Pemex recibió el 100% de lo que pidió en marzo pasado en reservas 2P y el 67% de lo que solicitó en recursos prospectivos, es decir, el 31% del total del país.
México. La aplicación en México de la reforma energética a ritmo acelerado, con el ánimo de que empiece a dar frutos en el corto plazo, supone riesgos por la complejidad de las licitaciones anunciadas en la "Ronda Uno" y la creación de dos ventanillas para los inversores interesados.
En una entrevista con Efe, el analista de la industria energética David Shields señaló que las áreas de exploración y extracción adjudicadas a Petróleos Mexicanos (Pemex) en la "Ronda Cero" eran previsibles, dado que la empresa estatal está trabajando en esos campos desde hace años.
Un mes antes de lo previsto en la legislación, la Secretaría de Energía anunció el miércoles que otorgaba a Pemex el 83 % de las reservas probadas y probables (2P) de petróleo del país, y el 21% de los recursos prospectivos.
Ello representa una superficie de 90.000 kilómetros cuadrados y un estimado de 20.600 millones de barriles de petróleo crudo equivalente, lo que garantiza 20 años y medio de operación a su actual ritmo de producción de 2,5 millones de barriles diarios.
Pemex recibió el 100% de lo que pidió en marzo pasado en reservas 2P y el 67 % de lo que solicitó en recursos prospectivos, es decir, el 31% del total del país.
El titular de la petrolera, Emilio Lozoya, consideró una "gran noticia" lo adjudicado a Pemex. "Ya quisieran muchas empresas en el mundo tener esta solidez de reservas", afirmó convencido de que México tiene "oportunidades muy promisorias" a partir de la reforma energética.
Sin embargo, Carlos Elizondo, profesor del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), consideró "mucho" lo concedido a la petrolera y advirtió en declaraciones a una radio local sobre el riesgo de que "no lo pueda procesar".
"Le están dando demasiadas responsabilidades a una empresa que tiene muchos problemas", señaló el experto, quien también criticó que dejaran en manos de Pemex la elección de sus asociaciones con terceros, si bien bajo ciertas reglas de la Secretaría de Energía (Sener).
"Las empresas que quieran entrar van a tener dos ventanillas", la de Pemex y la de las licitaciones, lo que puede generar, "en el ánimo de acelerar las cosas", "cierta confusión" e "incentivos distintos" para las compañías interesadas.
Shields consideró que lo realizado hasta ahora es la parte "fácil"; lo más complicado, dijo, será realizar en solo ocho meses las licitaciones de los 169 bloques anunciados en la "Ronda Uno", que representan una superficie de 28.500 kilómetros cuadrados.
Las licitaciones petroleras son "sumamente complejas" y la Secretaría de Energía y la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) "van a requerir capacidades muy grandes", apuntó.
Salvo en Pemex, no hay personal con experiencia para cumplir esta "inmensa" tarea, que incluye generar y compartir con las compañías interesadas en explorar y extraer hidrocarburos toda la información geofísica de las áreas a licitar, que "entendemos está incompleta, dispersa y es heterogénea", comentó.
"Si los datos están desordenados o no están completos, las empresas van a protestar, o si el concurso está mal integrado no van a participar", advirtió Shields, quien ha participado en licitaciones petroleras.
Dijo que en el camino las licitaciones se complican, incluso cuando hay gente detrás con experiencia y más aún cuando se está hablando de áreas enormes involucradas en los concursos.
Según el calendario oficial, el proceso comenzará en febrero próximo con la venta de bases y la apertura de los cuartos de datos, y concluirá ocho meses después con la adjudicación escalonada a partir de mayo de todos los bloques.
Destacó que el presidente Enrique Peña Nieto está "metiendo prisas" porque "está bajo presión de la opinión pública, sobre todo internacional", para mostrar "avances rápidos".
Sin embargo, "por mucha buena voluntad del Gobierno de hacer las cosas bien y rápido, no puede" porque en el camino el proceso "se complica", insistió el experto, quien estimó que en el mejor de los casos las primeras adjudicaciones se estarán haciendo al final de 2015.
Y aunque la actual Administración ha sido "muy cauta" en sus promesas, Peña Nieto se está jugando "todo su sexenio" con esta reforma, apuntó Elizondo.
Este semana, el mandatario admitió que "el camino no será fácil ni los resultados llegarán de inmediato", pero apuesta todo a que la reforma energética impulse el crecimiento económico del país a tasas superiores al 4 %. En 2013, el PIB mexicano apenas aumentó el 1,1 %.
Esperan que la apertura del sector energético al capital privado tras más de siete décadas de monopolio estatal represente inversiones por 50.000 millones de dólares hasta 2018, año en que termina el sexenio de Peña Nieto.
En términos de proyectos, la petrolera estatal estima inversiones por 76.000 millones de dólares en el sector en los próximos 10 años, que permitirán revertir la tendencia a la baja de la producción de crudo, que en la última década pasó de 3,4 a 2,5 millones de barriles diarios.