En la mayor quiebra de un fabricante japonés, Takata se enfrenta a decenas de miles de millones de dólares en costos y pasivos tras casi una década de llamados a revisión y demandas. Sus airbags han sido vinculados con al menos 16 muertes y 180 lesiones en todo el mundo.
Tokio/Washington. La firma japonesa Takata Corp, protagonista de la mayor llamada a revisión de productos de la historia del sector automotriz, solicitó el lunes protección por bancarrota en Estados Unidos y Japón y anunció que será comprada por Key Safety Systems por US$1.600 millones.
En la mayor quiebra de un fabricante japonés, Takata se enfrenta a decenas de miles de millones de dólares en costos y pasivos tras casi una década de llamados a revisión y demandas. Sus airbags han sido vinculados con al menos 16 muertes y 180 lesiones en todo el mundo.
El acuerdo también convertiría a Key en un competidor fuerte en el mercado mundial de airbags y tecnología de seguridad.
TK Holdings, la filial del grupo en Estados Unidos, se acogió el domingo al capítulo 11 de la ley de quiebras estadounidense en Delaware, con un pasivo de entre 10.000-50.000 millones de dólares, mientras que la matriz japonesa solicitó de protección en un juzgado de Tokio a primera hora de lunes.
Los pasivos totales de Takata podrían situarse en 1,7 billones de yenes (US$15.000 millones), según cálculos de Tokyo Shoko Research Ltd.
Los pasivos definitivos dependerán del resultado de las negociaciones con las automotrices que han soportado la mayor parte de los costos de reposición, dijo un abogado de la compañía.
Ambas solicitudes de protección abren la puerta al rescate financiero del grupo por parte de Key Safety Systems (KSS), un proveedor de componentes de automóvil con sede en Michigan propiedad de la china Ningbo Joyson Electronic Corp, que la adquirió por US$920 millones en 2016.
En un acuerdo que necesitó 16 meses de negociación, KSS dijo que absorberá las operaciones viables de Takata, mientras que el resto se reorganizará para seguir produciendo los millones de airbags que tienen que ser sustituidos, dijeron ambas firmas.
La compañía estadounidense mantendría una "considerable" parte de los 60.000 empleados de Takata en 23 países, así como sus fábricas en Japón. El acuerdo persigue que Takata pueda seguir operando sin interrupciones y con alteraciones mínimas en su cadena de suministro.