cámara de visión de 360 grados, que Nissan estrenó en el Qashqai, y cuyas imágenes se transmiten a la pantalla de 5,8 pulgadas, ubicada en la parte central de la consola.
Un detalle que acompaña a esta cámara es que, por su colocación exterior, es propensa a recoger la suciedad obligada en circulaciones con tiempo lluvioso o zonas embarradas.
Pues bien, un mecanismo totalmente automático, basado en un software de procesamiento de imágenes que lee más de 15 millones de píxeles por segundo, detecta la circunstancia y envía un chorro de agua para su lavado completo, operación a la que sucede el secado del artilugio.
La cámara no concluye ahí sus ventajas respecto a otros dispositivos, pues permite la detección, con alertas visuales y sonoras, de personas u objetos que se muevan por detrás del coche, frente a los sistemas convencionales que actúan en su función detectora solo cuando encuentran objetos en su trayectoria.
La apuesta decidida de Nissan por los elementos tecnológicos del Note han configurada una gama rica en niveles de equipamiento, pero exigua en motorizaciones. De partida se cuenta con un gasolina de tres cilindros de 1.2 litros y 80 CV, al que se añadirá a principio de 2014, otro 1.2 DIG-S, con un registro de 98 CV.
La oferta diesel dCi se limita exclusivamente al 1.5 litros de 90 CV, destinado a los vehículos de la alianza Renault-Nissan, y producido en Valladolid. Este ha sido el testado, aunque aplicado a la marca japonesa con una serie de especificaciones para hacerlo más suave, silencioso, limpio y eficiente. En todos estos apartados se muestra muy convincente.
De suavidad de marcha, proverbial, y presumiendo de un comportamiento muy vivaz: rápido en las aceleraciones y en las recuperaciones; de silencio de marcha, más que bien; de limpieza, por si surgen controversias, ahí están los 92 g/km de emisiones de CO2; y de eficiencia, pues consumo sorprendentes en un tono muy favorable, ya que en prueba dejó el registro medio de 5,2 litros a los cien kilómetros, en una combinación bastante equilibrada y amplia de entorno urbano y de carretera.
Tan buen resultado cuenta con el concurso de un sistema de parada y arranque automáticos stop/start, de serie en toda larga y de gran rapidez en los arranques, hasta el punto que se produce con solo rozar el pedal del embrague.
Para los responsables del grupo, este 1.5 dCi, salido de la planta de motores de Valladolid, éste es el mejor propulsor diesel del mundo. A título de parte, la proclamación se exagera; pero, de juez, hay que admitir que es un motor de magnífico rendimiento y equilibrado en todas sus prestaciones. Queda claro el testimonio por su amplia presencia en los modelos de la alianza franco nipona y en otras marcas del grupo de la marca del rombo.
La solvencia motriz de este versión del Note se apoya en una caja manual de cinco velocidades, suficientes para atestiguar tan bajo nivel de consumo. La transmisión encadena bien las distintas relaciones y se deja llevar sin ahogos en regímenes bajo, pero con la elasticidad suficiente para estirar hasta lo más alto del cuentavueltas.
La puesta a punto del chasis se ha desarrollado con criterios muy europeos, de ahí que las versiones para este mercado se hayan ensayado profusamente por multitud de carreteras del continente.
Punto y contrapunto en este apartado del dinamismo. Al primero se le felicita por lo compensado de su circulación en curva, con suspensiones en el punto justo de tarado y ausencia de balanceos. Al segundo se le puede recriminar, una rodadura con leves vibraciones y leve tacto de no adaptarse del todo bien al firme, consecuencia posible, de una mala elección de neumáticos. Otro factor alejado de la plena satisfacción es una dirección blanda y un tacto áspero en la frenada por esa dotación de tambores al tren trasero.
El precio, con tanto nivel de equipamiento, ensancha la horquilla comparativa, pero hay elementos favorables que justifican su posicionamiento en lo alto. La frontera está en la tecnología.