El 92% de las ventas al exterior de empresas va al mercado latino de EE.UU. y marcas como Jarritos, Pascual Boing o Topo Chico aprovechan la nostalgia del azúcar de las bebidas producidas en México.

México exportó refrescos y aguas endulzadas por un valor de US$268 millones de enero a octubre del 2014, un alza interanual de 11,9%, con lo que batió récord, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía.

“Las empresas han aprovechado el mercado de la nostalgia, con productos endulzados con azúcar de caña”, dijo Alfredo Paredes, consultor especializado en bebidas de la empresa Capital Consulting, establecida en Santiago de Chile.

El sabor es la principal razón por la que muchos latinos de Estados Unidos prefieren consumir refrescos producidos en México, debido a que el azúcar de caña la dulcifica más frente a las versiones estadounidenses, que emplean fructosa.

De todas las exportaciones mexicanas de refrescos y aguas endulzadas, 92,3% se dirigió a Estados Unidos, en gran medida por plantas embotelladoras establecidas en la zona fronteriza.

Los productos comercializados van desde las marcas de Coca-Cola y Pepsi Cola, hasta los refrescos Topo Chico, Jarritos y Peñafiel.

Topo Chico, por ejemplo, es comercializado en más de 40 estados de la Unión Americana y sus ventas registraron un crecimiento interanual de 10% en el 2013, informó la compañía Arca, dueña de la marca Topo Chico, en su último reporte anual.

“Con respecto a nuestras exportaciones a Estados Unidos, el agua gaseosa Topo Chico continúa ganando terreno en ese mercado, trascendiendo su nicho natural de la población hispana y consolidando su posición como una marca de calidad en una base creciente de clientes leales”, agregó Arca.

Entre otros sabores, Embotelladora Mexicana exporta Jarritos de tutifruti, tamarindo, mandarina y piña; Topo Chico los vende de ponche, durazno, fresa y toronja, y Grupo Peñafiel comercializa Organge Crush y Peñafiel de fresa.

A su vez, el contenido de jugo o pulpa de fruta natural es una de las características que destaca entre la línea de productos de la Sociedad Cooperativa de Trabajadores Pascual, que incluye marcas como Boing, Pascual y Lulú.

Salvador Torres, gerente de la auditoría interna de la cooperativa Pascual, informó el mes pasado que su empresa acababa de ganar un juicio contra un comercializador, tras dos años de litigio, lo que provocó la suspensión de sus ventas a Estados Unidos.

La empresa Pascual pretende ahora exportar a Estados Unidos 1 millón de cajas de unidad, equivalentes a 2% de su producción total.